22. Parte II

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Seguíamos con nuestras manos unidas mirando la belleza de la luna mezclandose con la calma del oceano, pero mi corazón y mente pedían a gritos sentirla cerca, besarla y abrazarla, hacerle saber que jamás me volvería a ir de su lado, así que la bese, uní nuestros labios en una única y hermosa danza que solo ellos sabían y podían bailar. Besarla era como ir al cielo sin soltar el suelo, sus suaves y rosados labios se unían al compás de los míos como perfectos engranajes.

Sus manos soltaron las mías para tomar mi cuello y acercarme mas a su boca, las mías fueron a parar en la curva de su cintura dejando suaves caricias tal cual como lo hacía ella en mi cuello; no se cuando tiempo ha pasado pero si este es el infierno no quiero subir al cielo nunca mas.



- Extraño esto. - susurro cuando nos separamos por falta de aire.


- Ya no lo extrañaras mas. - dije abrazandola.



- No vuelvas a dejarme Jamie.- dijo en mi pecho.



- Nunca mas.- suspire, quería saber mas de ella, de nosotros, y que mejor lugar que este para empezar de nuevo. - Empecemos de nuevo. - dije en su oido.


- Estoy de acuerdo. - dijo con una de esas hermosas sonrisas que tanto me gustaban.


Hemos estado hablando mucho tiempo, estirados en el suelo como estrellas de mar mirando la inmensidad del nocturno cielo, bajo la luz que nos brinda la luna, que parece estar mas brillante que nunca. Abrazada a mi, me cuenta como ha sido su vida durante estos años sin mi, me ha contado sobre las horribles cosas que su padre ha hecho, que extraña a su madre y hermano, pero que al tenerme a su lado ese dolor se aminora, sin embargo yo me dedico a abrazarla y sostenerla, darle ese apoyo que no tuvo cuando creyó haberme perdido.


- Como nos conocimos? - le pregunté tras un breve silencio. Ella solo soltó una carcajada.


- Que? - pregunte divertido.


- Recordar eso me causa gracia. - dijo sin borrar esa sonrisa.



- También quiero reírme. - dije haciendo puchero. Seguido de eso ella sonrió para volverse a horcajadas sobre mi, sus manos caían en mi pecho, su cabello despeinado y sus ojos con un brillo especial que sólo aparece al estar conmigo.


- Nos conocimos cuando apenas y llegabas a este lugar, eras un pequeño niño tonto que choco su pequeña bicicleta con mi cesta de galletas, no sabías que decir en ese momento.

> Las unicas palabras que salían de tu boca, solían ser lo lamento no quise hacerlo, eras como un disco en repetición sin fin. Sin embargo eras el niño mas lindo que había visto, tenía solo cinco años, pero puedo recordar muy bien como nos conocimos. Con los días conociste a mi hermano mellizo, David, con el también llego Neo, y finalmente Jace.

Con el tiempo nos fuimos haciendo grandes amigos, pero entre nosotros soliamos tener peleas conforme pasaba el tiempo, las chicas se desvivian por ti, al igual que los chicos por mi, pero eramos tan tontos como decía David que no aceptábamos nuestros sentimientos así que el nos dió un pequeño empujón. Nos encerró en un armario durante mas de 3 horas. Sufría de claustrofobia, me desesperaba no salir y morir ahí, pero no lo hice, en ese armario me confesaste tus sentimientos, cuando creí que moriría al saber que sentías lo mismo que yo, me besaste. <






Azul.

BAD GIRL  ¡EN EDICIÓN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora