Compromiso a la fuerza.

Comienzo: Dejame explicarte

Un año y medio había pasado y la relación de Joseph e Isabel iba demasiado bien.

En realidad después de esa tarde, pasaron toda la noche juntos, su relación se fortalecía cada vez más sin darse cuenta, no quería decir que fuera perfecta porque no lo era, en nada, ellos se la pasaban discutiendo casi por todo, que por el poco tiempo que tenían para estar juntos y no se veían muy a menudo.

La escuela de Isabel y el trabajo de Joseph en la empresa, los separaba demasiado, dejando muy poco tiempo si es que nada más los fines de semana, y a veces ni eso, ya que Joseph tenía muchas juntas muy tarde o en el extranjero.

Mientras que Isabel, tenía exámenes o tareas.

Isabel recordó cuando apenas llevan ocho meses de relación y Joseph le propuso la idea más loca que había escuchado.

-¿Y sí te vienés a vivir conmigo? - propuso Joseph mientras terminaban de cenar.

-Llevamos ocho meses no creo que sea lo correcto.

-Hicimos el amor en nuestra primera cita, tampoco creo que sea lo correcto.

-Tampoco romper una promesa...

-¿Qué te digo? - se encogió de hombros el castaño -Me gustaste, el problema es que no sé sí también a mi hermano...

-Para de pensar eso... A mí me gustas tú, no él, además es un buen amigo, y persona... Él ama mucho a su esposa Aurora, recuerda cuando los vimos en el altar, sus miradas... No puedes negar algo así Joseph.

-Lo sé... Es sólo que él siempre a sido muy libertino con las mujeres... No quiere decir que yo no... Es sólo que lo dejé de hacer, desde que nació Raúl, quería ser un buen ejemplo para él, que se sintiera orgulloso de mí... Aún que no sea su padre... Quiero que me vea como un gran hombre...

-Mi Joseph... - susurró Isabel con amor, deslizando cada letra como si fuera el mejor de los secretos - tú ya eres un gran hombre...

-Me éstas distrayendo mi Querida Isabel. - dijo con una sonrisa de picardía.

-Me iré a vivir contigo mi Joseph.

-Eso quería escuchar Isabel. - sonrió para sí, cuando obtuvo su la respuesta que tanto anhelaba.

A pesar que vivían juntos, y en ocasiones tenían demasiadas actividades, a ambos le quedaba el consuelo de que la noche era para ellos solos.

Diez meses habían pasado, desde que vivían juntos, Isabel no se podía creer que todo pasará tan rápido... Aurora en una cena había dicho que estaba embarazada y que llevaba tres meses de embarazo. Su panza le crecía demasiado rápido. Ahora tenía 5 meses a nada de cumplir los 6.

- ¡No quiero que vayas! - gritó el padre de Joseph mientras ambos entraban en la casa.

-Tengo que ir a ver a mi padre, Marcus - sonrió con tristeza Yuliana, esposa de Marcus.

-Bueno iré contigo - dijo el padre de Joseph.

-Sabes que a mi familia no le agradas mucho Marcus.

-Yuliana por favor... No quiero que vayas sola, se que suena estúpido pero tengo un mal presentimiento cariño.

-Marcus...- lo llamó mientras se acercaba a él con su gran esbelto cuerpo - también lo sentías cuando Henry tuvo su primera pijamada...

-Y tuve razón, una abeja lo pico... - dijo Marcus con orgullo.

-Bueno... Tal ves una abeja me pique...

-Yuliana...

-Es mi padre, tengo que ir, quieras o no. Lo sabes.