Capítulo 24: Mi cielo.

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Pov. Raúl.

Recuerdo a mi padre cuando sólo tenía 12 años se veía mucho más efusivo, como enamorado, pero no de mi madrastra. Mi hermana Amelia tenía 4 años y me la pasaba cuidándola, Regina madre de Amelia salía con diferentes hombres en la tarde cuando mi padre trabajaba, él se daba cuenta sólo que parecía hasta feliz de que lo hiciera, y como no ya que todo lo graba, tanto él como su investigador y pidió el divorcio además del patria potestad de mi hermana con todas las pruebas suficiente se la concedieron.

Y a los 16 años comenzó a tratarme como si todo lo malo en su vida fuera mi culpa.

Se había vuelto un hombre frío, recto y muy perfeccionista.

Verlo ahora, ser tan cruel y crudo... Sólo no podía... Ni imaginar al hombre con tanto cariño me crió ahora sea el hombre que mostraba ser.

—Tu padre acaba de entrar para hacerse unos estudios para poder donar sangre — dice mi abuelo mientras se sienta a mi lado — Raúl, Joseph no te pido algo a cambio ¿cierto? — volteó a verme estructurándome con la mirada.

— No — dije desviando la mirada de él.

—Me alegro que tu padre te haya ayudado — agarra mi mano — todo saldrá bien hijo.

—Eso espero abuelo, eso espero.

Miré mis manos. Dios estaba tan nervioso... Vi salir a mi padre y me llamo para que lo siguiera.

— Ya esta, donaré sangre para ella. Recuerda nuestro trato — dice mirándome — esperó y no lo hayas olvidando.

—No lo he olvidado padre. Y gracias.

—como sea. Hasta luego — dice saliendo del hospital.

Camino hacía el cuarto de Yuliza, abro la puerta con cuidado de no hacer ruido, y voy hacía su cama, ella esta acostada, con muchos tubos encima, su rostro pálido y sus labios como en tonos azules y morados. Sus pestañas largas y rizadas. Tome a ciento en un sillón que había cerca de su cama, tome su frágil muñeca entre mis manos y la besé.

Despierta mi cielo. Te necesitó, y lamento mucho todo lo que te he hecho pasar, cariño, pero sobre todo lamento lo que haré para que y nuestros hijos estén bien.
Haré que me odies. Pero te seguiré amando eso ni lo dudes. Eres lo mejor que me ha pasado.

Odio verla así tan débil, frágil y tan vulnerable. Si pudieras cambiar de lugar no lo duraría ni un segundo.

***

Maneje hacía el departamento de Mara.

—Raúl que sorpresa — dice con una sonrisa mientras abre la puerta — te diría que no esperaba tu visita, pero... No es cierto. Tu padre me informó que pena lo de tu prosti... Digo prometida Yuliza, aun que ahora, ya no estoy muy segura que sea tu prometida...

—¿Dejarás de hablar o tendré que ponerte un bozal?— pregunté irritado. — No es una visita de cortesía, y sí Me alegro que te hayan dicho así que si ya lo sabes...

— Sí lo sé, sacrificarte... Que Romántico — dijo con sarcasmo — como sea, te dije que terminaríamos casados, da igual, ese es nuestro destino cariño — dice mientras se acerca provocativamente.

Compromiso a la fuerza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora