Remember me ◄ Nick Jonas y Tu ► | TERMINADA|

C A P I T U L O 16

— ¿De verdad le dijiste eso? — pregunte sorprendida.
—Asi es— hizo una mueca de inconformidad —De verdad tenía la esperanza de recuperarla, pero al parecer ella no tiene ni el mínimo interés en mi...— suspiro —Además parece feliz estando con el tal 'Joe'— puso los ojos en blanco, cosa que me parecía adorable. —Y yo no hago más que enojarme y entristecerme... asi que creo que es hora de olvidarla tal y como ella lo hizo conmigo. — algo dentro de mi exploto, simplemente no lo creía. Tal vez si podría conseguir una oportunidad con Nick... se que era muy apresurado, pero no era malo ¿No? Lo único que yo quería era hacernos feliz a ambos.
—Nick... tal vez sea lo mejor— asintió con la mirada perdida en el horizonte.
— Eso parece— volteo a verme y sonrió. Me fue imposible no perderme en esos hermosos ojos. Sacudí levemente la cabeza tratando de salir del trance, esperanzada de que Nick no se diera cuenta... Lo acepto ¡Me tenia loca! Pero aun era muy pronto para hacer un movimiento.
— ¿Cenamos ya?— pregunto con la misma deslumbrante sonrisa, me limite a asentir con la cabeza y a ponerme de pie para seguirlo hacia el comedor de su apartamento.
— ¿Seguro que no enfermare?— cuestione riendo mientras me sentaba ya que el se había dirigido hacia la cocina para traer la cena que el mismo preparo... o al menos eso me hiso creer.
—Pues espero que no— carcajeo —Si no, no me quedara de otra que justificar tus faltas a clase— ambos reímos y Nick apareció por la puerta con un plato el cual fue colocado frente a mí. Realmente me impresiono, se veía delicioso.
— ¿Seguro que no lo has comprado?— afile la mirada y fingió indignación.
—No lo compre yo lo cocine e incluso aceciné a la vaca— mi cara de estupefacción lo hiso carcajear. —Está bien, es mentira... pero si lo cocine yo— extendió la mano como si lo prometiera.


—Aun no puedo creer que tu lo cocinaras, todo estaba delicioso— dije aun sorprendida mientras le ayudaba a llevar los platos a la cocina. ¿Podía ser acaso más perfecto?
—Pues créelo— me guiño un ojo mientras me quitaba los platos y los ponía en el lavabo junto con los otros instrumentos de cocina que ahora estaban sucios.
—Te ayudo a enjuagar— le dije gustosa.
Terminamos de lavar todo y yo termine además de con los dedos como pasas, con un dolor de estomago... y no precisamente por que me hiciera daño la cena, si no porque no podía dejar de reír estando con Nick.
—Creo que es todo— anuncie cuando el ultimo plato estuvo enjuagado y seco.
—No, aun quedo una mancha...
— ¿Donde?— pregunte extrañada tomando el plato que creía limpio.
—Aquí...— lo siguiente fue que sentí mi mejilla húmeda y escuchaba su risa. Me había llenado la mitad de la cara de la espuma del jabón.
—No lo hiciste...— dije retóricamente mientras giraba para verlo. Pero lo encontré con aun más espuma en las manos la cual fue a parar directamente encima de mí. Después de su segundo ataque, la cocina se vio transformada en un campo de batalla de espuma y agua.
Tome un vaso lleno de agua y al intentar quitármelo comenzamos a forcejear, finalmente me dejo ganar... ya que era obvio que si quisiera me hubiera arrebatado el vaso sin piedad alguna, pero al momento que lo soltó yo seguía haciendo fuerza por lo que perdí el equilibro y eso aunado con el piso mojado daba resultado a Melody en el piso. Afortunadamente me atrapo, pero me sujete demasiado fuerte y el resultado incluía el piso, pero ahora no solo era yo... éramos ambos.
Abrí los ojos ya que automáticamente se habían cerrado con fuerza al sentir que caía, la mano de Nick había amortiguado el golpe de mi cabeza contra el piso.
—Tendrías la cabeza abierta si no hubiera sido por mis buenísimos reflejos— presumió.
—Entonces gracias reflejos de Nick— ambos reímos y finalmente reaccioné. El rostro de Nick estaba a escasos centímetros del mío ¿Quería provocarme un infarto o por qué no se movía? Las risas cesaron cuando inconscientemente acaricie su mejilla.
Sentía nuestras respiraciones mezclarse, mi mirada fue de sus ojos a sus carnosos labios. Dicen que el que no se arriesga no gana, asi que después de debatirlo en mi interior por un largo tiempo (tres segundos) y acorte la distancia para simplemente rosar sus labios con los míos. Realmente me sorprendió que ¡Me correspondiera! ¡Habíamos comenzado un beso! ¡Nos estábamos besando!

Mi mano descendió a su cuello y sentí como él me tomaba por la cintura, nuestros labios se mesclaban haciéndome experimentar miles de sensaciones en mi interior. Simplemente me sentía en las nubes. Era tan suave y delicada su forma de besar, que sentía que en cualquier momento podría desfallecer...