Capítulo 24- Otra faceta de Harry.

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Ivy.

Pasamos cerca de hora y media en aquella pequeña cafetería en el centro de Londres. En un principio pensé que estaría atascada de gente y a Harry le pedirían miles de fotos y autógrafos, pero no fue así. De hecho, apenas y gente había. Eso me agradaba.

Fue divertido el tiempo que pasamos ahí. Nos reímos, hablábamos, pero sobre todo nos abrazábamos y nos mostrábamos totalmente románticos. Harry me tomaba de vez en cuando por la cintura, me abrazaba o espontáneamente comenzaba a besarme. Cada que sentía su piel contra la mía me hacía arder, era difícil de explicar aquello.

— ¿Nos vamos? —me preguntó Harry cuando vio que varias personas comenzaban a tomarnos fotos. Sabía que aquello no me gustaba.

—Si no te molesta —contesté un poco apenada. No quería terminar aquel momento por culpa mía.

— ¡Para nada! —Me sonrió mostrando sus hoyuelos—. Además, no me gusta que interrumpan cuando estoy con mi chica —aquello lo dijo con un aire de complicidad, sonreí ante aquello.

Pedimos la cuenta y salimos del lugar en pocos minutos. En el momento en el que caminábamos por el pasillo para salir hacia la calle pude jurar que todas las miradas de los presentes estaban puestas en nosotros. Logré escuchar como una chica decía “¿Entonces si era Haivy?”, otra decía “Harry se ve tan feliz con Ivy” y otra que dijo “Ivy se ve muchísimo mejor con Harry que con Zayn, creo que Hazza la trata mejor”. Escuchar lo último me dejó una pequeña dolencia en el corazón. Sí, Zayn ya estaba en el pasado, pero eso no evitaba que me doliera que me recordaran a él. Se suponía que yo por Zayn ya no sentía nada y así tenía que ser.

Harry y yo dimos unas cuantas vueltas por los alrededores hasta que comenzamos a ver que nos notaban. Cuando vimos que más personas nos empezaban a fotografiar decidimos regresar al carro. Ese era el precio que se tenía que pagar al salir con un famoso: cero privacidad.

Subimos a su auto y estuvimos divagando por unos minutos hasta que su teléfono comenzó a sonar. Tuvo que estacionarse cerca de un supermercado para poder contestar. Mantuvo una conversación de menos de cinco minutos y colgó. Volteó a verme y sentí como todo mi cuerpo se sentía líquido. Me dirigía una penetrante mirada, sus ojos verdes puestos en los míos. Me recorrió un escalofrío por la columna vertebral cada que me veía con aquella mirada. Me hacía querer besarlo.

— ¿Sucede algo? —dijo con una media sonrisa y haciendo mi máximo intento para imitar su mirada.

—Xime me marcó, se quedaran en casa de no sé quién después de la fiesta. ¿No te molestaría quedarte a dormir en mi casa, verdad?

Sentí como toda la sangre se me acumuló al momento en el que formuló la pregunta. Recordé lo que había pasado la última y única noche que me había quedado a dormir en su casa.

¿Qué diablos había pasado, Ivy?, me pregunté.

Casi tuvimos relaciones la última vez que estuve ahí. Temía que eso volviera a pasar. Digo, ahora que lo nuestro era real era obvio que llegara a pasar algo parecido, pero no estaba lista para hacerlo. Aun recordaba todo lo que había hecho con Zayn, la delicadeza con lo que lo hizo y respeto con el que me trató.

—Tranquila, no vamos a hacer nada —dijo Harry poco después. También había pensado en lo mismo.

—Yo… está bien, supongo. Pero no traigo piyama ni nada —dije volteando a ver mi atuendo.

—De eso no te preocupes, te puedo prestar una de mis playeras y un bóxer para que lo ocupes como piyama —volteé a verlo y me dedicó una media sonrisa.

"Unwritten" [Z. M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora