Capitulo 22

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-No sabes lo hermosa que te ves con eso puesto -jadea Harry recostado sobre la cama mientras ve a Hermione salir del baño con un bonito y sexy camisón puesto. Hermione sonríe mientras se acerca a él, gateando sobre la cama.

-Mi leona -se ríe Harry tomándola de las caderas y obligándola a caer sobre él, la bruja suelta un gritito y los besos no tardan en aparecer, llenando de gemidos la habitación.

-¿De verdad lo has dejado durmiendo? -gimotea ella cuando siente como sus manos pasan por debajo de la tela y acarician sus pechos. Ese simple toque hace que se le erice la piel, siempre tan ocupados con James y con el trabajo que cada vez son más pocas las veces que tienen para disfrutar así.

-Hasta le leí un cuento... ya debe... ya debe estar durmiendo -gruñe Harry y su boca viaja hasta su cuello, para comenzar a morder allí. Hermione se aferra él, gimiendo como loca, y todo su ser comienza a cosquillear. -No sabes cuánto te extrañé...

-¿Mucho? -jadea ella apretándose contra su erección.

-Mucho, preciosa. Estás en mi cabeza todo el tiempo...

-Entonces no esperemos más -dijo llevando sus manos a sus pantalones para desabrocharlos.

-¡Papi! -se escucha de repente detrás de la puerta. Hermione y Harry sueltan un suspiro, la situación es casi para largarse a llorar. Todas las noches lo mismo -. ¡Mami! ¡Tengo miedo!

-Deberíamos comprarle el cachorro que tanto quiere -suelta Harry mientras Hermione se levanta para colocarse una remera sobre el camisón -. Tal vez así se sienta más seguro en su habitación...

-Sabes que mientras esté Crookshanks eso es imposible -repite Hermione por centésima vez, acercándose a la puerta y abriéndole a su pequeño hijo.

-Mami -dice el niño de cabello azabache abrazando sus piernas -. ¿Puedo... Puedo dormir esta noche aquí?

-Claro que puedes.

-¿Papi también está de acuerdo? -pregunta mirando hacia su padre. Este sonríe y le hace señas para que suba a la cama.

-Ven, campeón -le dice y James no tarda en correr y saltar a la gran cama. Hermione se une a ellos y Harry los cubre a los tres con la frazada como tantas noches.

-Papi, cuéntame otra historia de Quidditch.

-¿De Quidditch otra vez? -se queja Hermione suspirando y hundiendo su rostro en la almohada, pero como siempre la ignoran y Harry comienza a contarle al pequeño sobre su primera victoria. Por milésima vez. Parece que James será un deportista nato, y que el Quidditch lo lleva en la sangre pero Hermione se niega a rendirse con los libros, tiene la esperanza de que algún día su hijo comparta la misma pasión que ella.

-¡Y luego atrapé la snitch con la boca! -exclama Harry y al no tener respuesta baja la mirada, para encontrarse al pequeño completamente dormido. Hermione ríe.

-Parece que se ha aburrido de ti.

-Se aburre mucho más con Historia de la Magia -dice alzando una ceja. La castaña acerca una mano y le aprieta la nariz con fuerza -. De acuerdo, de acuerdo, me retracto. Déjame respirar.

Sonriendo, Hermione lo suelta y le acaricia el cabello al durmiente James.

-Cada vez que cuentas sobre esa atrapada de snitch es como si lo hicieras por primera vez... a James le fascina tu manera de contar historias -murmura -. Parecen ser el uno para el otro...

Harry mueve su cabeza hacia el costado suavemente, intentando no despertar a su hijo y mira a Hermione con una sonrisa.

-Siempre te escucho decir que es igual a mí, pero cuanto más lo miro veo tanto en él de ti -susurra y ella lo mira sorprendida -. Esa carita que pone cada vez que se concentra para dibujar... es la misma que ponías tú al leer en la Sala Común -se ríe bajito acariciando las pequeñas cejitas de su hijo -, y esa forma en que junta las cejas y me mira con brazos cruzados cuando se enfada conmigo. Tiene tu carácter.

Cincuenta Sombras De PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora