"Unwritten" [Z. M]

Capítulo 8- La primera cita.

Zayn.  

—¡Hey Malik! ¿A dónde con tanta prisa? —me gritó Niall desde el otro lado del pasillo. ¡Casi había conseguido irme!

—¿Cómo dices? —me hice el desentendido.

—Dije que a dónde con tanta prisa —se fue acercando.

—Oh. Estoy cansado y un poco hastiado sobre todo esto, ¿tú no? Quiero un poco de aire fresco.

—Entiendo, entiendo.

—¿Quieres acompañarme? —rogaba porque dijera que no.

—Me gustaría, pero no. Liam y yo iremos al cine y después a un bar cercano.

—Ok. Diviértanse.

Y tras decir aquello me fui del lugar lo más rápido posible. Estaba retrasado. En cuanto entre al auto mi teléfono comenzó a sonar.

—¿Diga? —contesté sin ver la pantalla.

—Soy yo —hice una mueca al saber quién era.

—Sé lo que vas a decir. Y no, no pienso salir contigo hoy. Ya tengo planes, no estoy de humor para fingir una relación esta noche. Adiós Perrie.

Colgué antes de que ella pudiera responder. No quería escuchar su voz ni nada respecto a ella. Nadie debía de arruinar la noche. Hoy empezaba en juego para conquistar a Ivy.

***

Miraba con ansiedad el reloj del auto. Eran ya las 6:37pm. Ivy llevaba 7 minutos de retraso. Estaba frente a su departamento; por el ventanal que se encontraba en sus sala podía ver a tres siluetas que o se encontraban discutiendo o se encontraban charlando entretenidamente. Pronto las siluetas se dispersaron y segundos después pude ver como Ivy salía de la puerta del edificio.

Llevaba el cabello recogido en una trenza, unos pantalones negros de mezclilla, unos tacones dorados que iban a juego con su playera. En sus manos llevaba su pequeño bolso y una chaqueta de cuero. Se había maquillado más que la vez anterior. Los labios estaban de un leve rosado. Se movían, estaban hablando.

—¿Perdón? —dije parpadeando varias veces.

—¿Te encuentras bien? —me había quedado como un estúpido mientras ella subía al auto.

—Lo siento… estoy un poco cansado —le dediqué una sonrisa—. ¿Lista?

—Lista —me devolvió la sonrisa.

Volví la vista al frente y encendí el auto. Avanzamos un poco hasta que Ivy rompió el silencio mientras cambiaba de estación.

—¿A dónde iremos?

—Es una sorpresa.

—¡Oh! Anda, no seas así —me interrumpió.

—Solo te diré que en este tipo de cosas soy un poco chapado a la antigua, me gusta hacerlo como en los viejos tiempo.

Se volvió un silencio sepulcral. Solo se escuchaba la radio. Recordé la escena que había visto antes de que Ivy apareciera.

—¿Tuviste algún problema con las chicas? —me animé a preguntar.

—Solo con Ximena —en el tiempo que llevábamos de conocernos jamás había escuchado que le dijera por su nombre completo. Siempre era “Xime”.

—¿Se puede saber sobre qué?

—Sí —hizo una pausa. Inspiró hondo para luego soltarlo en un prolongado suspiro—. El trato que hicimos con nuestros padres fue que cada mes regresaríamos a Bradford para pasar el fin de semana con ellos. Hoy se supone que me iría con ella en el tren, pero no quería posponer nuestra cita.