18.

4.5K 204 1
                                        

Neo.

Jaime conducía como un loco por las calles de la ciudad, estaba tensó se le podía notar pero no es para menos, el amor de su vida estaba en el hospital por una sobredosis de drogas y alcohol, eso no pasaba desde hace mucho, mejor dicho no pasaba desde aquella noche, desde ese día ella nunca volvió a ser la misma, se refugió en esa faceta de chica ruda y fuerte que todos los cercanos a ella sabemos que no existe. Ese día perdí a mis tres mejores amigos, uno no me recuerda pero lo tengo al lado, otra que se refugia en su dolor y alejo todo para aliviar el dolor y el último muerto.

- Jamie, no vayas a cometer una locura te lo pido. - le dije cuando vimos a Jace atravesar la puerta del hospital con unas bolsas.


- Pasaré por quien tenga que pasar para verla.- dijo desapareciendo por la misma puerta por donde lo hizo Jace.




Jace.

Camine como loco hacia la recepción para alguna información sobre Dayan, tuve que quedarme unos días mas de lo previsto en Hong Kong por falta de información al igual que Eric por lo que mande a Kirk uno de los guardias de seguridad para ver a Dayan pero este al entrar dijo que la encontró en un terrible estado y la llevó al hospital, cuando supe de su estado tome el primer vuelo para verla.



- La habitación de la señorita Grey. - dije con tono neutro a la chica que intentaba coquetear. - ya te lo digo guapo. - guiño un ojo.



- La habitación de Grey. - dijo una voz a mi lado.



- Que haces tu aquí? - pregunte fulminandolo con la mirada.



- Lo mismo que tu Jace. - dijo devolviendome la mirada.

- Tu no vas a ver a nadie. - dije firme. Sobre mi cadáver va este a ver a mi chica.


- No eres nadie para decirme que puedo y que no hacer Jace. - dijo burlón.




- Ay querido Jamie como que no ne conocieras. - dije con una sonrisa divertida.



- Ni me importa hacerlo. - dijo acercándose desafiante a mi. - Dayan no te ama ni lo hará. - dijo satisfecho. Y sin mas que esas palabras mi puño fue a parar en su cara, pero el me lo devolvió con tal fuerza que hizo que mi cuerpo perdiera equilibrio por un instante. Golpes iban y venian de ambas partes pero nadie era capaz de meterse entre dos bestias en rabia como nosotros ni siquiera los de seguridad.

No se cuanto tiempo estuvimos peleando pero lo que si se, es que ambos estabamos tan heridos tanto físico como mentalmente que no nos importaba mas nada que no sea descargar la rabia y furia que sentíamos el uno por el otro, pero un grito nos hizo parar.



- ¡ BASTA! -

BAD GIRL  ¡EN EDICIÓN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora