Capítulo 36- Tienes que decirles la verdad

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Ivy.

Estaba frente a la puerta principal de mi casa. Mi mano estaba sobre el picaporte, pero aún no había juntado el valor necesario para poder fingir felicidad y amor con Harry.

Estoy tan enamorada de él como de Zayn”. Esa frase retumbaba en mi cabeza desde minutos atrás.

No me sentía con el valor necesario para poder decirle a Harry lo mucho que lo quería a él y a Zayn, decirle que mi corazón estaba firme junto al de su compañero de banda. No quería decirle algo que lograría arruinar lo que teníamos y hacerlo sentir de la peor manera posible.

Desde aquella mañana, me había levantado con una frialdad en mi corazón. No me sentía capaz de nada. Mi corazón se había vuelto una piedra, lo había convertido en una para no derrumbarme por el recuerdo de todo lo que Zayn y yo habíamos vivido en Bradford.

Inspiré hondo y abrí la puerta con rapidez. La imagen que vi me dejó sin palabras y sentí una pequeña opresión en mi pecho. Todos se encontraban alrededor de la mesa pasando un gran momento, reían a carcajadas y Harry ya se sentía miembro de la familia.

¿Cómo podía mejorar eso las cosas, sabiendo que mi corazón pertenecía más a Zayn cuando me encontraba aquí?

— ¡Cariño! —gritó Harry al verme.

—Hola —dije con media sonrisa.

Se paró de la mesa y caminó hasta donde yo me encontraba. Debido a que nos encontrábamos frente a mis papás, solo nos dimos un corto beso en los labios.

— ¿Dónde habías estado, Ivy? —Preguntó Marcus, mi tío—. Nosotros ya terminamos de comer.

—Yo… quería despejar mi mente, estar lista para la boda —me obligué a sonreírles lo mejor que pude.

Caminé hasta la mesa y me senté a un lado de Harry. Por debajo de la mesa entrelazó nuestras manos. La calidez estaba volviendo a mí, me comenzaba a sentir protegida y estable a su lado.

Poco a poco, todos a mí alrededor comenzaron a limpiar. A la media hora, solo quedábamos Harry y yo en la casa. Papá y tío Marcus se habían ido a encontrarse con unos amigos, mamá y tía Liesel habían ido a terminar unos preparativos para la boda.

Harry me platicaba lo que había pasado en mi ausencia mientras yo terminaba de desayunar los molletes que mamá me había reservado.

—Te noto distraída, ¿todo está bien? —me dijo Harry al ver que no estaba del todo presente.

Parpadeé varias veces. Dejé el vaso de jugo de naranja a un lado y lo volteé a ver, mostré una media sonrisa antes de contestarle.

—Estoy nerviosa. Hoy por la tarde es la práctica completa en la iglesia y no sé qué diablos tendré que hacer —dije creándome un pretexto.

Se giró por completo hacia donde yo estaba y tomó entre sus manos mi rostro. Ahora nuestra distancia era escasa y podía casi sentir el calor corporal que emanaba.

—Te prometo que todo va a salir bien —me dijo de la forma más tierna.

Terminó de acortar la distancia y comenzó a besarme con lentitud. Sus labios poco a poco hicieron reaccionar a los míos. Eran suaves, tersos y sentía que volaba con cada movimiento suyo. Poco a poco fui posicionando mis manos en su marcado pecho.

Era ahí cuando no dudaba por mis sentimientos hacia él. Cada que lo besaba sabía que quería ser sólo de él, quedarme con él por siempre; pero entonces salía una pequeña parte de mí que me decía que todo aquello estaba mal.

"Unwritten" [Z. M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora