Pasó la tercera hora de clase y ya era la hora del recreo.
Ella siempre se iba a la sombra de un árbol viejo a dibujar y a comerse su pequeña tarrina de helado de frambuesa.
Kinoi al salir al patio la vio y decidió acompañarla.
Se iba acercando, cuando vio a lo lejos a Élenor y su pandilla caminando hacia ella. Comenzaron a hablar y él decidió acercarse para ver que pasaba.—¡Vete de aquí, este árbol es nuestro!— dijo Élenor con aire de vencedora.
—No pone vuestro nombre— se defendió ella.Él intervino.
—¿Os estáis haciendo amigas?— dijo con una sonrisa burlona.
—¿Estás de broma?— dijo Élenor sintiéndose ofendida— No me hago amiga de raritas.Ella no se movió del sitio, seguía comiéndose su helado.
—Pues, si no es eso, déjala en paz— dijo Kinoi con los brazos cruzados.
Élenor no dijo nada y se fue.
—No hacía falta que me defendieras— dijo ella— Todos los días hace lo mismo y siempre nos vamos sin solucionar nada.
—Es lo menos que podía hacer para que me perdonaras por lo de esta mañana— le dijo con una sonrisa.Ella pasó el dedo por el interior de la tarrina y se lo chupó. Sin decirle nada, recogió sus cosas y se fue hacia la puerta del instituto.
Kinoi corrió detrás de ella.—Si no me perdonas, por lo menos dime tu nombre.
Ella al entrar, le cerró la puerta en las narices.
A Kinoi le enfureció la reacción de ella después de pedirle perdón, pero a la vez estaba interesado en ella, se sentía misteriosamente atraído.
Kinoi entró después, justo cuando sonó la sirena. Se fue a su clase y se la encontró sentada al lado de la ventana, las mesas ya estaban colocadas de dos en dos, así que se acercó a la mesa del profesor para ver el papel de las parejas y vio que le había tocado con ella.—Vaya... parece ser que nos ha tocado juntos— dijo dirigiéndose hacia ella.
Lo miró con cara de disgusto y siguió mirando por la ventana. Al rato entró Élenor y su pandilla y se produjo un silencio muy incómodo.
Pasaron diez minutos y entraron todos los alumnos de golpe por la puerta. El profesor entró detrás de ellos.
Empezó la clase, como siempre pasando lista, así que Kinoi prestó mucha atención, pues quería saber el nombre de la chica misteriosa.—¿Ingui?— preguntó el profesor.
La chica misteriosa levantó la mano, acto seguido Kinoi le dijo:
—Con que te llamas Ingui ¿no?
Ella no dijo nada, lo ignoró.
—Yo me llamo Kinoi, encantado— dijo con una sonrisa muy amable, la cual, misteriosamente, le agradó a Ingui.
ESTÁS LEYENDO
Todo es extraño [Terminado]
Short StoryTanto Ingui como Kinoi no sabían que no eran humanos, que un poder los hacía ser diferente y también ser de distintos bandos. Ingui, formaba parte de la familia de la oscuridad debido a sus poderes, tanto esa familia como la de la luz, aun siendo lo...