Capítulo 30: ¿Qué haces aquí?

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Mi corazón latía desbocado y parecía detenerse en seco en cada bip, no sabía que diría, un "Hey, estoy bien. No me busquen" o quizás comience a llorar antes de decir cualquier cosa. Sinceramente, no lo sabía.

Evite usar un teléfono público, ya que en el pueblo solo hay tres y sería fácil identificarlos por el código de área, así que utilice mi propio celular.

-¿Hola?

-Estoy bien, no vayas a tener un ataque de histeria- dije a Liz antes que terminará de procesar lo que ocurría.

-¿Dónde carajos estás Madison?

-Eso no importa ahora, lo importante es que estamos bien... Y quiero que se lo digas a mis padres.

-Ellos están muy preocupados, tu padre canceló su viaje y tu mamá fue a dar al hospital varias veces por sus nervios- Liz no se escuchaba molesta, pero si había reproche en su voz.

-¿Cómo sigue mamá?-

-Le recetaron calmantes pero es todo lo que sé-

Un nudo en mi pecho presionaba cada vez más fuerte.

-¿Por qué  te fuiste sin decir nada?

- Intenté hacerlo... Pero en ese momento nadie apareció.

- ¿Y era muy difícil dejar un mensaje?

-No... Sólo quería irme y alejarme de todo.

-Fuiste muy egoísta, no pensaste en tus padres, en nosotros o siquiera en el imbécil de Matthew, que por cierto tu padre casi lo mata a golpes. La única persona a la que no parece importarle que hayas desaparecido es a Austin.-

Suspiré...

-Liz, quise hablarte a ti más que a cualquier otra persona porque a pesar de tus ataques, eres la que sabrá manejar mejor esto y le harás saber a los demás que estoy bien... Ann de seguro se fuese desmayado al escucharme.- una pequeña risa sono por lo bajo.

-¿Cuándo piensas volver?-

-Cuando deje de tener miedo.-

-¿A qué le temes?-

-A enfrentar esto... Te llamaré pronto, sólo diles que estoy bien, a mamá y a papá que los amo y que por favor me perdonen.- Fue lo último que dije antes de colgar.

Todas esas lágrimas contenidas por esos escasos 3 minutos salieron como cascadas. Sólo podía llorar, mi familia estaba mal por mi culpa, mis amigos estaban preocupados... Matthew, era el menos importante pero en parte me siento feliz de que papá le diera una golpiza.

***

Luego de unas horas decidí darme una ducha fría para espabilar mi cuerpo y tratar de apartar toda esa culpa de mi.

Me vestí con un pijamas y me lancé  a la cama, ya era hora de cenar. No sentía hambre, sólo ganas de estar en una burbuja o desaparecer.

-Soy una mierda egoísta- repetía constantemente en mi cabeza.

- Al menos debiste llamar a tu madre

Matthew te matará en cuanto aparezcas

¿Qué clase de amiga eres?

Ni siquiera a Austin le importas...

****

-Maddie ¿te encuentras bien?- dijo Clara mientras tocaba mi puerta.

No respondí.

-Voy a entrar- mientras abría la puerta suavemente.

Yo me encontraba hecha un ovillo  en mi cama.

-¿Qué sucede niña?- dijo sentándose a un lado mientras acariciaba mi cabello.

-Soy una horrible persona- dije antes de volver a romper en llanto.

- No eres tan bonita como yo a tu edad, pero tampoco es para tanto-

Levanté mi cara de la almohada y la miré con el ceño fruncido a lo que ella me respondía con una sonrisa burlona.

-Vamos, ¿Dime que sucede?- insistió.

-Todos están mal por mi culpa, por ser inmadura, por no ser responsable, por estar embarazada...-

-Deja de decir tonterías, creo que lo menos que les debe importar ahora es tu embarazo. Deben de creer que estas sola, con miedo, enfrentado el mundo. Es normal que se preocupen.-

-Pe... pero no quiero volver aún, no me siento preparada para enfrentar todo este desastre.-

- Si piensas que volver te hará daño, entonces no lo hagas.-

-¿Cómo les hago saber que estoy bien y quiero estar sola?-

Suspiró- Sólo diles.-

Cubría mi rostro con la almohada y Clara se levantó y se dirigió a la puerta.

-Llama a tu madre y dile que estas bien, dile lo que sientes y por que no quieres volver. Y más te vale que bajes a cenar o subiré y te obligare a hacerlo.- dijo antes de salir.

Bajé a paso lento hacia la cocina, Clara me había preparado un estofado de carne con vegetales, ni se veía apetitoso pero force varios bocados a bajar por mi garganta.

- Y bien ¿que decisión tomaste?-

- La llamaré-dije mientras jugaba con la cuchara.

-Es lo que yo hubiese hecho- dijo con una pequeña sonrisa de suficiencia.

-Tengo miedo- suspiré.

- Mi niña, es normal tener miedo. Pero si no te enfrentas a esos miedos siempre estarás en el mismo lugar y con la incertidumbre de qué hubiese pasado si...-

-Lo se...-

-Ahora, termina de comer tu estofado y deja de mirarlo como si fuese la peor comida del mundo-

Reí-Si señora-

***

Ya en mi habitación, sentía los segundos pasar con lentitud... Estaban por dar las 9:00pm. No sabía si mamá estaría despierta o si sería ella quien me atenderia.

Respiraba profundo girando el celular en mi mano.

¿Por qué no tenía el valor?

¿Por qué debía ser tan cobarde?

Sólo hazlo Madison...

Tomé una bocanada de aire y marqué el celular de mi madre, escuché el tono unas tres veces antes de que alguien se escuchara al otro lado.

-¿Maddie, cielo?- escuché la voz congestionada de mi madre.

-Si, mamá- comencé a llorar- Estoy bien, no tienes que preocuparte por mi...-

-Hija, ¿Por qué te marchaste?-

-Tengo miedo, de enfrentar todo esto. Volví nuestras vidas un desastre.-

-Eso no es cierto Maddie, tu padre y yo te amamos y entendemos tu situación. No queremos que estés lejos en tu estado, algo podría pasarles-

-Mamá, te amo y mucho, pero no voy a volver, no ahora, necesito este tiempo, necesito tomar fuerzas. Sólo quiero que tu y papá sepan que estoy bien y el bebé tambien, yo los llamaré con frecuencia, te amo y cuidate mucho.- dije antes de colgar.

Fui a la cama aún con lágrimas cayendo por mis mejillas y me deje vencer por el cansancio.

***

Me desperté al sentir unos golpes en la puerta.

-Madison, alguien te busca.- oí decir a Clara del otro lado de la puerta.

Salte de la cama por la sorpresa...

¿Quién me buscaba y por qué?

Bajé  las escaleras a paso rápido y me dirigí hacia el recibidor.

Sentí un nudo en mi pecho al ver quien era...

-¿Qué haces aquí?-

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora