Capitulo 3

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Hermione entra al gimnasio y lo busca con la mirada hasta que da con él. Harry Potter se encuentra practicando con un saco de boxeo, sus puños golpean rápidamente mientras de su boca salen pequeños gruñidos. Se ve tan enojado y concentrado que no ha reparado en su presencia. Está descargando su ira en el saco y la castaña se pregunta lo doloroso que sería recibir algún golpe de esos, probablemente noquearía a cualquier persona.

Hermione aparta la mirada al notar que lo ha mirado más de lo debido y suelta un carraspeo, atrayendo su atención.

Harry levanta sus ojos verdes y la examina de pies a cabeza, en una mirada que la hace temblar.

Esa misma mañana a Hermione le habían entregado el uniforme de trabajo que debía usar, que consiste en una camisa blanca, demasiado transparente para su gusto y una falda negra por encima de las rodillas.

Lleva el cabello recogido en una coleta y los labios pintados de ese labial rosa que le había regalado Maya antes de partir. A la mañana había tenido el impulso de ponérselo, es la primera vez que le sucede algo así. Una parte de ella sabe que se lo ha puesto por él.

-Te han dado el uniforme -suelta Harry sin dejar de mirar su cuerpo.

-Sí -Hermione se atreve a mirarlo a los ojos, e inevitablemente su mirada baja a ese pecho sudoroso. Se regaña a sí misma y vuelve hacia arriba, para notar como Harry la está comiendo con la mirada.

La bruja aprieta las piernas, tensa. Quiere ignorar aquella oleada de placer que siempre le provoca, quiere volver a hablarle con facilidad, como solía hacerlo antes.

-Kingsley quiere que me acompañes a una reunión importante esta noche -suelta Harry cortando el silencio -, ¿te lo ha mencionado?

Hermione asiente.

-Me ha dicho que no puedes asistir sin mí...

Harry sonríe, una sonrisa que podría dar escalofríos a muchos, pero Hermione se mantiene firme.

-Puedo asistir de todas maneras muñeca, con o sin ti -dice tomando el saco de boxeo de nuevo, y comienza a entrenar de nuevo.

-Sabes que no. Kingsley no te lo permitiría después de los escándalos que has hecho últimamente... En fin, puedo acompañarte -responde acercándose a él -, pero con una condición...

Harry frunce el ceño, claramente molesto.

-¿Una condición? Trabajas para mí Granger, que no se te olvide -dice burlón, con la respiración agitada mientras le da un gran golpe al saco.

Hermione sonríe intentando tranquilizarse. No logrará sacarla de quicio. No, no.

-Tienes que prometerme que en unos días nos reuniremos todos otra vez, en la Madriguera.

El elegido bufa, frunciendo aún más las cejas.

-Ni lo sueñes.

-¿Por qué Harry? Son nuestros amigos... no crees... ¿qué nos hará bien? -insiste Hermione, quien está enterada que Harry se ha alejado completamente de los Weasley. No entiende el por qué. Sabe que, tratar con Harry en estas condiciones no es nada fácil, ¿pero por qué sus amigos lo abandonarían siendo conscientes de su enfermedad?

-Has estado alejada mucho tiempo Hermione, las cosas ya no son como antes -contesta dejando el saco y cortando demasiado la distancia entre los dos.

Y otra vez la guerra de miradas comienza.

-Iremos, nos reuniremos otra vez, te... te convenceré -musita ella tragando saliva.

Harry sonríe maliciosamente y se acerca a su oído con lentitud, rozando su mejilla contra la suya.

Cincuenta Sombras De PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora