Capítulo 6: ¿Qué demonios te pasa?

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-Si, si interrumpes ¿no te das cuenta?- Respondió Parker con un tono de voz bastante sombrío.

-Perdonen... Yo... Sólo... Toma Maddie- Dijo Austin al entregarme la medalla que llevaba el día de ayer.

-Gracias Austin, no recordaba donde rayos había quedado.

-No te preocupes. Los dejo para que sigan en lo suyo- Nos dió una sonrisa forzada. Acaso estaba pensando que Parker y yo... ¡No puede ser!

-Austin, espera- lo detuve por su camiseta.- Ten, muchas gracias por prestarmela- le entregué la polera, ya limpia obviamente. La lavé inmediatamente después que llegué a casa para poder devolversela hoy.

-Oh, no creí que me la devolverías tan pronto.

-Es sólo... Que... No me gusta tener cosas de otras personas, menos de chicos... La gente suele pensar mal.

-No te preocupes Madison, los dejo, hablamos luego.- volvió a dedicarnos la misma sonrisa falsa de hace unos momentos.

-Al menos dime que ésta vez si te diste cuenta.

-¿Darme cuenta de qué?- realmente no entendía a que se refería.

- ¡Oh Maddie por favor! El chico almuerzo está interesado en ti.-lo noté más tenso- Más de lo que quisiera.

- No vuelvas con lo mismo Parker. El y yo ni siquiera hablamos.

-Maddie, ustedes salieron.- Comenzaba a fastidiarme- Seguro se hizo ilusiones.

-Deja lo absurdo Parker. Sólo fué helado- Mentí. En realidad no le miento, sólo oculto parte de la verdad.—HE-LA-DO. Sólo lo hizo para disculparse.- Ya estaba harta- A demás, el no me interesa.

-¿No te interesa en lo más mínimo?

-No

-¿Nada? ¿Ni un poco?

- ¿Me puedes explicar por qué demonios este interrogatorio?

-No es nada. Sólo me preocupo.- tomó mi rostro.- No quiero que te lastimen otra vez.

-No lo harán.- Dije sin apartar nuestras miradas- Sabes, creo que me tomaré unas vacaciones en esto del "amor".- Una gran interrogante se formaba en su rostro.- Es sólo que... Son demasiadas cosas, es último año, viene la universidad, la presión de las solicitudes. Y además, tener una pareja me quitaría mucho tiempo de estar contigo- dije mientras le daba un golpe en el hombro- Y con las chicas, claro.

-Entonces de ser así- dijo mientras me abrazaba- Mejor quedate soltera.

-Sabes... No es una mala idea. Podría ser la tipica mujer que está soltera y es súper exitosa.-Comencé a reir- Eso sería perfecto, además tendría sexo con quien quisiera sin compromiso, ni drama, ni juicios.

La cara de Parker en ese momento fue lo más gracioso que había visto en años. Era una mezcla entre confusión, sorpresa, rabia, incredulidad e indignación. No pude contener la carcajada que me ocasionaba haberlo visto así.

-Estas completamente loca Madison Stewart-

-Pero se que aún así me quieres Parker Kingsman-

-En eso no te equivocas-

El sonido de la campana nos sacó de nuestra conversación, ambos teníamos clases así que nos despedimos y cada quien fue a su destino. Lástima que el mio no era tan bueno.

Llegué a educación física que me ocupaba los dos últimos períodos y no me agradaba para nada.

-¡STEWART!  ¡¿ACASO ESTÁ DORMIDA?!- comenzó a gritar me la entrenadora Blyde, una mujer bastante atractiva de cabello negro corto y un cuerpo esbelto, pero con un carácter de los infiernos.- ¡APRESURA EL PASO O TENDRÁS QUE DAR DOS VUELTAS MAS AL CAMPO!

Puse los ojos en blanco y adelanté el paso, no quería caer desmayada a mitad del campo.

-¡MUY BIEN MALCRIADAS FORMEN EQUIPOS! ¡JUGAREMOS VOLEIBOL!- Puse los ojos en blanco, odiaba ese juego, prefería cualquier otra cosa que eso.

***

Ya en equipos de cinco comenzó el juego. Mi equipo estaba conformado por Emma, Jess, Sarah y Beth; y el otro equipo estaba liderado por la zorra mayor Giselle Cooper, y su séquito.

Ellas comenzaron con furia, no habían pasado quince minutos y ya nos superaban por mucho y cada que devolvían un golpe era fulminante. Asi que no había de donde escoger, la derrota ya se nos había asignado.

Giselle era muy buena en los deportes, tal vez por eso se la lleva bien con Matt. Todo lo contrario a mí, yo prefiero una tarde tranquila con un libro y un helado.

***

Al salir de las duchas me dirigí al estacionamiento para encontrarme con los chicos, pero al llegar allí no había señales de ellos por ninguna parte, los tres compartían sus últimas clases de hoy y era raro no  verlos. ¿Acaso se habían atrevido a abandonarme? Me dispuse a buscar mi celular a ver si me habían dejado algún mensaje. Y así fue.

Annabelle:
Maddie, el maestro Phill aparentemente se enfermó y no notificó a tiempo a la dirección y no pudieron buscar un reemplazo. Por eso nos dejaron ir más temprano. Nos fuimos al centro comercial si quieres nos alcanzas :)

Enviado: 2:45pm

Tecleé en mi teléfono un está bien nos vemos en 20 min y me dispuse a ir a la parada de autobús.

***

Mientras esperaba el autobús un auto plateado que conocía bastante bien se detuvo al frente.

-¿Te llevo?- Dijo Matt al bajar la ventanilla.

Lo ignoré.

-¡Maddie! ¿Quieres que te lleve?

Lo volví a ignorar.

- Deja lo orgullosa, anda sube.

-Matthew podrías dejarme en paz por favor.

-Si así lo quieres. Está bien Madison Stewart. Te dejo en paz.

***

Habían pasado diez minutos y no había señales del autobús por ninguna parte, el no haber comido nada en el almuerzo y la tortura en educación fisica me estaban pasando factura, comenzaba a sentirme terrible.

Me senté en la banca y escondí mi rostro en mis manos tratando así de alguna manera aliviar el terrible dolor de cabeza y mareo que tenía, lo cual fue una mala idea porque perdí el autobús.

-¡Maldición!- Ahora quien sabe cuanto tiempo más tenga que esperar por el otro.

Esta vez decidí apoyar mi cuerpo en uno de los pilares que sostenían el diminuto techo de la parada y así evitar que se me vuelva a pasar el autobús.

***

Pasaron diez minutos más y aún no había señales del próximo autobús, mi estado había empeorado, comenzaba a sentir el cuerpo pesado y la visión se me nublaba de momentos hasta que sin previo aviso todo se volvió negro.

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora