Capitulo 23

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Ya estamos montados en el avión con rumbo a Málaga. Durante el larguísimo trayecto para llegar al aeropuerto he llamado a mi madre para avisarla. La notaba triste, sola y angustiada.

- ¿En qué piensas princesa?- me pregunta Pablo y me da un suave beso en el cuello, lo que hace que sienta mariposas en el estómago.

- En que ha sido el mejor viaje de mi vida, muchísimas gracias por todo. Te amo, mi vida- le digo y le cojo la mano.

Nos miramos, y a continuación Pablo posa sus labios en los míos. Este chico nunca dejará de sorprenderme.

- Descansa, estarás cansada- me dice. La verdad es que sí, estoy muy cansada.

Y así es como me paso el viaje en avión, durmiendo. 

- Princesa, despierta- me llama con ternura Pablo.

- ¿Ya estamos?- le digo.

- Si- me dice.

Me levanto del asiento y sigo a Pablo por el pasillo. Al llegar al aeropuerto, mi móvil suena y veo que es mi madre.

- Dime mami- le digo.

- Cariño, no se si te lo debo de contar... No te quiero arruinar tu viaje- me dice llorando mi madre.

- ¿Qué te pasa mama?- pregunto alterada. Pablo me mira asustado.

- Mejor te lo cuento otro día, solo te quería decir que él te mandó recuerdos- me dijo.

- ¿Quién?- pregunto pero ya ha colgado.

Voy donde está Pablo y rápidamente me abraza.

- ¿Qué pasa princesa?

- Mi madre me ha llamado llorando pero dice que no me lo quiere contar porque me va a arruinar el viaje.

- Tú no te preocupes. Nos espera mi hermano Salva con su coche.

Salimos del aeropuerto, no sin antes comprarme una botella de agua. Al salir veo un coche negro, pequeño y precioso.

- Entrad- nos dice Salva.

- Hola, buenas- le digo tímidamente .

- Hola Zoe, bienvenida a la familia me dice Salva.

Nos pasamos el resto del trayecto contando chistes y hablando de Pablo cuando era pequeño. Dos horas mas tarde llegamos a su casa. Es una casa preciosa, con un gran jardín, piscina y muchas mariposas.

- ¿Entramos?- me dice Pablo.

- Vale, principe- le digo bromeando.

Vamos a la puerta, donde nos abre una mujer. Tendrá unos cincuenta años, viste con un vestido verde pistacho y unas bailarinas negras.

- Hola preciosos- nos dice.

- Hola mamá- le dice Pablo y le da un abrazo- esta es Zoella.

- Hola señora- le digo con una amplia sonrisa.

- Por favor no me llames señora. Llámame Elena- dice bromeando y me da un suave abrazo.

Entro en la casa, y si por fuera es preciosa, por dentro es todavía mas.

- Ven princesa- me dice Pablo. Lo sigo por unas escaleras. Bajamos a una especie de sótano, que en realidad es su estudio/habitación.

- Dios que chulo- le digo y me suena otra vez el móvil- es mi madre.

- Cógelo- me dice y se sienta en la cama.

- Dime- le digo con voz cansada.

- Cariño, te lo voy a tener que contar.

- No te preocupes mamá, cuéntamelo.

- Papá ha fallecido- me dice llorando.

Mi vida enteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora