- ¿Cómo?- le digo asustada.
- Entra- me dice abriendo la puerta de su despacho.
Todo está igual. Me viene recuerdos a la cabeza de Pablo y míos aquí, cuando nos pillaron.
- ¿Qué quieres?- le digo.
- Eres preciosa- me dice. Se sienta en su escritorio y me empuja para que esté a su lado.
- Déjame en paz- le digo.
- No te preocupes, preciosa.
Se quita la correa y comienza a bajarse la cremallera.
- Puedes hacer lo quieras- me dice con una sonrisa pícara.
No puedo más. Se me caen un par de lágrimas y me las aparto con la mano.
- Ponte en la mesa- me dice.
Me quita los botones de la camisa y me la abre.
- Dios, Pablo tiene que estar encantado- me dice besando mis pechos.
Lo intento apartar pero no puedo, él sigue.
- ¿Qué demonios?- dice alguien en la puerta.
Levanto mi cara y veo a Pablo. Leonardo se quita de encima y yo voy corriendo a los brazos de Pablo.
- Princesa, vístete y sal fuera- me dice.
- No le hagas nada- le digo llorando en su pecho.
- Ese cabrón va a pagar por lo que ha hecho.
Me pongo la camisa y salgo del despacho. Me dirijo a los servicios, al menos allí puedo llorar tranquila.
Narra Pablo:
Cierro la puerta cuando se va Zoe. No me puedo creer que ese imbécil le haya tocado.
- No temas, Zoe está muy bien. Creo que le ha gustado- dice desafiándome Leonardo.
- Hijo de puta- le digo avanzando hacia él. Le cojo por el cuello de la camisa y le empujo a la pared.
- Tranquilo, tío.
- Ni se te ocurra tocarla más- le digo mientras le pego un puñetazo en su cara. Le doy justo en la nariz y comienza a salir sangre.
Lo coloco encima de la mesa y le comienzo a dar puñetazos.
- Como se te ocurra tocarla o hacerle algo más, te juro que te mato. Además, si esto se lo cuentas a alguien, el que va a perder eres tú- le digo.
Más puñetazos, esta vez le doy en la barriga y en la cara.
- Creo que ya es suficiente- le digo tras comprobar su cara. Está lleno de moretones y de mucha sangre.
- Le diré que me he caído o algo- me dice.
Salgo del despacho echando humo. Me encuentro a mi chica sentada en uno de los bancos. Es preciosa, y pienso dar mi vida por ella.
Narra Zoella:
- Pablo...- le digo cuando se acerca a mí.
- Se acabó mi niña. Ese imbécil a pagado por ello- me dice mientras me abraza y me planta un beso en la frente.
Salimos del instituto y me monto en el coche.
- Antes de echarte la foto, me gustaría llevarte a un lugar muy especial.
- ¿Si?- le digo.
- Vamos a montar en barca, como una cita romántica.
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Mi vida entera
FanfictionZoella,una chica de diecisiete años, estudia en un instituto de Barcelona. Es fan incondicional de Pablo Alborán y para su sorpresa se lo encuentra camuflado en el instituto de profesor de música. Desde que ambos se ven, surge el amor.