Capítulo 4: No me gustan las sorpresas

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-Austin, podrías decirme a ¿Dónde demonios vamos?- Comenzaba a asustarme- Estamos saliendo de la ciudad, y no creo que haya una heladería a la mitad de la nada.

-Tranquila Maddie, no soy un asesino en serie o algo así. Ya te dije que es una sorpresa- Me sonrió sin quitar la vista del camino.

Comenzaba a anochecer y aún no conocía cual sería nuestro destino, de seguro mamá ya ha de estar preocupada porque no he llegado a casa.

-Austin, está oscureciendo. Mis padres deben estar preocupados-

-Creo que deberías llamar y decir que estas conmigo y llegarás tarde- Oh maldición no, no dijo eso.

-¿Qué tan tarde? Recuerda que mañana hay instituto.-

-Llegarás a casa antes de la medianoche Cenicienta, es mejor que los llames ahora de seguro pronto saldremos del área de servicio.- Okay creo que moriré esta noche... Madison Stewart asesinada por psicópata que le invitó un helado... Genial.

***

-Hola, Mamá.

-Si cariño dime.

-Llegaré tarde a casa, voy con al cine con los chicos.

-Está bien Maddie. Solo no llegues borracha-Puse los ojos en blanco.

-Sólo fue una vez, si. Tengo que colgar, los chicos me esperan.

***

-¿Por qué le mentiste?- preguntó Austin ceñudo.

-¿Qué querías que le dijera? "Mamá voy a quien sabe donde con un chico que conocí hoy en el instituto y me lanzó su almuerzo encima, no tengo idea de quien es, solo se que se llama Austin"-

-Auch, eso dolió. Está bien Madison, no te diré a dónde iremos...- Mi cara se volvió una gran interrogante- Pero si quiero que sepas mas de mi que solo como me llamo. Vamos, pregunta lo que quieras.

Ah okay, ahora jugaremos a las preguntas. Y ¿qué le pregunto? ¿Quieres matarme o algo?, no eso sería muy extraño.

-Okay ¿Cuál es tu color favorito?-
-¿Es en serio Stewart? ¿Es lo mejor que tienes?- la sonrisa en su rostro se ensanchó- Me gusta el color café de tus ojos- Afs idiota, esa respuesta solo provocó que pusiera los ojos en blanco- Está bien, está bien, no te molestes. Me gusta el gris ¿y el tuyo?

-El verde- dije con emoción al recordar la discusión por un crayón de ese color que hizo que conociese a Parker.

-¿El verde?- dijo ceñudo- Jamás lo hubiese imaginado, sabes con esa apariencia de chica fresa me esperaba que dijeras rosa Barbie- dijo mientras trataba de contener su risa. Idiota.

-Pues, nunca juzgues a un libro por su portada.

-Oh, ya veo que no- note como se perdía ligeramente en sus pensamientos- Ok, creo que es mi turno de preguntar- una sonrisa socarrona se había apoderado de su rostro, esto puede que no sea bueno- ¿Por qué aceptaste salir conmigo?

-Primero, amo el helado por sobre todas las cosas. Segundo de no haberlo hecho Liz y Ann me fuesen obligado a hacerlo y por último, tienes que pagar por lo que hiciste.

-¿O sea que no lo haces porque te parezca alguien agradable con el cual puedes ir por un helado?- En realidad si me parece alguien agradable, pero no se lo diría.

-Sólo tienes una pregunta por turno Austin, son las reglas.

-Está bien, creo que te toca entonces.

Pensé muy bien mi pregunta, quería que fuese algo que el no se esperara, que lo sorprendiera por completo-¿Con cuantas has estado?- respingó al oír la pregunta pero no era la reacción que esperaba.

-¿Estar de novios o estar de sexo?- preguntó con el ceño fruncido.

-Sólo responde Austin, no le des muchas vueltas.

En ese momento creo que se dió cuenta de lo que intentaba hacer y su estúpida sonrisa volvió a aparecer.

-Está bien, he sido pareja de unas 20 y he tenido sexo con más de 25- Mis ojos se abrieron como platos. Ha tenido veinticinco parejas sexuales, no podía creerlo.- Llegamos.- esa simple palabra logro conectarme a la realidad, y quería huir de ella nuevamente.

- Austin esto es un bosque, estoy segura de que a menos que un oso tenga una heladería no habrá helados cerca.

- Por supuesto que no Maddie, no hay heladerías, ni tiendas, ni nada en varios kilómetros.-Eso me asustaba y mucho.

Austin bajo de su camioneta y fue por unas cosas que tenía en el maletero.

-Aquí está tu helado- dijo señalando la hielera- Vamos, sigueme, se que no te arrepentirás-

- Austin, no me gustan las sorpresas ¿Cuantas veces tengo que decirlo?- dije mientras nos adentrábamos más en el bosque.

-Hasta que te convenza de que no son tan malas como crees.- Se detuvo- Esperame aquí.

- Oh claro, abandoname en el bosque durante la noche. Primero me lanzas tu almuerzo y ahora esto.

***
Pasaron casi diez minutos y no había señales de Austin por algún lado. Si antes estaba nerviosa, ahora estaba completamente aterrorizada. Ahogué un grito al sentir que unas manos cubrían mi rostro

-Shhh Maddie, soy yo.

-¿ Por qué diablos me tapas los ojos?

-Deja de preguntar tanto y camina, yo te guío.-Dijo en mi oído- Te prometí que está sorpresa te gustaría y lo cumpliré.

***
-¡Voila!- exclamó a quitarme las manos de la cara. El lugar era realmente hermoso, estábamos en un risco que tenía una vista hermosa a la ciudad. Era hipnótico ver cómo la vida nocturna comenzaba a crecer.- Y... ¿Qué te parece?

-Es... Es hermoso- a penas pude decirlo, eso me había robado el aliento.

- Y eso que aún no has visto todo lo que preparé- tomó mi mano y me guío hasta el lugar donde tendríamos nuestro picnic nocturno.

-¿Chocolate?

-Si, por favor- no podía dejar de mirar hacia la ciudad.

-Ten- dijo Austin mientras se sentaba a mi lado- Es perfecto ¿No te parece?.

- Si lo es.

-¿Quieres ver algo aún más increíble?

-¿Qué puede ser más increíble que esto?- Tomó mi rostro con suavidad y dirigió mi mirada al cielo. Era realmente asombroso, el negro profundo y todas aquellas estrellas que parecían pequeños puntos en el firmamento.

-¿Qué tal ahora?

Sencillamente no pude responder, estaba anonadada. Era lo más hermoso que había visto en mi vida.

-¿Te gustó la sorpresa, Madison?- una sonrisa se había posado en su cara, pero esta vez no era detestable si no dulce.

-Me encantó- pude pronunciar en un hilo de voz.

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora