Parte 1: Otra vez

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Afs

Otro primer día en el instituto, gracias a los dioses ya es mi último año en ese sistema lleno de críticas y necesidades de aceptación.

Lo único bueno de esto: mis amigas, venimos juntas desde la primaria y realmente jamás he encontrado personas con el mismo "Coeficiente de locura". Es lo único que logra arrancarme una media sonrisa al pensar en el Instituto puesto a que el período pasado no fue de los mejores, todo lo contrario.

Vamos, que te engañen públicamente y digan que no cortan la relación por el hecho de que "podrías llegar a suicidarte" no es lo más lindo que pueda ocurrirle a alguien, y como los chismes viajan a la velocidad de la luz, medio Instituto me consideraba una chica deprimida y la otra mitad pues, una manipuladora capaz de jugar con su propia vida con tal de mantener a un novio a su lado. Realmente no soy ninguna de las anteriores, mejor dicho, soy todo lo contrario; soy una chica normal, trato de ir bien en las clases y de llevarme bien con todos. Físicamente tampoco resaltaba, no soy muy alta, ni flaca, ni gorda, y mi cabello castaño es incontrolable pero extrañamente hermoso.

Con cara de pocos amigos, subí al auto de mi mejor amiga Liz. Ella es todo lo que cualquier chica quisiera ser, alta, hermosa, con un largo cabello negro, una sonrisa vivaz capaz de alegrar a cualquiera, ella era la que mantenía al grupo con vida en los peores momentos.

—¡Holaa! ¿Hay alguien en casa?— Dijo mientras golpeaba mi cabeza al ver que no respondía.

—Se que estás triste por lo de Matt, pero hoy comienza nuestro último año en ese infierno, y si sigues así creo que no podrás soportarlo—

—Tranquila no es que vaya a suicidarme— Dije con ironía —Ya estoy cansada de estar siempre con una nube negra sobre mi cabeza, este es el último año donde estaré contigo y con Annabelle. Creeme ya Matt no me duele tanto como antes— le di una sonrisa forzada—

***

El auto se detuvo frente a un edificio y al cabo de unos minutos sentí la puerta trasera abrirse y seguidamente unas manos sobre mi rostro. Sonreí al darme cuenta que era Ann, que luego me envolvió en un abrazo impedido por el asiento del auto, pero que realmente me ayudó mucho.

—¿Cómo te sientes Maddie?— dijo Annabelle mientras acariciaba mi cabello.

—Estoy mejor que nunca— Mentí.

Quien puede sentirse bien al saber que el chico que creías amar durante casi tres años, te engañó con la más zorra y regalada del Instituto y aún no contento con ello, te destruyó, diciendo que seguía contigo por lástima y miedo a que te mataras debido a que el era todo lo que tenías. El solo pensar que vería eso todos los días hacia que mi estómago se retorciera.

—Ok, aquí vamos de nuevo — dijo Liz mientras arreglaba su cabello.

—Maddie, dales tu mejor sonrisa. No dejes que ese imbécil crea que aún le haces falta— Dijo Ann mientras bajaba del auto.

Respiré profundo y traté de poner mi mente en blanco, tome la manija de la puerta y la halé, al bajar justo del otro lado del estacionamiento estaba el causante de estas últimas semanas de lágrimas... Matthew  Vega.

Estaba ahí tan feliz, con esa maldita sonrisa de galán de comercial

—Auch— dije al sentir el golpe que me sacó de mis pensamientos

—¡Madison Stewart, concentrate! Al momento de pasar esas puertas debes tener la frente en alto, sonríe, hoy estás hermosa— Gruñó Liz al notar que miraba a Matt.

Miré a mis mejores amigas —Bueno, último año ¡ahí vamos!— Suspiré con cierta alegría, algo me decía que este año sería diferente en el buen sentido

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora