Capítulo 16: Que bien sabe!

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Acepté quedarme sólo porque seguía sin saber quién era realmente, los recuerdos me empezaban a confundir y me sentía perdido, no tenía una identidad propia, no sabía nada más que esos recuerdos incompletos de mi pasado.

Sobre Rumlow no tenía idea de donde buscar pero no tenía más que hacer. Fui a mi habitación y me preparé para una misión. Cuando llegué al hangar vi a la morena, ella me sonrió y yo sólo asentí.

Hubo mucha tensión en la misión, regresamos de madrugada, 3 bajas y 6 heridos incluyéndome pero no fui a la enfermería, era sólo un roce de bala. La morena estaba ilesa, caminé hacia mi habitación para ducharme. Al salir del baño me encontré con la chica sentada en mi cama nuevamente. Ella caminó a mí.

-Qué haces aquí?
-Todo lo que tardó la misión y en lo único que podía pensar era en ti. -Ella se acercó y me besó. Yo la aparté.
-Ni siquiera sé tu nombre.
-Cheryl Wood. Agente de campo, sección 4, especialidad en explosivos.
-Bien...
-Necesitas atención -Ella vio mi brazo.
-No es nada.

La vi detenidamente, ella era muy linda de verdad. La acerqué con mi brazo metálico a mi cuerpo y la vi a sus ojos oscuros tan profundos. La besé y la llevé a la cama. Me estaba comportando como un idiota pero el deseo me vencía ante su cuerpo desnudo. Había sido muy bueno ésta vez. La vi dormir junto a mí después de estar con ella. Me sentí mal. Salí de cama y fui a la azotea. Vi el amanecer desde ahí.

Pasó unas tres veces más hasta que le dije que no quería tener problemas y tampoco quería que ella resultara perjudicada, era peligroso. Ella se enfadó conmigo y yo seguí como si nada.

Seguía teniendo amistad con Marian, aunque no había pasado nada entre los dos. Los agentes me saludaban más a menudo. Pero yo seguía siendo el mismo. Los recuerdos me invadían y me transtornaban. Quería pensar que unos eran falsos pero todos los recuerdos de muertes eran verdaderos.

El tiempo siguió transcurriendo con normalidad. Marian estaba distante, había visto a Vladimir salir de su taller un par de veces. Fui a recibir mantenimiento en mi brazo y la vi esquivar mi mirada.

-Qué pasa?
-De qué, señor Barnes?

Me quedé serio observándola, no me había llamado James.

-Qué te dijo Vladimir?
-Nada...
-Dime.
-No puedo. -Ella apartó las herramientas y se puso en pie.
-Listo! Puedes irte.
-Marian, te veo en la azotea en 10 minutos.

La esperé 10, 20 minutos y ella no apareció. Cuando empecé a bajar por las escaleras la encontré sentada allí. Estaba llorando, me senté frente a ella y la hice verme a los ojos.

-Vla- Vladimir quiere que te seduzca y te lleve a la cama para que Victoria nos encuentre y así tener una excusa para que te vayas.
-Es un maldito. Ya no llores más. Eso no va a pasar.
-Me amenazó.
-Yo te cuidaré.

Me acerqué a la rubia y la besé en sus labios, ella me abrazó, podía sentir su miedo. La llevé a mi habitación para que se sintiera más tranquila mientras yo iba hablar con Victoria antes de partir a una misión.

-James, estás hablando en serio?
-Sí, ella me lo dijo todo.
-Bien... gracias!

Fui a la habitación y encontré a Marian ida en el horizonte, me acerqué a ella y la abracé, quería besarla y hacerla mía pero eso no pasó, ella era diferente. La dejé dormir en mi cama mientras iba a la misión.

Al regresar a la base era muy tarde, fui a mi habitación para ver a Marian, encontré una nota en mi cama, era de ella. Decía que me quería. Sólo eso. Corrí a buscarla, en el taller no estaba, fui a la azotea y luego a su habitación. Tampoco estaba.

Le dije a Victoria pero ella no me dio razón. Fui a la casa de Vladimir y tumbé su puerta.

-Qué demonios haces, Barnes?
-Dónde está Marian?
-Quién?
-La rubia del taller?
-No tengo idea.

Busqué en toda la casa y no la encontré al salir de la habitación encontré a Victoria en la puerta.

-Marian se fue, tomó un vuelo a Londres por la tarde, me acaban de informar. -Ella dijo.

Llevé mi mirada a Vladimir. Todo era culpa de él. Salí de la casa y caminé con mucha ira a la base. Victoria me seguía.

-Bucky, espera! Quiero hablar contigo.
-Ahora no, Victoria.

A la mañana siguiente fui a desayunar. Habían pocos agentes en la base, era como si todos hubiesen tomado el día libre. Por la tarde eran menos. Fui a mi habitación, para esperar que me asignaran una misión. Vi la TV toda la tarde y escuché a alguien tocar la puerta por la noche. Fui a abrir y me encontré a Victoria.

-Oye, nadie te dijo qué día es hoy?
-No.
-Es el día de acción de gracias, ponte algo lindo, te espero en el comedor.

Al llegar al comedor encontré algunas mesas juntas cubiertas con un mantel de seda color rojo, había un banquete sobre éstas, Victoria me acercó una copa con champán y me hizo brindar con ella. Tenía más de 70 años de no celebrar esa tradición. Sólo había un grupo pequeño de agentes y empleados en la cena. Vladimir no estaba al menos. Hubiese querido que Marian estuviera pero ella estaba bien en su casa, lejos de Vladimir y de mí.

Luego de ver a todos comer y reír, le dije a Victoria que iría dormir. No era la mejor compañía para disfrutar una noche así. Empecé a caminar a mi habitación y escuché unos pasos detrás de mí, sabía que era ella. Me volví y la pelirroja me sonrió.

-Qué vas a hacer?
-Dormir.
-Vamos a mi casa, tengo una botella de vino de los viñedos de España, cosecha del 66' me costó un ojo de la cara, en realidad no, tengo mucho dinero. -No tenía nada más que hacer. La observé mirando mi brazo y luego verme seria a los ojos. Asentí y caminé con ella hasta su casa.
-No veas mi desorden! -Al entrar vi que había muchas cosas de costura, telas, encajes, maniquíes. -No he podido dejar mi afición por diseñar mi ropa. Ven toma asiento aquí.

Victoria hizo espacio en un sofá verde musgo, se quitó los tacones y fue a la cocina por la botella y dos copas, sirvió el vino y tomó asiento junto a mí, ella suspiró y me sonrió. Miré la copa de vino, hubo un silencio incómodo.

-Pondré algo de música! Sí?
-Sí. -Asentí y la vi ir hacia un reproductor.
-Suave... me gusta!

Me tensé un poco al verla sentarse nuevamente en el sofá más cerca de mí

-La verdad no sé por qué brindar... qué me dices tu Bucky...?

Negué con la cabeza.

-Bien, salud entonces. -Ella levantó la copa y sonrió.

Victoria bebió el vino de un solo trago, arrugó su rostro e hizo un sonido extraño.

-Que bien sabe!

Yo bebí el vino, la verdad sabía muy bien, ella sirvió más y tomó nuevamente de un solo.

-Maldito estrés, me está matando. Qué me dices tú?
-No deberías tomar así.
-Así como? -Ella dijo y sirvió más en su copa. -Termina tu vino o me terminaré la botella yo sola.
-Victoria, no lo hagas!
-Por qué? Tienes miedo que me ponga tan ebria que termine besándote y llevándote a mi cama para hacer el amor apasionadamente?

Bucky Barnes: The Winter Soldier.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora