El fin de semana se pasó más rápido de lo que esperaba, ya era lunes y me encontraba maldiciendo al despertador por ese estridente y detestable sonido. De mala gana tomé una ducha para despertarme del todo, lavé mis dientes y me arreglé para ir (de nuevo, afs) al Instituto, decidí ponerme unas calzas negras y un suéter ancho pero muy lindo. Me paré frente al espejo y no pude evitar pensar en cómo luciría dentro de unos pocos meses, puse una mano en mi vientre y me perdí en pensamientos e ilusiones sobre la nueva vida que estaba en camino.
La bocina del auto de Parker me sacó de mis fantasías, tomé mi bolso y baje a paso rápido, al llegar al auto sentí que me fallaron las piernas y juro que pensé que me desmayaría allí mismo, pero no fue asi. Subí al asiento del copiloto y Parker puso el auto en marcha.
-Oye Kingsman, no sé si se te averió el GPS pero ésta no es la ruta para el Instituto- bromeé.
-No Stewart, no tengo el GPS dañado- dijo divertido- vamos por Liz y Ann, desde que tengo auto de nuevo Liz quiere cobrarme las veces que me llevó al Instituto.
Nos detuvimos en un semáforo en rojo y mientras esperábamos Parker dirigió su mano a mi vientre, sentí cosquillas ante su tacto.
-Maddie ¿Es normal que no patee?- preguntó intrigado.
-Aún es muy pequeño- reí- según lo que he aprendido en biología, el bebé comienza a patear en el segundo trimestre.
-Ahm- dijo algo desanimado- Aún no sabré si Parker Jr. Será tan bueno en fútbol como yo.
Estallé en carcajadas al escuchar eso- ¿Parker Jr.? ¿Y que te hace pensar que ese será su nombre?-
-Porque, se que será un niño y también se que no podrás evitar ponerle el nombre de su tío favorito- dijo haciéndome cosquillas, a lo que yo me retorcía.
***
Ya con Liz y Ann en el asiento trasero, nos fuimos al Instituto, ellas no paraban de hablar sobre algo que yo no lograba entender y cada vez que preguntaba me ignoraban.Cuando llegamos, me despedí de cada uno de ellos y me fui con pesadez a mi primera clase. Los primeros periodos fueron casi eternos, pero ya era hora del almuerzo y me dispuse a ir a la cafetería, pero antes decidí parar en mi casillero para guardar los libros que traía.
Mientras cerraba la pequeña puerta sentí unas manos sobre mi rostro.
-Parker dejate de tonterías- bromeé. Las manos bajaron a mi cintura y me abrazaron desde atrás.
-¿Sigues creyendo que soy Parker?- susurró Matthew en mi oído. Sentir su aliento cerca de mi cuello me hizo estremecer pero de rabia quería golpearlo en sus joyas reales, pero decidí que era mejor calmarme y mantener una relación neutral con él, de todas formas en algún momento se enteraría que tendremos un hijo.
-¿Podrías soltarme?- fue más una orden que una pregunta.
-¿Y por qué? ¿Si tu bien sabes que esto te encantaba?- dijo mientras apretaba aún más su cuerpo al mio.
-¡Sueltame!- volví a repetir. Sus manos bajaron hacia mi vientre y no pude evitar sentir nervios, ¿acaso lo sabía? ¿Pero como demonios?
-¡Ve... Vega sueltame ya!- dije nerviosa.
Matt ignoró todas y cada una de mis órdenes de que me soltara, no entendía que diablos le pasaba, por qué actuaba así. Volví a ordenarle que se alejara de mi, me ignoró completamente.
-¿Acaso eres sordo?- dijo una voz familiar.
Matthew lo ignoro cómo había hecho conmigo antes.
ESTÁS LEYENDO
El Hilo Rojo
RomanceHola! Mi nombre es Madison. ¿Creen ustedes en el destino? ¿O en que todo pasa porque así debía ser? Yo no... Yo siempre creí que todo ocurría porque nuestras acciones nos llevaban a eso. Pero el amor siempre se ha comportado diferente... Dicen que...