Capitulo 25

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Me despierto muy temprano. Serán las ocho de la mañana. He pasado una noche llena de sueños de mi padre. 

- Buenos dias cariño- me dice Pablo a mi lado. Nos sentamos en la cama y lo miro a sus preciosos ojos y ese lunar que tanto me gusta.

- Hola- es todo lo que le puedo decir. No puedo articular palabra. Me duele la garganta de tanto llorar.

- ¿Cómo estas?- me pregunta.

- Fatal.

Me coge las manos y las aprieta con dulzura. Estoy locamente enamorada de él. Escucho pasos que vienen de la escalera.

- No quería interrumpir- nos dice la madre de Pablo.

- Pasa mamá- le dice Pablo.

Baja los últimos peldaños de la escalera y viene hacia mi. Se coloca a mi lado y me toca la mejilla.

- Lo siento muchísimo,  preciosa- me dice.

- Gracias- le digo. 

- Sé como te sientes, eres muy fuerte- me dice con una cálida sonrisa- voy a preparar canelones, por si quieres almorzar con nosotros. Hoy viene la pequeña, Pablo.

Supongo que la pequeña será su sobrina, porque cuando veía las entrevistas en el ordenador, Pablo siempre hablaba de su sobrina y se le iluminaban los ojos. La madre de Pablo se ha marchado, ni me he dado cuenta y yo estoy otra vez llorando.

- Desde arriba tu padre te está observando y seguro que no te quiere ver llorar. Estará muy orgulloso de ti- me dice Pablo. 

Esas, esas son las palabras que necesitaba oír. Mi padre me estará observando desde el cielo y yo no le voy a decepcionar.

- ¿Puedo ducharme?- le pregunto.

- Por supuesto princesa. El cuarto de baño está a la derecha- me coge del brazo- y si necesitas algo me llamas.

Sigo las indicaciones y me meto en la ducha. Aquí puedo llorar tranquilamente, pero la verdad es que no me quedan lágrimas para derramar. Me paso unos minutos reflexionando sobre la vida y salgo de la ducha. Me pongo una toalla y salgo del cuarto de baño. Pablo no está en la habitación pero me ha dejado la ropa preparada y una nota que pone "Vengo en un minuto". Decido vestirme y peinarme con una trenza.

- Tio Pa, ¿seguro que está abajo?- dice una voz infantil.

- Seguro mi niña- dice Pablo.

Están bajando los escalones. La sobrina de Pablo es guapísima. Lleva dos trenzas, su pelo castaño claro, un vestido rosa y las mejillas sonrosadas.

- Hola preciosa- le digo a la niña con una sonrisa.

- Hola novia de tio Pa. Eres muy guapa- me dice la niña.

- Si quieres me la llevo, pensé que te gustaría conocerla- me dice Pablo.

- Déjala- le digo amablemente.

La niña se sienta en la cama y me ofrece que me siente. Me siento a su lado.

- ¿Como te llamas?- me dice.

- Zoella.

- Que bonito nombre- me dice.

- Muchas gracias preciosa.

Y así pasamos la mañana, jugando con la pequeña y olvidándome de mis problemas. Pablo es mi medicina perfecta.

Mi vida enteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora