- Espera. - Oí la voz de Harry. - ¿No quieres ir a dar un paseo? - Preguntó animado con una sonrisa en el rostro. Lo examiné detenidamente. Aún no comprendía la razón por la cuál pasó de no tener ningún interés en mí, a hablarme cada vez que podía. Era todo un desafío, y por eso me gustaba tanto.
- Claro. - Asentí con la cabeza a la vez salíamos del gimnasio y comenzábamos a caminar a través de los largos pasillos del colegio para ir hasta la parte verde del campus.
- Así está mejor. - Dijo tirándose al piso para sentarse en forma de indio. - Sin tanta gente. - Continuó y suspiró al mismo tiempo que me incitaba a sentarme junto a él. Lancé mi bolso al suelo para luego dejar caer mi cuerpo. Él esbozó una sonrisa.
- Ya lo sé, ni me lo digas. - Acoté fatigada por lo largo que se había hecho el día. Sin embargo, Harry se quedó contemplándome de un modo curioso.
- Pensé que te gustaba pasar el día rodeada de gente. Digo... al primer vistazo pareces de esa clase de chica. -
- ¿Esa clase de chica? ¿Y como sería eso exactamente? Nunca me has terminado de decir que fue lo que pensaste de mí al verme por primera vez. -
- Ya te he dicho que no lo quieres saber. - Repitió.
- Si no lo quisiera saber, ¿no crees que no te lo estaría preguntando? - Arqueé unas de mis cejas puntualizando lo obvio. ¿Tan mala había sido mi primera impresión?
- ¿Sabes qué? - Bufó resignado. - Mejor juguemos al juego de las 20 preguntas. -
- Son demasiadas. - Protesté. Osea, yo quería saber sus secretos pero no quería que él supiera los míos. Sé lo injusto que suena eso, pero había cosas que no podía contarle por más que quisiera. - Tal vez... ¿un dolar por tus pensamientos? - Intenté no desanimar la situación al sugerir otra forma de preguntarnos lo que queríamos. Sin embargo, él no se dio por vencido.
- ¿10 preguntas? - Preguntó intentando convencerme. No había forma de ponernos de acuerdo. Ambos nos quedamos callados en silencio, pensando en una solución.
- Mmm... esta bien. - Acepté. - Pero con opción de pasar. - Dije esperando que no se opusiera.
- ¿Hay algo en específico de lo que no quieras hablar? - Demandó curioso.
No contesté, había demasiadas cosas de las que no podía hablar.
- Esta bien. - Dijo en un suspiro. - ¿Por qué no empiezo yo? - Parloteó a la vez que pensaba en que preguntarme. Me alisté a lo que fuera que quisiera preguntarme. - Pregunta número 1... si pudieras tener un solo súper poder, ¿cuál tendrías? - Rodé los ojos.
- La pregunta más básica del mundo. -
- Pues, responde entonces. - Dijo divertido y me puse a pensar. La verdad es que soy de esa clase de persona que consigue lo quiere, nunca me había puesto a pensar de que manera un súper poder me podría hacer más excepcional.
- Me gustaría poder manejar el tiempo. Detenerlo, avanzarlo, o hasta poder volver al pasado. -
- Interesante, interesante... - Acotó condescendiente. - ¿Y eso por qué? ¿Hay algo de tu pasado que quieras cambiar? -
- Me parece, que es solo una pregunta por turno. - Enuncié con deleite al ver que me su expresión me demostraba que yo tenía razón. - Me toca a mi. - Añadí. - Si supieras de antemano que quedarías varado en una isla desierta, ¿qué llevarías contigo? - Harry rió con expresión divertida. "¿Qué?" pregunté confundida.
- Y tú eras la que se estaba quejando de las preguntas básicas... - Rodé los ojos.
- Solo responde. -
- Esta bien. - Respondió mientras pensaba. - Si me quedara varado en una isla, creo que lo primero en lo que pensaría llevar sería sin duda mi teléfono, un cargador, y obviamente, una corriente eléctrica para conectar el cargador. - Reí, este chico era todo un personaje.
- Yo entiendo que a veces uno no puede vivir sin el celular, pero la respuesta correcta era protector solar y un bote salvavidas. - Ambos reímos mientras nos seguíamos haciendo preguntas intrascendentes hasta que la cosa se puso seria.
- Y entonces... ¿tienes hermanas o hermanos? - Preguntó curioso mientras su sonrisa se dispersaba.
- Eeh... - Dubité por un segundo. - No, soy hija única, nunca tuve hermanas o hermanos que yo recuerde. -
- ¿Y eso que significa? ¿Puede haber clones tuyos con tu adn rondando por ahí? - Esbozó una sonrisa amigable, intenté hacer lo mismo pero no funcionó.
- Solo digamos que mi madre no puede tener hijos, así que no creo que por un largo tiempo vaya a descubrir un hermano no reconocido. -
- No lo entiendo... si te tuvo a ti, ¿como no podría tener hijos? - Lo miré atentamente dejando que él lo descubriera por si solo, no podía ser tan difícil de entender. Sin embargo, no dijo ni una sola palabra y era evidente que Harry no se conformaría solo con esa frase. - ¿Le pasó algo? -
- Tal vez porque no es mi verdadera madre. - Di una mirada de reojo y lo noté tan confundido, lo cuál lo hacía aún más encantador.
- Pero, eso significa... - Dubitó antes de volver a hablar. - ...que eres... -
- ¿Adoptada? Sí, creo que esa es la palabra correcta para definir mi situación. - Lo interrumpí y él se quedó callado. Hablar sobre mi familia era algo delicado para mí. - Pero hey... - Sacudí levemente su hombro. - No hay porque hacer de esta situación algo incomodo. Estoy totalmente bien con el hecho de ser adoptada, solo que no estoy acostumbrada a hablar del tema con casi nadie, solo mi mejor amiga lo sabe. Y honestamente, no sé porqué me siento cómoda diciéndotelo a ti, cuando apenas nos conocimos hace unos días. -
Me tomó por sorpresa cuándo Harry sujetó mi mano y comenzó a acariciarla lentamente.
- Me encanta que te sientas cómoda conmigo, y quiero que sepas una cosa. -
- ¿Si? - Pregunté cuando se acercó hacia mi sin dejar de mirar mis ojos.
- Si alguna otra vez necesitas a alguien con quien te sientas cómoda expresando tus secretos, puedes contar conmigo, sin duda alguna. - Me pareció tan extraño que me dijera eso, pero había algo en su mirada que me hacia creerle cada palabra. Además el no era ningún peligro, era nuevo y apenas había conocido a mis amigos. ¿A quién se lo podría contar?
Iba a largar un "gracias" a través de mis labios, pero sin embargo, no lo hice.
- Creo que ahora tú me debes un secreto, y tiene que ser algo bueno Styles. - Demandé. Él dubitó.
- ¿Qué quieres saber? - Preguntó en un tono pícaro y sonreí.
- ¿Te considerarías uno de aquellos que sacrificaría la vida de una persona para salvar a cien? - Pregunté notando que aún mantenía aferrada su mano a la mía.
- Definitivamente. -
- ¿Aunque fuera alguien importante para ti? - Me había tomado por sorpresa lo rápido que había sido su respuesta.
- Si esa persona hizo algo por lo cual merece morir, y su muerte beneficiara la vida de cien personas, sin duda puedo decir que, en este caso el fin justifica los medios. - "Por fin" me dije a mi misma. "Por fin había conocido a alguien que pensara como yo". Normalmente, una persona normal u ordinaria respondería que la muerte no justifica ningún medio, que la vida es algo demasiado importante como para tener el total control sobre ella, más aún si no era la nuestra misma. Pero les puedo asegurar en un 100% que esa persona definitivamente no era yo.
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Muy Encubierto |Harry Styles & Tú|
FanfictionEl colegio puede convertirse en el lugar más peligroso.