La tentación de Venus

Capítulo 24

Mediados de junio de 2003

Era el último día de clase de Daniella y sus amigos, el verano comenzaba como la estación más deseada por los adolescentes. Daniella había suspendido tres asignaturas por dejadez, sus padres no estaban muy contentos con ella, pero no le importaba nada, sólo quería beber, salir y estar con su chico, Ignacio. Ese verano sabía que jamás lo olvidaría, cumpliría 16 años y era el momento de perder la virginidad con su novio. Ignacio formaba parte de la pandilla, llevaban juntos desde que tenían catorce años, sabían que su amor era verdadero y siempre estarían juntos. Su mejor amiga, Liliana, tenía una casa en la playa, sus padres no iban a estar los primeros quince días del mes de julio, y pensaba ir allí con todos los amigos. Su intención era estar en el apartamento la primera quincena de julio, que era lo máximo que les dejaban sus padres. La joven pensaba celebrar el cumpleaños de Daniella, que era el 13 de julio, caía en martes y ellos se iban el domingo, pero lo celebrarían igualmente ese fin de semana, tenía todo preparado para que fuese inolvidable.

El lunes veintiocho de junio estaban los seis amigos esperando el autobús que los llevaría a un pueblecito de Valencia. Con caras de sueño pero con energías renovadas para disfrutar sin la atenta mirada de los padres se adentraron en el viaje de sus vidas. Cuando llegaron al apartamento dejaron las maletas en las respectivas habitaciones. La cama de matrimonio la dejaron para la pareja del grupo, Daniella e Ignacio. Las otras dos habitaciones tenían camas individuales, una la ocuparían Estíbaliz y Liliana, y la otra habitación para Jorge y su hermana melliza Johana. Deshicieron las maletas, y una vez asentados fueron a comprar la comida necesaria para esos primeros días, que básicamente era pasta y bebidas alcohólicas. La primera semana fue tranquila, por el día dormían, por la tarde iban a la playa y por la noche salían a los bares de copas. El presupuesto que les habían dado sus padres no daba para salir todos los días a discotecas, tampoco tenían mayoría de edad, por lo que no podían entrar a los lugares más deseados. Muchas noches bebían en la playa, después salían por los bares y cuando llegaba el amanecer se metían en la piscina de la urbanización en la que estaban instalados.

Los días pasaron y llegaba el fin de semana que tanto estaban deseando: la celebración del cumpleaños de Daniella. Ella y Estíbaliz eran las más pequeñas del grupo, los demás ya tenían los dieciséis. Liliana había pensado en todos los detalles, incluso había contactado con unos conocidos que le suministraron sustancias ilegales para la gran fiesta. Sabía que Daniella quería perder la virginidad con su novio, por eso tenía planeado poner en la habitación pétalos y velas, además de ofrecerle la mezcla de alcohol y pastillas especiales para que se desinhibiera y liberara a la virgen que llevaba dentro.

Ese viernes se levantaron a la hora habitual, sobre la una de la tarde, y bajaron a la playa que la tenían a menos de diez minutos del apartamento. Daniella e Ignacio durmieron todas las noches juntos y se tocaron hasta límites insospechados, pero sus deseos no llegaron hasta el final en ningún momento, pues se reservaban para la gran noche del sábado. Llevaban tiempo planeándolo y querían que fuese perfecto. Todos los amigos se pusieron el traje de baño y fueron a disfrutar de las olas y del sol.

- Esta noche va a ser especial, Dany - dijo Liliana.

- ¿Está noche por qué?

- ¡Hoy empieza tu cumpleaños!

-¿Hoy? ¿No dijimos que lo celebraríamos mañana?

- Hoy empieza y acaba el domingo - le dijo la morena guiñándole un ojo.

- ¡Estás loca! - sonrió.

- Va a ser alucinante, ya verás – carcajeó como loca y Daniella se contagió de su risa –. Y mi pequeña Dany se va a convertir en toda una mujer – la abrazó y le dio un beso en la sien. De pronto se vieron interrumpidas por los chicos que les disparaban agua con las pistolas, lo que hizo que las chicas se levantaran de las toallas y corrieran para no ser mojadas.