Capítulo 1, parte 2.

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Dios, por estas pequeñas cosas es que me enamoro cada dia más y más de él. Es una persona excelente, y sé que será un increíble padre. Un excelente compañero de vida para mí, lo amo tanto. A pesar de los años el no ha cambiado mucho, sigue teniendo la mentalidad de siempre, claro más maduro. Pero todo con el tiempo ¿no?

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-Si, y que tenga algunos detalles por aquí-le dije señalando una parte de la madera.

-muy bien ¿será blanca no?-preguntó el hombre.

Justin y yo asentimos.

-genial, pueden pasarla buscando la semana que viene.

-Ah, otra cosa. Que encima de las flores diga “Avalanna” en… no lo sé ¿Qué tipo de letra justin?-le pregunté a mi esposo.

El se quedo pensando por unos segundos.

 -No lo sé, una letra que sea corrida y algo cursiva-sugirió.

-Muy bien, estará lista-termino de escribir el hombre.

-Muchísimas gracias-le agradecí sonriendo. 

Justin y yo nos montamos en el auto.

-Quedara hermosa-murmuré.

-Lo sé-respondió.  

Llegamos a la casa y  yo me puse a preparar el almuerzo.

-¿Qué harás?-preguntó Justin sentándose en la barra del mini bar que hay en la cocina.

-Macarrones con queso, no tengo animo-confesé.

-Esta bien, sabes que me encantan-me dijo sonriendo.

-Por eso.

Empecé a preparar la comida y sentía como justin no quitaba su mirada de mí. Alce mi mirada y ahora estaba con el teléfono. Volví a revolver los macarrones y sentí su mirada nuevamente. Hice caso omiso. Es increíble que tenga más de 5 años con él, y aun su mirada me pone nerviosa.

El poder del amor es increíble.

Justin dejo de mirarme, recibió una llamada y salió hacia la sala. Termine con la comida y puse la mesa. Justin seguía hablando por teléfono. Desde aquí podía oír solo murmuros.  Trabajo seguro.

Me senté en la mesa y empecé a comer.

-¡Justin!-lo llamé.

-Un segundo, amor-gritó de vuelta desde la sala. Minutos después volvió.

-Era Marcos-se sentó y empezó a comer-tengo un nuevo caso-comentó el torciendo una sonrisa.

-¿ah, sí?-pregunté.

Asintió metiéndose una cucharada de macarrones a la boca.

-¿Y de que se trata?

-Un chico que lo inculparon de violar a una chica-contestó tomando ahora un poco de jugo.

-¿”inculparon”?-pregunté yo no muy segura.

-Si, al parecer la chica lo invento, es una loca.

-¿Y cuántos años tiene el chico?

-Dieciocho –respondió.

Lo mire y seguí comiendo.

Justin termino de comer y se fue al trabajo.  No tengo nada que hacer, es horrible estar aquí todo el dia. Llamare a Sandra.

-Hey-salude.

-hola amiga ¿Cómo te has sentido?

-Pues no muy bien, ayer estuve vomitando-me mordí el labio frunciendo el ceño.

-Ese es el precio. -contestó ella.

-No sé como Justin quiere tener 15 hijos-reí y ella también se unió al a risa.

-¿Quieres que vaya?-preguntó ella.

-Si por favor.

-Nos vemos en 10 minutos-dijo de vuelta mi amiga con un tono alegre.

Y corte la llamada telefónica.

Me senté el sofá. Ahí pensé muchísimas cosas, pensé en que hare cuando tenga la niña. Será extraño, no lo sé. Extraño. Tantas veces que jugué de niña que era mamá y finalmente si lo seré, en la vida real. Presente, no sueño. Vida real. Y vi mi panza.

-Dios Avalanna, quiero que salgas ya de ahí-empecé a acariciar mi barriga-Te amo tanto princesa, te espero con ansias-y ella dio pataditas-¡Aww! Diste pataditas. Las dio, si las dio. ¿Fue mi imaginación? No, no lo fue. Si lo hizo. Oh ¡que emoción! Tengo que llamar a Justin.

Me pongo asi porque ella no lo hace a menudo. Le marque rápidamente a Justin.

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Familia fraternal | Secuela de "Pero... Él es mi primo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora