Zayn.
Estaba sentado en una vieja silla de madera, a mi lado izquierdo tenía una taza de café y sobre mis piernas un cuaderno de dibujo. Dibujaba plácidamente el cielo que había aquella despejada mañana más cercana al medio día.
Los últimos días era lo que había estado haciendo: dibujar. Aquella había sido mi forma de relajarme y alejarme de todos los problemas que había a mi alrededor.
Todo había empezado desde aquel día en el que dejé la fiesta de graduación de Ivy, Xime y Nicole. Recordar el beso que ella y Harry se habían dado me hacía ponerme furioso. ¿Por qué me besó primero a mí y después decidió ir y besar a Harry?
—¿Aun me amas? —me escuché preguntarle a Ivy.
—Zayn, yo… no lo sé.
Esas palabras fueron las que destrozaron mi corazón. ¿Cómo era posible que no lo supiera? Después de todo lo que habíamos pasado no creí que fuera difícil que alguno de los dos nos dejáramos de amar.
Dejé de trazar y miré hacia los árboles que se encontraban al final del jardín de mi casa. Mi respiración comenzó a agitarse, mis manos se estaban convirtiendo en puños y la desesperación estaba volviendo a mí. La frustración de no saber qué era lo que Ivy sentía por mí me estaba poniendo mal.
Una delgada mano se posó sobre mi mano derecha y con delicadeza comenzó a deshacer el puño que ya se había formado.
— ¿Recordando aquel día? —escuché una voz femenina.
Volteé a mi lado derecho y me encontré con una mirada azul. La luz del medio día hacia que brillaran más de lo normal. Por un segundo pensé que se trataba de Ivy, pero los de ella eran más obscuros por lo que supe que se trataba de Perrie.
Le dediqué una media sonrisa y solté un suspiro antes de contestarle.
—No dejo de pensar en su respuesta —le dije casi en un susurro.
— ¿Cuántas veces te lo tengo que decir Zayn? ¡Ella te ama! —dijo con tono maternal—. Pero también tienes que entender que esta confundida. ¿Cómo estarías tú?
—Igual o peor.
—Pero no por eso debes de entender que las cosas se van a solucionar con el tiempo.
— ¿Y qué quieres que haga? Intenté decirle que la amaba… es más, ¡SE LO DIJE! ¿Y qué fue lo que recibí? Una respuesta ambigua de su parte.
—Pero lo que tú hiciste fue confundir más sus sentimientos. Debiste de decirle que la amabas, pero no debiste de besarla. Con eso lo único que hiciste fue empeorar las cosas. Te puedo asegurar que ahora mismo te está comprando con Harry y se pregunta si en verdad lo quiere a él o a ti.
Estaba por responderle cuando el estridente sonido del teléfono fijo sonó. Estaba por ponerme de pie cuando Perrie me dedicó una sonrisa de complicidad y se levantó. Con una mirada me indicó que ella respondería el teléfono y con una sonrisa se lo agradecí infinitamente.
Como ya era costumbre entre nosotros, habíamos comenzado a pasar tiempo juntos. Había días en los que estábamos en su casa y nos dedicábamos a ver películas; hacíamos de igual forma lo mismo en mi casa. Éramos únicamente amigos, eso lo habíamos entendido a la perfección.
Desde que dejé la casa de Harry días atrás, ella había estado conmigo a sol y sombra. Agradecía eso, ya que se había comportado como una hermana para mí. Procuraba que comiera, que me mantuviera lejos del alcohol y el cigarro, me hacía bañarme todos los días y lo más importante: nos hacíamos compañía mutuamente.
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"Unwritten" [Z. M]
Teen FictionSegunda temporada de "Una Mentira, Un Error, Un Amor". Ahora todo se ha vuelto un verdadero triángulo amoroso. [Obra registrada en Safe Creative]