Capitulo 6

228 12 3
                                    

Nos quedamos paralizados al escuchar la voz del director. Fue Pablo el que se dio la vuelta y le dijo:

- Don Enrique, esto no es lo que parece- le dijo con voz entrecortada. Yo seguía paralizada encima de la mesa.

- Perdone pero, ¿por qué está Pablo Alborán en el despacho del maestro de música?- le dijo el director incrédulo.

- Le tengo mucho que explicar don Enrique- le dijo Pablo.

- Si, ya veo. Resulta que me encuentro a un famoso besándose con una alumna encima de una mesa- le dijo el director.

- Resulta que yo soy el profesor de música,y bueno, lo que acaba usted de ver no ha sido nuestra intención- le dijo Pablo.

- Voy a tomar serias medidas ante lo que acabo de ver, para los dos- dijo el director con voz desafiante y tras decir eso dio un fuerte portazo.

Yo estaba con el pulso a cien por hora y no se me ocurre otra cosa que llorar.

- Princesa no va a pasar nada- me dijo Pablo y me estrechó entre sus brazos.

- Nos van a echar a los dos... Dios mío- le dije yo.

Las lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas y Pablo besó cada una de ellas. Había sido un día fantástico pero ahora mismo estoy más asustada que nunca. Pasamos abrazados más de cinco minutos cuando alguien llamó a la puerta. Era el director.

- He hablado los jefes sobre vuestra situación y ya hemos tomado medidas- se aclaró la garganta y continuó- para ti Pablo, está muy claro, te vamos a echar del instituto y a ti Zoella, no te pasará nada.

Mi corazón se quería salir del pecho. No me podía creer lo que acababa de oír.

- Princesa, tranquila, que aunque no esté aquí nos podemos ver, nada ni nadie va a cambiar lo nuestro- me dijo Pablo y me besó la frente.

- Había sido un San Valentín perfecto...- digo.

- Y lo va a ser, yo todavía tengo mi sorpresa- dice Pablo.

- Y yo la mia- le digo cogiéndole las manos.

Pasamos el resto de las horas hablando y comentando y se habrá enterado alguien. Suena el timbre y los dos salimos para montarnos en el coche de Pablo, nadie parece percatarse de su existencia. Nos montamos en el coche y yo decido darle mi regalo.

- Toma- le digo dándole una pequeña cajita.

- Oh, gracias mi vida- me dijo Pablo y me dio un beso en mis labios. Mi regalo era dos anillos, uno para él, y otro para mí.

- Pues toma el mio- me dijo Pablo.

Era un sobre grande. Lo empecé a abrir y vi lo que contenía. Yo chillé de emoción cuando vi dos billetes de avión con rumbo a Paris.

- Nos vamos a Paris mi amor- me dijo Pablo y yo le di un beso.


Mi vida enteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora