C A P I T U L O 7

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Toco el timbre del receso, suspire con alivio. Más de noventa presentaciones eran suficientes por ahora, y aun faltaban alrededor de otras ciento veinte mas. Ni de broma recordaría el nombre de cada uno de los alumnos.

Entre a la sala de maestros y de inmediato la mirada de todos se posaron en mi, obviamente incomodándome. La mayoría pasaban de los cuarenta, fue lo que pude notar.
Llevaba menos de un minuto ahí y ya estaba aburrido. Siempre creía que las salas de maestros eran divertidas y hasta un poco misteriosas por el hecho de que no dejaban entrar a absolutamente nadie que no fuera maestro. Pero no... solo una cafetera, microondas, sillones... aburrido. Tal vez un X-box o un estéreo le pondría algo de vida a esto... ¿O no?

Salí y me dirige hacia la cafetería, al menos ahí encontraría algo que me distrajera y asi evitar que ____ volviera a mi mente... Demasiado tarde ahí estaba de nuevo.

La cafetería claramente estaba el doble o triple de animada que la sala de profesores, muchos me saludaban, muchas me sonreían.

—Wow parece que les agradas— escuche tras de mi mientras sacaba un refresco de una maquina.
—Eso creo— dije girándome para ver a Melody.
— Hace rato que chocamos olvide reclamarte, me quede esperando a que me llamaras el domingo...— cruzo los brazos riendo. No podía fingir enojo.
—Lo siento— reí —Pero tenía que instalarme y no venia preparado para este clima— explique omitiendo la parte en la que encontré a _____.
—No te preocupes— sonrió —Ya que estés mas estable te doy un tour.
—Perfecto. — abrí la lata corriendo el silencio con el característico sonido de las latas.
—Oye— dijo como si recordara algo
—Dime...
—Entrando del descanso te toca con el ultimo año ¿cierto?
—Asi es— dije mientras asentía con la cabeza.
—Prepárate psicológicamente— rio —Por ser el nuevo maestro, planean torturarte— carcajeé. —Y más aún porque saben que eres solo unos cuantos años mayor.
—Las chicas de aquí me han estado torturando todo el día— confesé — ¿Que puede ser peor que me manden besos y susurren mientras paso por las filas? — ambos reímos, ella no se refería a ese tipo de tortura, pero para mí esa era la más crítica. Ya que cualquier otra molestia o bien tortura se soluciona con un reporte o con una visita al director.
—Gracias por el aviso, de todos modos no creo que les guste molestarme— le guiñe un ojo.

Entre al aula, quedaban dos minutos de descanso, por lo que no tardaban en comenzar a llegar los alumnos de último año. El timbre toco y la aula comenzó a llenarse, todos entraban haciendo escándalo, me veían y callaban pero apenas se sentaban y comenzaban con el alboroto. Melody entro al salón acompañada por un par de chicas, me sonrió y tomo asiento, ella a diferencia de los demás guardo silencio.
El salón se lleno asi que me puse de pie.
—Atención— pedí golpeando cuatro veces mi bolígrafo contra el escritorio. Todos se giraron para verme y se silencio todo. —Yo soy su nuevo maestro de Música— aun la atención seguía en mi —Mi nombre es...— no me dejaron hablar cuando todos volvieron a hablar, reír y gritar.
— ¡A ver!— dije en un fuerte tono y todos callaron una vez más —No quiero bajar puntos en la primera clase. — Dejé mi rudo tono —Mi nombre es Nicholas Jonas Miller, impartiré lo que ya es obvio, Apreciación y Expresión Musical.
—Felicidades. — se escucho al fondo del salón.
—Gracias— dije con sarcasmo y unos cuantos rieron. Con este grupo no comenzaría con la dinámica de presentación. Ya que seguramente sería un lio.
—Hoy iniciaremos con apreciación, la idea es que una clase sea apreciación y otra expresión, dependiendo de...— una vez más me interrumpieron, pero esta vez fueron sonidos como trompetillas, chasquidos de lengua y voces fingidas diciendo estupideces.
—Quiero saber si el que tiene los pantalones para interrumpir la clase, tiene los mismos pantalones para ponerse de pie...— deje mis papeles a un lado y todo el salón se intercambiaba miradas. —Perfecto— dije cuando nadie tuvo la valentía de pararse. —Eso creí.

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