Prólogo II

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Parte II: Manifesto

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La muerte es simple, apacible y segura. El corazón puede despertar después de un largo sueño al comprender que aquello que creías preciado era lo único que tenías como muestra de humanidad. Y, estando aquello único muerto, regresas a tus memorias.

Raíces, ¿dónde están tus raíces?

~~~

"Las armas apuntaban a cuatro cuerpos corriendo, con la sed de

libertad fluyendo por sus sentidos.

Y dispararon a la instrucción del fuego."

Verónica pasaba tranquila por los pasillos, su vista de iris chocolate al suelo, en dirección al punto de reunión que Ruki les había dicho. Esa noche, por fin, serían libres de la corrupción.

―Tanto tiempo...

Verónica se detuvo de golpe y alzó la vista al escuchar esa voz tan familiar. Había confusión y miedo en su mirada.

―K-karlheinz-sama...―musitó atónita.

―Quiero creer que este mundo no te ha cambiado, no olvidemos las cosas que hiciste en el pasado, y por las cuáles te he traído aquí―se encontraba frente a ella.

―Por favor señor, me envió aquí con un objetivo. Jamás le traicionaría.

―Y supongo que esos niños no son importantes para ti ―dijo incrédulo.

―Usted me entrenó para hacer esto―le aseguró ella con una mirada firme.

Karlheinz le sonrió.

―Entonces observa con atención.

La hizo girarse a la ventana, cuatro sombras corrían por los árboles. Se habían ido sin ella.

―¡Fuego!―escuchó a alguien exclamar.

¡NO!, exclamó en su interior mientras sus pupilas se hacían diminutas.

Las armas dispararon alejando parvadas atemorizadas, derrumbando las ilusiones de los cuatro mortales. Impasible, Verónica tragó sus lagrimas. Volteó para pedir una explicación, pero Karlheinz había desaparecido de su lado.

―Ah...―envolvió con sus manos los barrotes de la ventana, con impotencia―. Lo siento...―musitó en un suspiro rendido.

Esa sensación en el estómago, como si el aire se hubiera terminado. Respirar no era necesario para ella, pero con ese cuerpo frágil tenía que hacerlo. Un tosco nudo en su garganta. ¿Culpa? ¿Preocupación? ¿Qué era todo eso? No se parecían para nada a la alegría que pasaba con ellos todos los días, ni como el gozo de sentirse acompañada. Era una sensación que ella detestaba, emociones... realmente quería renunciar a ellas en ese momento.

―¡AHHHHHHHH! ―un grito desgarrador invadió sus oídos y produjo una sensación mucho peor. Miedo.

―¡RUKI!―corrió en busca de él, sus gritos la ayudaron a encontrarlo.

La puerta del jefe del orfanato estaba cerrada.

―¡AHHH! ¡AHHHHHHH!

―¡Paren por favor! ¡Ruki! ¡Resiste!―exclamaba Verónica mientras golpeaba la puerta.

Dark Hearted |Diabolik Lovers| Español Donde viven las historias. Descúbrelo ahora