Eran las 22:15hs de la noche y aún nos encontrábamos con las chicas en nuestro refugio situado muy lejos del colegio en el cuál entrenábamos todos los días para mejorar nuestras tácticas y destrezas a la hora de robar. A Bean lo veíamos muy pocas veces entrenar con nosotras ya que él siempre estaba ocupado en otras cosas un poco más complicadas que lo nuestro. De repente, mi celular vibró. Hablando de Roma... era él. Era un mensaje de texto. "Mañana a las 9am nos vemos en el refugio. Vengan bien despiertas. Descansen.". ¿9am? Eso significaría que tendríamos que faltar al colegio. Cuándo Bean nos juntaba a la mañana significaba que teníamos que viajar un rato largo hacía quién sabe donde. Le respondí con un "Ok, nos vemos" y fui a avisarle a las chicas.
- Hey. - Dije llamando la atención de ellas y haciendo que dejaran de entrenar. - Bean me acaba de textear. - Caminé hasta llegar a sus lados y me situé en el lugar.
- ¿Qué dijo? - Preguntó Mad con intriga.
- Que nos quiere ver mañana a las 9am acá, en el refugio. - Fancy bufó.
- Otro largo viaje... - Dijo mi pelirroja amiga mientras caminaba hacía donde estaba su bolso y se sentaba en el único banco de plástico blanco y madera marrón que había acá. Fancy detestaba tener que estar en una camioneta sentada por una hora, o hora y media.
- ¿No te dijo nada más? - Preguntó otra vez Mad insistente.
- No. - Respondí. - Ya sabes como es Bean, nos pidió que viniéramos bien despiertas, como siempre. -
- Bueno. - Hablo Doll. - Siendo así, creo que deberíamos volver a nuestras habitaciones e irnos a dormir. Después de todo, yo ya estaba muy cansada. - Dijo secándose un poco de sudor de la frente con su brazo derecho mientras caminaba hasta la banca donde estaba Fancy. Todas asentimos al unísono y fuimos a buscar nuestras cosas. La verdad es que era muy tarde y aún no habíamos cenado, y sí, al igual que mi mejor amiga, yo también estaba exhausta.
Una vez que nos secamos un poco nuestros rostros con las toallas, bebimos agua y guardamos todas nuestras cosas en nuestros respectivos bolsos, salimos de allí, caminando hasta las escaleras para bajar al 2do subsuelo e ir al garage. Fuimos hasta donde estaba mi lamborghini gallardo de color amarillo, *bebé* pensé, y nos adentramos en él para volver al campus. Como siempre, iba a conducir yo, porque no dejaba que nadie tocará a mi bebé de €246K, sí, me había costado la vida. O más bien, la vida de un par de proxenetas y ladrones millonarios. Pero que importa, yo estaba enamorada de mi auto.
Una vez ya sentada en el asiento del copiloto, me puse el cinturón de seguridad, metí las llaves en la ignición, le di vuelta hasta que el motor rugió. Pisé el botón de embrague, tiré de la palanca de cambios y aceleré para comenzar a conducir hasta el campus mientras ponía un poco de música en la radio.
Como era de esperarse, no habíamos tardado ni más de 10 minutos en llegar. Estacioné el auto en el garage privado del campus y las chicas se bajaron de este para ir hasta el ascensor y subir hasta nuestras habitaciones. Sin embargo, yo me quedé allí a buscar mi celular que no lo encontraba por ningún lado. Estaba segura de que lo había guardado en mi bolso, pero capaz se me había caído. Quién sabe.
Mientras buscaba mi celular por debajo de los asientos y los asientos traseros, vi el celular de Mad en uno de los asientos de atrás. Lo tomé y desbloqueé la pantalla para ver la hora. 22:27hs. Habíamos llegado justo a tiempo al campus, porque después de las 22:30hs estaba prohibido salir del establecimiento, pero por lo menos yo ya me encontraba adentro. Busqué entre sus contactos para llamar a mi celular y ver si estaba por alguna parte del Lamborghini, aunque estaba muy segura de que se lo había llevado ella pensando que era el suyo. Es que tenemos el mismo modelo. Marqué y esperé...
"¿Hola?" habló mi tonta amiga del otro lado.
"Mad, ¡te llevaste mi teléfono!" dije un poco molesta. Ella se disculpó. "Y te olvidaste el tuyo en el auto" volví a hablar tomando mi bolso mientras escuchaba lo que ella me decía del otro lado de la linea. "Descuida, ahora subo y te lo doy, pero no toquen el mío, ¿entendido?" pregunté y colgué. No tenía nada que esconder, pero que sé yo, mi teléfono es algo personal. Me bajé del auto, y con las llaves de este, le puse la alarma. Fui caminando hasta el ascensor cuándo el teléfono de Mad vibró. Era un mensaje de... ¿Bean? Y ahora, ¿qué había pasado? ¿Cambio de planes? Quizás.
Desbloqueé el teléfono otra vez y abrí el mensaje. Sé que estaba mal revisar el teléfono de una amiga sin permiso, pero se trataba de un mensaje de Bean, era sobre trabajo seguramente. Pero para mi mayor sorpresa, eso no fue lo que leí. "Madeleine, ¿cuántas veces te lo tengo que decir? Lo nuestro es imposible, entiéndelo. Espero que mañana cuándo nos veamos puedas entender que lo único que tenemos en común es el trabajo. Y ya, por favor, deja de mandarme mensajes."
No podía creer lo que acababa de leer, ¿Mad enamorada de Bean? ¿Bean y Mad juntos? ¿QUÉ? Estaba perpleja. Mi boca formaba una "O" la cuál me la tapaba con mi mano derecha intentando ocultar un poco el asombro. Esto debía ser una broma, una muy buena. Seguramente había interpretado mal las cosas... pero... era imposible. Su mensaje había sido muy claro.
Cerré el mensaje de texto y bloqueé el celular cuándo una voz me habló. No podía preguntarle a Mad sobre esto. Nadie tenía que enterarse, hasta que yo estuviera segura de lo que acaba de leer.
- ¿____(tu apodo)? - Era Don. - ¿Qué haces aquí? - Preguntó viendo que no había nadie más conmigo y que estaba yo sola en la oscuridad.
- Em... - Titubeé pensando en una excusa rápidamente. - Con las chicas habíamos salido a cenar. - Dije sonando convincente mientras caminaba hacia él.
- ¿Y ellas donde están? - Preguntó divertido.
- Subieron. - Respondí rápidamente. - Em... yo me había quedado para estacionar bien el auto y para buscar mi celular que se me había caído. - Señalé mostrando él que traía en la mano. - Aunque después me di cuenta de que Mad se había llevado el mio por equivocación y se había olvidado el suyo aquí. Así que... - Dije sin saber que más decir. La mitad era mentira, pero la otra mitad era verdad. - Y ¿tú? - Ahora me tocaba a mi las preguntas. - ¿Qué haces solo a esta hora? -
- Fui a comprar comida de último momento. - Me mostró la bolsa blanca de plástico que traía en la mano. - Con Neo nos moríamos de hambre, y sabes que a nosotros no nos gusta comer mucho de la cafetería. - Como nosotras. Reí en mi mente. Eran un pequeña versión de nosotras pero masculina. - Y también un par de cervezas para la fiesta de mañana. ¿Vienes, verdad? - La fiesta de cumpleaños de Don, por supuesto que no me la iba a perder por nada en el mundo. Y él ya sabía que iba a ir, pero aún así él me lo preguntaba cada 2 segundos por temor a que yo me olvidara.
- Claro que sí bobo. - Dije golpeándolo en el brazo. - Ya te he dicho mil veces que no voy a faltar a tu cumpleaños, y mucho menos cuándo ya compré tu regalo. - Este esbozó una gran sonrisa.
- Bueno, bueno... - Se acercó a mi aún sonriendo. - Parece que yo también tengo un regalo para ti. - ¿De qué hablaba? Yo no necesitaba nada. - Hable con ese chico que te gusta. - Abrí los ojos como plato. "¿Chico que me gusta?", ya nadie usaba esa expresión, y ahora entiendo por qué. Suena tan osado, como si tuviéramos 5 años. - Y lo invité a la fiesta. - Definitivamente estaba hablando de Harry. ¿Pero todo el mundo pensaba eso de mi? ¿Qué me gustaba? ¿Tan entregada? - Y dijo que sí. De nada. - Hizo un pequeño ademán como si esperara que le agradeciera. Pero ¿qué le iba a agradecer? Me hacía quedar tan débil y tan desesperada. Y esa no soy yo. Yo soy ____ _____ (tnc). Él es el que tenía que rogarme a mí porque yo le hablara, porque yo coqueteara con él o porque yo le dijera algo a lo cuál no se pudiera resistir.
- ¡Diablos Don! - Dije un poco furiosa mientras pasaba una de mis manos por mi cara tratando de contener el enojo que se avecinaba. - Así no es como funcionan las cosas. - "Idiota" susurré rogando porque no me escuchara. En este momento no necesitaba pelearme con unos de mis mejores amigos un día antes de su cumpleaños. Él me miraba confundido. - Olvídalo. - Volví a hablar. - Yo me entiendo sola. - Dije tomando con firmeza el celular de Mad mientras acomodaba mi bolso en mi brazo. - Me tengo que ir. Ya es tarde. - Confesé mientras caminaba unos muy pocos metros hasta el ascensor y tocaba el botón rojo para que este se abriera. Una vez dentro, apreté en el número 4 y subí hasta el piso donde estaba mi habitación.
ESTÁS LEYENDO
Muy Encubierto |Harry Styles & Tú|
Fiksi PenggemarEl colegio puede convertirse en el lugar más peligroso.