Capítulo 25

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Sentir sus labios sobre los míos era algo glorioso, emociones flotaban en mi interior. Sensaciones me recorrian por completo, subían, bajaban y volvían a subir. Culminó de besarme y me tomó de la mano y caminamos hacia dentro del edificio donde la discreta celebración continuaba subimos las escaleras aún tomados de la mano, llegamos hasta el piso donde estaba la biblioteca y entramos, la mayoría de las personas ya se habían retirado, la verdad gran parte de las personas se habian ido. Y no es que estuviera tan buena la fiesta, tambiénme hubiera ido si hubiera estado allí. Jhonnatan y yo miramos y ya casi no había nadie, el me miro y sonrió.
-Que tal sí seguimos la fiesta en la habitación?-dijo susurrando.
-Esta bien...-dije nerviosa.
Subimos hasta nuestro piso y entramos al cuarto, Jhonnatan encendió la luz y se volvió hacia mi.
Yo estaba unos 5 pasos después que el, me miró y sonrió, se acercó a mi y deslizó sus manos desde mi trozo hasta mi cintura, me acercó a él y me besó intensamente.
Me guió ligeramente hacia atrás haciendo que diera unos 4 pasos hacia su cama. ¿Que haríamos? No lo sabía yo sólo seguía besandolo con el corazón en la garganta pensando que en donde sea que este mi Mamá debe estar gritando a los 4 vientos palabras obscenas.
Subió su mano derecha hasta llegar a mi espalda y busco tontamente el ziper de mi vestido.
-Que haces?-dije confundida.
-Confía en mi y sólo dejate llevar...- dijo suspirando profundamente.
Encontró mi ziper y lenta y dulcemente comenzó a bajarlo. Dejó mi espalda desnuda y con su mano me acarició la misma.
Dio medio paso atrás y me miró a los ojos, luego bajo poco a poco su mirada y subió sus manos hacia mi busto donde estaba el vestido, puso sus dedos en el borde de la parte del busto del vestido y lo jaló hacia el suelo, dejándolo caer sobre mis pies.
Mi primera reacción fue cubrirme con lo que me quedaba de dignidad.
Estaba frente a el, con nada más que ropa interior, ya estaba entendiendo lo que estaba pasando, tendríamos... Ya sabes que... Sexo.
Tomó mis manos y las bajo, haciendo que dejará de cubrirme.
-Así esta mejor...-dijo en voz baja.
Comenzó a besarme tiernamente otra vez y a acariciarme la cintura y la espalda haciendo que me erizara por completo al sentir sus varoniles manos sobre mi, cosa que nunca antes había sentido.
Bruscamente me tomó e hizo que me acostara en su cama, caí boca arriba aún mirándolo a los ojos, veía como se quitaba la camisa y mientras lo hacía yo miraba con deseo y mordia mis labios.
Se lanzó sobre mi y enrrolle mis piernas alrededor de su cintura haciendo que no se despegará de mi.
Se puso de rodillas sobre la cama y tomó de forma que me volteara boca abajo. 
Tomó mis rodillas y hizo que flexionara mis piernas haciendo que quedara como vulgarmente se le conoce... en 4.
Tomó mi cadera y comenzó a acariciar mi culo lentamente con sus manos, acercó bruscamente mi culo mucho más a su cintura con la intención que pudiera sentir lo que su pantalón escondía, no dejaba de acariciarme, subía y bajaba sus manos acariciando desde mi espalda hacia el resto de mi cuerpo. En un instante sus manos se colocaron en mi cintura y tomaron mi ropa interior haciéndola descender poco a poco.
-No!- dije tomando sus manos y haciendo que se detuviera.
-Tranquila... Relájate...-
Esas palabras a mi oído hicieron que mi cuerpo se debilitara y cayera rendida a sus pies.
Terminó de bajar mi ropa interior dejando todo a la vista de él... Todo.
Me acarició nuevamente y me acercó más a él.
Me soltó un instante y sentía su correa desabrochandose...
-Esta noche te hago mía...-dijo en un susurro...
Estaba literalmente muertisima de miedo y de vergüenza en ese momento. ¿Qué estas haciendo Amber? ¿Qué haces?!!!
Sacó al descubierto su miembro y una de mis nalgas fue la primera en sentirlo, mi reacción fue estremecerme dentro de mi ser.
Sentí su leve enojo, al verme cuando sentí su verga... es que, que más podía hacer que sólo estremeceme? 
Me jaló hacia él y pude sentirla completa para mi... esa cosa era enorme...
Pasó su mano sobre mi espalda presionando sobre ella haciendo que acostara más mi torzo en la cama y que mis cadera sobresalieran más.
Acarició la punta de su verga por toda mi parte sagrada... Y fue la primera vez en mi vida que había gemido... pues nunca antes había tenido una experiencia sexual con un hombre osea que era muy virgen.
Dejó la punta en una parte especifica y comenzó a introducirse lentamente en mi. Di un pequeño grito porque dolía. Pero era un dolor que parecía más un ardor.
Mire sobre mi hombro y escuché un pequeño gemido saliendo desde los labios de Jhonnatan...
Otro gemido estaba intentado escapar de mi pero Jhonnatan puso su mano sobre mi boca, terminando de incrustarce en mi, grité por que fue algo muy brusco, Jhonnatan sabía que gritaria y por eso puso su mano sobre mi boca haciendo que el grito no incrementará su volumen...
-Conoceras la gloria...- dijo susurrando haciendo que gimiera con sus palabras.
Tomó mis caderas y hacia un movimiento repetitivo sobre mi, acercaba y alejaba sus caderas una y otra vez... al principio sentía un poco de dolor pero luego de algunas embestidas el dolor se fue transformando poco a poco y placer.
Sentía contracciones en mi vientre que hacían que gimiera cas vez más y más... el continuaba y no se detuvia... Y yo tampoco deseaba que se detuviera...
-Sigue...-dije en medio de un gemido.
El aumento la fuerza y la velocidad y eso hizo que mis gemidos se convirtieran en casi gritos con su mano cubrió mi boca haciendo que el ruido se volviera menor. Bajo la intensidad y retiró su mano de mi boca, yo estaba sudando y yo sentía el  sudor de Jhonnatan en mi culo.
-Estas deliciosa...-dijo soltando un suspiro.
Enrollo mi cabello en su mano y tiró de el  hacia atrás y nuevamente aumentó la intensidad, sentía dolor por el tirón de cabello pero a la vez sentía placer, sentía que el mundo ya no importaba, que sólo existimos el, esa cama barata y yo... Y esa noche.
Con respiración acelerada, subió sus manos hasta mi cintura y me acarició suavemente, aún penetrandome lentamente... pequeños gemidos era lo que se escuchaba en el silencio de esa habitación...
-No te detengas...- dije acercando mis caderas a el al mismo compás con que el lo hacía el placer aumentaba cada vez más, mi cuerpo estaba sintiendo un calor que lo llenaba por completo.
Lo que estaba sintiendo era fantástico! No sabía como librarme de aquel placentero sufrimiento... que aumentaba con cada gloriosa embestida que Jhonnatan le daba a mi cuerpo, gemidos y más gemidos era lo que exclamaba... Ojalá ese placer fuese eterno.

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