Capítulo 3.

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La alarma de la blackberry suena. Me desperezo en la cama y me ato mas fuerte el hilo del pantalón para que no se baje, aparto las sabanas con pereza y pongo los pies desnudos en el frio suelo. Tirito. Soy un caso especial, estamos en abril, en Irlanda y yo voy con camiseta de tirantes. 
Voy corriendo al baño y me siento encima del radiador para calentarme un poco. Me miro al espejo, mi clavícula marcada, y los huesos de mis caderas. “¿Y esta anoréxica de donde ha salido?”, “Guapa, la comida esta para comérsela” Recuerdo esas asquerosas frases. En esos momentos duros. Me levanto la camiseta y me toco las costillas, una a una, deslizando mis dedos, marcando cada hueso. Por mucho que coma…por mucho que me tire en el sofá a engordar, esto no desaparece. No es que yo hubiera querido estar así, me daba igual mi cuerpo, pero estuve ocho largos meses sin comer prácticamente nada. Y cuando llegué no fue fácil empezar a “cebarme”. Suspiro y me bajo del radiador, me echo agua en la cara para despejarme. Sonrió como si de una máscara veneciana se tratase y camino otra vez hacia la habitación. Saco unos pitillos del armario y una blusa ancha y blanca. Empiezo a vestirme con sueño y soltando bostezos. El móvil vibra, es un mensaje. Me termino de poner los pantalones y de abrocharme la blusa y voy hacia él. 
“and right now i wish you were here with me"
Solo esta esa frase en el SMS, miro por arriba y por abajo, dudo, pienso, le doy mil vueltas a mi mente. ¿De quién puede ser? No caigo en nadie, dejo el móvil encima de la cama y voy a ponerme unas All Star blancas. Me calzo las zapatillas y cojo el bolso donde meto el móvil y miro el reloj.
-MIERDA. SON LAS OCHO. ME TENGO QUE IR. LLEGO TARDE.-Grito aún sabiendo que estoy sola en casa. Bajo las escaleras corriendo y casi tropiezo con un zapato. Abro la puerta y pego un portazo saliendo a la calle.
Corro hacia la universidad. La gente me mira y mi pelo cae sobre mi espalda como si de una capa se tratase, llego a mi destino y entro como un torbellino. Me choco con alguien al que se le caen los libros. Es un chico castaño con una mancha en el cuello.
-Per-perdona- tartamudeo. Él sonríe. Su sonrisa es preciosa. 
-¿Estudias aquí?- dice mirándome.
-Si…arquitectura…-me pongo bien el bolso por encima del hombro.
-Politécnicas ¿eh?- se ríe- Yo soy de magisterio.
-Un profesor eh- Sonrió, soy idiota, ¿Por qué digo eso? La situación se vuelve incomoda entre los dos. Miro el reloj.-Perdona, me tengo que ir, tengo que dar una conferencia antes de las clases.
Salgo corriendo despidiéndome con la mano, subo las escaleras de metal y entro en la gran sala, jadeo un poco por la carrera. La hora se pasa rápida y salgo de allí dirigiéndome hacia mi clase de dibujo. Alguien me coge del brazo antes de entrar.
-Ey espera rubia.- me tapa los ojos antes de que pueda girarme y un escalofrió recorre mi cuerpo. “Rubia” Palabra perfecta para conquistarme. Sonrió aún con los ojos tapados.
-¿Quién eres?- Levanto una ceja en señal de duda.
-¿Me dejas que te rapte un ratito, antes de la próxima clase?- dice poniendo una voz sexy y grave.
-No sé, no sé quién eres. Y tengo prisa.- Antes de poder seguir contándole mil escusas más, se acerca a mi oido y canta suave en é, tiene una voz que enamoraría a todo ser de este planeta. Escucho lo que canta y me detengo en la frase "and right now i wish you were here with me "- ¿Eras tú?

-Ajá- separa lentamente sus manos de mis ojos dejándome ver su cara. Sonrió al ver que es el chico rubio de ayer.-¿Sorprendida?

-Pu-pues sí, ósea no, digo sí, perdona me estoy haciendo un lio.- En realidad lo que me hace un lió son sus preciosos ojos azules, bajo la vista para contestar correctamente sin parecer una retrasada.- ‘Niallyatiqueteimporta’.
Sonrió y le miro, él se pone rojo. Rió y este me da un toque en el brazo para que pare.
-Para, ya te dije que tiene muchos años.- No puedo parar de reír y él acaba riendo conmigo.
-Así que Niall…
-Esto… ¿Quieres que te cante un poco más de lo que llevo escrito?- Sonríe rojo.
-¿A qué te refieres?- levanto la ceja y sonrió de la misma forma que él.
-Si me concedes una cita con esta hermosa mujer que tengo delante.
Le miro, la sonrisa se me borra de la cara y me doy la vuelta dándole la espalda. No quiero citas, no quiero novio, no quiero nada.
-EH, ESPERA. ¿Qué pasa?- Él me coge del hombro y toca mi huesuda clavícula. Aparta rápidamente la mano y yo bajo la cabeza. 
-No quiero una cita, solo es eso…no estoy preparada…- mi voz es fina y casi no se oye, pero él sí lo ha oído, sigo con la cabeza agachada y dándole la espalda- No quiero tener novio…
-¿Quién a dicho que yo quiero tener novia? Podemos quedar como amigos- por el tono de su voz supongo que intenta animarme. Me doy la vuelta y mis ojos más azules que de costumbre, señal de que voy a llorar le miran. Asiento débil. 
-¿A qué hora rubio?

Un paso hacia adelante, dos hacía atrás. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora