Capítulo 9- La noticia.

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Ivy.

Era cerca de media noche cuando llegué a la estación de Bradford. Les había llamado a mis padres poco después de que el tren arrancara. Les tomó por sorpresa saber que venía ya que les había dicho que no llegaría hasta el día siguiente. En cuanto me vieron bajar del vagón unas grandes sonrisas iluminaron su cara, mamá casi lloraba de la emoción. Caminé a paso rápido y en cuanto estuve frente a ellos los abracé con fuerza.

—Ya te echábamos de menos —me dijo papá al separarme de ellos.

—Y yo ustedes. Los echo de menos, no es lo mismo —sonreí.

—Anda hija, debes de estar cansada —dijo mamá.

Papá tomó la maleta que había hecho mientras que yo iba en medio de los dos contándoles cómo me había ido en el último mes. Hablábamos casi todos los días, pero no siempre podía contarles con lujo de detalle todo lo que me pasaba o simplemente olvidaba algunas cosas. Omití el juego en el que estábamos metidos Zayn y yo. Para mamá, Zayn sólo era un amigo, tal vez mi mejor amigo.

—¿Por qué no podías venir hoy? —me dijo mamá. Papá sabía el verdadero motivo (a medias) de porque me era imposible llegar el viernes.

—Había quedado con unas compañeras de la clase de Literatura para hacer el proyecto final del mes. Ya sabes… cosas del colegio, pero dos de ellas (que son hermanas) no podían por motivos familiares, así que decidí venirme hoy —dije intentado sonar coherente, no había pensado en ninguna excusa.

—Oh —hizo una pausa—. Entonces, ¿quién te llevó a la estación?

—Zayn.

—¿Zayn? —mamá estaba confundida. Durante el tiempo que había pasado en Londres había omitido gran parte, si no es que toda, información de que lo veía seguido—. ¿Por qué él y no tu novio…? —dejó la pregunta en el aire.

—Es Harry, cariño —le respondió papá.

—Había estado hablando un rato con Zayn hoy por la tarde. Me propuso que fuéramos a tomar un café y charlar un rato. Después de eso me dio un aventón a la estación del tren.

—¿Y Harry? —siguió inquiriendo mamá.

—Él está en Holmes Chapel. Su hermana esta delicada de salud y fue a cuidarla, él sabe que estoy aquí.

No hablamos más y entramos al auto.

En cuanto dejé caer la cabeza en el respaldo cerré los ojos. Por poco y me quedaba dormida, no había tomado conciencia de cuan cansada estaba. Había sido un largo día, pero al mismo tiempo había sido un gran día.

Abrí los ojos de par en par en cuanto recordé que Zayn me había pedido que le avisara en cuando llegara a Bradford. Instintivamente saqué mi teléfono del bolsillo de mi chamarra. Estaba por marcar su número –el cual ya me sabía de memoria- cuando recapacite. Quería escuchar su voz, escucharlo pronunciar mi nombre, sentirlo más cerca de mí. Algo cursi, pero era lo que quería. Bloqueé el teléfono y lo guardé, esperaría hasta llegar a casa. Ya estábamos a mitad del camino.

En mi mente volví a repetir toda la cita con Zayn. Desde el momento en el que me subí a su auto hasta el momento en el que lo vi antes de subir al tren. No lo quería dejar. Quería estar más tiempo con él. Pero sabía que no podía. Uno, por tener que ir a Bradford; dos, porque era algo descabellado sabiendo que solo seríamos él y yo cosa que me ponía nerviosa; y tres, porque estábamos empezando desde cero y si quería que las cosas fueran bien tenía que “hacerme la difícil” y llevarnos todo este rollo poco a poco.

—Ya llegamos —escuché que papá dijo mientras apagaba el motor.

En vez de voltear y ver mi casa, que estaba a la derecha, volteé hacia la izquierda, a la casa de la familia Malik. Cuantos recuerdos había pasado ahí. Sonreí y bajé del auto. Ya era tarde, por lo que las luces estaban apagadas. Todas a excepción de una pequeña luz en una de las ventanas superiores. Era el cuarto de Waliyha.

"Unwritten" [Z. M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora