Capitulo 18

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Hermione se apoya contra la pared soltando un suave suspiro. La sala está tan silenciosa y cargada de tensión que cuando Kreacher entra con el pastel de manzana las tres le prestan suma atención.

Ginny está sentada en uno de los lujosos sofás de la Casa de los Black con una taza de té en las manos. Ha estado ignorando a la castaña desde que llegó.

Luna observa a sus dos amigas en silencio, sin poder entender como han llegado a esa situación. Todo ha pasado tan rápido que Hermione tampoco lo puede asimilar. Luego del ataque en el Valle de Godric y la muerte del niño, el secreto de la huida de Rookwood ha salido a la luz. Ron la ha perdonado pero Ginny claramente no y eso le rompe el corazón, porque sabe que su amiga tiene razones para sentirse así, le ha ocultado por meses que el asesino de su hermano anda suelto. Ahora mismo se siente como la peor de las amigas.

Kreacher pasa junto a ella y le ofrece pastel.

-Gracias Kreacher, pero no tengo hambre -susurra y el elfo asiente para luego ofrecerle a Luna que acepta con gusto.

-Gracias, señor.

Kreacher sale de la sala, dejándolas otra vez en ese ambiente tenso. ¿Cuándo iban a llegar los demás? Siente que han pasado horas desde que han estado esperando allí.

-Kingsley se sorprendió cuando le dije que quería ayudar -gruñe Ginny más enfadada que nunca -. Si hoy intentan hacerme cambiar de idea, no lo van a lograr.

Hermione mira sorprendida hacia su dirección al escucharla hablar. La pelirroja continúa clavando su mirada en el suelo y con los labios apretados de enfado.

-Ginny, no los culpes, luego de lo que le pasó a Hermione es normal que estén preocupados -dice Luna suavemente -. Probablemente estén pensando en cómo evitar que suceda otra vez. Darles protección.

-No necesito protección. Solo quiero... -Ginny suelta un suspiro demasiado cansada como para continuar.

Hermione comprende totalmente ese sentimiento de impotencia, desde que Rookwood ha escapado de Azkaban, Harry ha estado más protector que nunca y todo empeoró luego de aquella visita que le hizo en la Mansión, ahora el azabache no la quiere dejar sola ni un momento y ni hablar de permitirle luchar junto a ellos. Han tenido varias discusiones sobre ello, pero Hermione continúa manteniéndose firme. Siente que se lo debe a Fred, y que ninguno de sus amigos estará en paz hasta ver a Rookwood encerrado de nuevo. Necesita ayudar.

La puerta se escucha y las tres brujas levantan la mirada. Kingsley, Harry, los Weasley y varios aurores se acumulan en la sala. Luna y Hermione se acercan y saludan a los recién llegados. Cuando la castaña se encuentra con los ojos verdes de Harry, sabe que todavía continúa manteniendo su opinión: no quiere que participe en esto. Y no es la única en aquella situación, puede escuchar como los Weasley discuten entre susurros con Ginny, intentando inútilmente llevarla a casa.

-¿Deberíamos entrar al despacho? -les pregunta Hermione interrumpiendo aquella discusión. Kingsley asiente y los guía hasta la habitación.

Hablan y discuten por horas. La bruja recopila toda la información posible, hace tantas preguntas como puede del último enfrentamiento, ve dolor en cada uno de sus rostros al responder pero sabe que no tiene otra opción si quieren llegar a alguna pista.

-¿Y tú Johnson? ¿Qué puedes decirnos del ataque? -le interroga Hermione y el auror se rasca la cabeza pensativo.

-Lo último que recuerdo es estar peleando contra uno de los mortífagos, y que otro se estrelló contra mí y ambos caímos de la escoba... Luego todo se volvió negro.

-¿Han investigado a fondo el lugar?

-El equipo de investigación se está encargando de eso -responde Kingsley -. Estoy seguro de que algo van a encontrar. Esos malditos suelen cometer errores.

Cincuenta Sombras De PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora