Capítulo 23

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Era jueves santo y John se frotaba las manos pensando en el negocio, había venido una oleada de gente a Madrid a pasar esa festividad, y tenía varias reservas concertadas en el club. Las fiestas de ese fin de semana tan largo iban a ser de ensueño, pues había preparado para el jueves la fiesta de Adán y Eva, para el viernes la fiesta de La pasión de Cristo, para el sábado la fiesta de las hadas y, finalmente, el domingo sería la fiesta de los cuentos. Todo el local estaría ambientado según la temática, por lo que todos los días John estuvo trabajando en los detalles necesarios para que todo estuviera perfecto. Había estado toda la semana ocupado, por el día compraba los preparativos para las fiestas y por las noches quedaba con Nemusa y Robert. Por el momento la cosa pintaba bastante bien, Robert no pensaba en Daniella, y eso relajó a John, aún así le comentó que la vio cenando con Adriel, algo que no le sorprendió mucho, pues sabía la atracción que tenía por aquel hombre. Pero al inglés no le sentó nada bien. Estar con Nemusa le hacía olvidar, el problema era que esa semana la pelirroja tenía trabajo debido a la fiesta de semana santa, por lo que estaría de viaje desde el jueves, iba a varias discotecas del país a realizar sus famosos espectáculos. Que la artista no estuviera esos días, inquietaba a John, pues el inglés estaría más pendiente de su camarera.

Priscila había pasado una semana muy tranquila y relajada junto a Tony. No había pasado apenas por casa y eso mosqueaba a Daniella, pues quería saber quién era el hombre por el que había cambiado su forma de vida, ya que no estaba acostumbrada a que actuara así. Cuando estaban en el vestuario cambiándose de ropa para la fiesta de Adán y Eva, Daniella no dudó en preguntar sus dudas:

-          ¿No me vas a contar nada? - dijo mientras se subía la media.

-          ¿Qué te tengo que contar?- dijo sonriendo.

-          Quién es el hombre con el que pasas las noches.

-           Desde cuando te cuento mi vida privada.

-          ¡Eh!, siempre me lo has contado todo - dijo cruzándose de brazos.

-          Esto es diferente - se rio.

- ¿Qué?, no me lo puedo creer - se acercó y le posó la mano en la frente como midiendo la temperatura, cosa que la hizo reír -. ¿Lo conozco?

- No voy a hablar sobre ello, de momento. Las cosas van muy bien y no quiero chafarlas, es bonito así.

- Nunca pensé que te enamorarías de alguien.

- Soy humana, Dany. He estado enamorada alguna vez en mi vida. Y… tampoco se puede decir que esté enamorada ahora.

- Tú no me engañas… Se te nota en la mirada… que vives enamorada…- canturreó la canción tan famosa mientras bailaba dando una vuelta, al quedar de espaldas a la rubia, giró la cabeza y le guiñó un ojo. Era muy payasa cuando quería.

- Mira que eres tonta - siempre la hacía reír con sus tonterías.

Las dos llevaban un biquini verde del que salía una hoja de plástico, tanto en los pechos como en el pubis, simulando el traje famoso de Eva en el paraíso. Daniella aún se atrevió a llevarlo sin pareo, pero Priscila no se sentía cómoda y se puso un pareo a juego para tapar el trasero, no se sentía bien enseñando la celulitis que tanto la avergonzaba. Sabía que tenía un buen físico, pero era consciente que no tenía la edad de Daniella. Diego también llevaba una especie de taparrabos del que se avergonzaba, sabía que si su novia o sus amigos lo veían se reirían de él, pero era un trabajo más del que tampoco se podía arrepentir, además el sueldo era su mayor incentivo. Los clientes iban en ropa de baño, con pareos o sin ellos. El ambiente era muy bueno, además había venido un dj muy reconocido a pinchar esa noche, por lo que Tony tenía un par de horas libres para lo que quisiera. Él lo tenía claro, estar con Priscila.

La tentación de VenusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora