C A P I T U L O 1

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Saque mi guitarra de su estuche, el cual deje en mi auto. Me gire y con un pie cerré la puerta ya que apenas la guitarra había caído en mis manos y ya estaba tocando esa suave melodía que ella tanto amaba. Camine hasta el mantel que estaba sobre el césped y me senté a un lado de ella.
Tan solo me recargue en el tronco del enorme árbol donde hace unas horas nos refugiábamos del sol y ella se recostó en mi pecho.
—Te amo demasiado ¿lo sabías?— ella simplemente era mi todo.
—Lo sabia— calle la guitarra, di un beso en su cabello y reanude la melodía.
— ¡Hey!— dijo a los cinco segundos — ¡Esperaba un yo también te amo o un yo más!— ambos carcajeamos.
—No necesitas que lo diga— levanto su cabeza para poder verme.
—Pero aun asi me encanta que me lo recuerdes— acaricio mi mejilla robándome una sonrisa. Deje la guitarra a un lado para poder envolverla en mis brazos.
—____... te amo— ahora yo acaricie su mejilla —Eres mi todo— un tono carmesí se apodero de sus mejillas haciéndola ver aun mas adorable. —Me encanta que te sonrojes— a pesar de llevar un año de relación, aun podía sentirla temblar por los nervios en mis brazos, aun tartamudeaba cuando me acercaba considerablemente y ni hablar del cambio de color de sus mejillas.
—Eres un tonto— dijo ocultando su rostro en mi pecho
— ¡Te digo que eres mi todo y tú me dices tonto!— fingí ofenderme.
—No mi amor...— dijo en un tono desesperado hincándose en el mantel de nuestro improvisado picnic, se sentó en mis piernas poniendo las suyas a mis costados, acomodo un rebelde mechón castaño detrás de su oreja antes de poner sus manos en mis hombros —Tú también eres mi todo Nick— dijo mirándome fijamente, le sonreí demostrándole que no estaba molesto... aun que ella lo sabía, era realmente extraña la vez que yo lograba molestarme con ella.
Tome su barbilla y delicadamente atraje sus labios a los míos, esos perfectos y suaves labios a los cuales me había hecho adicto, capture de la manera más apacible que pude su labio inferior, dando inicio a un apasionado pero al mismo tiempo dulce beso. —Nick...— se separo llenamente de mis labios uniendo nuestras frentes —Prométeme que jamás me olvidaras.
— ¿Por qué dices eso?— pregunte riendo y algo extrañado.
—Solamente prométemelo— sonrió asegurándome que todo estaba bien
—Con una condición— hundí mi rostro en su cuello donde comencé a repartir húmedos besos
— ¿Cual?— dijo riendo al mismo tiempo que echaba su cabeza hacia atrás, dándome el pase completo a esa deleitable zona de su cuerpo. Hinque mis dientes y la sentí estremecerse.
—Que tu tampoco te olvides de mi...— enderezo su cabeza y mordió su labio inferior. Me podía de sobre manera que hiciera eso y ella lo sabía.
—Sería imposible olvidar tu rostro, tus besos— ahora ella comenzó a atacar mi cuello —tus caricias— susurro sensualmente en mi oído —...tus palabras— subió los besos por mi mandíbula hasta mis labios —Demonios Nicholas a ti ni teniendo Alzheimer te podría olvidar— ambos reímos.
—Lo mismo pienso de ti— con un rápido movimiento la hice recostarse sobre el césped. Nuestros cuerpos se acoplaban a la perfección, rápido una de mis manos se afianzo de su cintura y la otra de su cuello, atrape sus labios esta vez de una manera más salvaje. Sus manos treparon por mi espalda hasta mi cuello para atraerme más a ella profundizando nuestro ahora desenfrenado beso.
Una vibración entre nosotros me sorprendió —Mi celular— confeso y carcajeo. Rodé los ojos y di un rápido beso en sus labios y me gire para quedar acostado de espalda como ella.
— ¿Que quieres?— pregunto de mala manera y luego tapo la bocina y susurro —Es Kevin— su hermano. —No, No lo sé, si ya sé lo que tengo que hacer, no te metas— soto una pequeña carcajada —Si está bien— con señas le dije que lo saludara de mi parte —Oye... Nick te manda saludos— ahora soltó una fuerte carcajada —Dice: Gracias pero aun te odio— lo citó y no pude evitar reír fuertemente. Simplemente me detestaba, decía que yo distraía mucho a __, siendo que la cosa era al revés.

Colgó y se acostó de lado sosteniendo su cabeza con su mano. Simplemente era la mujer perfecta, hermosa sonrisa, unos expresivos ojos del mismo tono que su cabello, un castaño obscuro que al contacto directo con el sol, algunos mechones se tornaban cobrizos y unas preciosas pecas decoraban esa piel a perlada. —Hora de irnos— la tome por el cuello acercándola hacia mí para besarla. — ¿Irnos?— frunció el ceño —No quiero que Kevin me odie aun mas— reí y ella me siguió. —Yo me encargare de el después...— me guiño un ojo —Porque ahorita tú no te me escapas— rápidamente se acomodo sobre mí, sus manos fueron a mi cabello —Te amo tanto Nick— fueron sus últimas palabras antes de unir nuestros labios


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