Una hora en coche, hablando de nuestras vidas y por fin llegamos.
- Que preciosidad- digo en un murmuro.
- Igual de preciosa que tú- me dice Pablo mientras me coge de la mano.
Nos montamos en una de las barcas.
- Nunca me he montado en una- le digo a Pablo.
- ¿En serio?- me dice Pablo mientras rema.
Pablo rema hacia una de las partes donde no hay barcas y para.
- Princesa- me dice mientras me coge de la mano.
- Dime.
- Dentro de poco tienes la selectividad, tienes algunos exámenes finales...
- Eso ya lo sé- le digo sonriendo.
- Y lo que te quería decir es que... Me voy a buscar un hotel o algo para dejarte estudiar y eso...
- Tu no eres de estorbo, además, los exámenes no hay problemas, lo tengo todo controlado- le digo mientras le doy un suave beso en la boca.
- ¿De verdad?
- De verdad, rey- le digo mientras le acaricio la mejilla.
- Eres tan preciosa- me dice.
- Y tú tan perfecto- le digo mientras le doy otro beso.
Continuamos así toda la mañana, fuimos a echarme la foto y regresamos a casa.
- Zoella, ha venido Marian a buscarte- grita mi madre desde la cocina.
Estoy en mi habitación con Pablo, enseñándole mis fotos de pequeña.
- Me tengo que ir mi amor- le digo a Pablo.
- ¿Y eso?
- Me voy a su casa a estudiar- le miento.
Bajo las escaleras lo más rápido que puedo y salgo de la casa.
- Hola Marian.
- Hola, ¿se lo preguntaste a tu madre lo de la casa?
- Si, y le parece perfecto que le de utilidad - le digo sonriendo.
Nos montamos en el coche de la madre de Marian.
- Hola Leticia- le digo.
- Hola Zoella, que guapa estas- me dice con esa sonrisa.
Leticia me ha visto crecer y siempre ha estado para mi. Me acuerdo cuando de pequeña me quedaba en su casa a dormir con Marian y ella siempre se mostraba muy simpática conmigo. Es guapísima, tiene el pelo largo y rubio y una cara pequeña y bronceada. Se quedó viuda hace más de siete años.
- Zoe, lo tengo todo en el maletero- me dice Marian.
- Perfecto, mañana es su cumpleaños.
- ¿Qué pasó esta mañana?
- ¿Cómo?- le digo nerviosa.
- No soy tonta Zoella. Vi como entraste en el despacho de Leonardo y como saliste llorando y Pablo entrando.
Otra persona que lo va a saber. Tan solo lo pienso y me entran arcadas.
- Cuando lleguemos a la casa y estemos solas te lo cuento todo.
- Perfecto.
El coche se para enfrente de la casa. La casa es estupenda, el sitio es perfecto y todo va a salir perfecto.
- Os dejo chicas, cuando terminéis me avisáis.
- Vale- le decimos al unísono.
Sacamos todas las cosas del maletero y entramos a la casa. Está en perfecto estado y parece que es recién construida.
- Pues manos a la obra- digo feliz.
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Mi vida entera
FanfictionZoella,una chica de diecisiete años, estudia en un instituto de Barcelona. Es fan incondicional de Pablo Alborán y para su sorpresa se lo encuentra camuflado en el instituto de profesor de música. Desde que ambos se ven, surge el amor.