A una tela del paraíso

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La noche estaba en su punto perfecto. Habían pasado horas desde que Lena y Verónica empezaron su "entrenamiento". Entrenamiento que ahora simulada una batalla sin piedad. April tardó en reaccionar en ese momento de éxtasis que Lena había planeado en su mente. La pelirroja alzó la voz para que comprendiera que hablaba en serio sobre arrojar las bombitas al azar por toda la habitación. Y así verán al par inmortales, parecía que estaban danzando una pieza en la que el final era la muerte de una.

―Ah...ah...―Lena escupió a un lado, ya estaba cansada, y Verónica igual―. Bueno...ese tío...realmente...ay santa mierda―se recargó en la pared―, te enseñó bien...

―Ah...hah....ha...―comenzó a toser. Se dejó caer de rodillas, realmente estaba agotada―. ¡Ugh! ―Lena estaba de la nada sobre ella.   

―¡No te distraigas!―con su estrella cortó el elástico que sujetaba la cabellera de Verónica―. Te digo, eres lenta. ¡Concéntrate Eliza!

Polvos rojos provocaron la lejanía de Lena de nuevo. El teletransportarse sólo hacía todo más complicado. Verónica se puso de pie, su cabello largo y rebelde estaba libre al fin. Lena manipuló sus estrellas y se puso en modo de ataque, Verónica tomó un respiro y se aferró sus kunai con fuerza. 

―¿Un descanso?

―¿Richter te dejaba descansar?

―No...

―¡Entonces no! ―corrió hacia ella lanzando otra estrella.

Se movían con agilidad, saltaban, se apoyaban en las paredes para tomar impulso al siguiente ataque, esquivar era la principal prioridad que Lena quería dejarle en claro a Verónica pero, pobre, Verónica no conocía algo como la compasión en el campo de batalla. Y aunque no fuera una situación como tal, Verónica empezaba a perder el control de sus propios actos.   

―Wowow, tranquila...―Lena esquivó un ataque directo a su cuello.

Siguieron en lo suyo, cada minuto Verónica se mostraba más veloz e incluso agresiva. Lena lo podía ver en sus ojos y expresión facial. Pero no quiso que se detuviera, quería ver qué tan lejos podía llegar. 

Verónica hizo un giro y cortó los botones de la camisa a cuadros de Lena, soltó una fuerte patada a su abdomen y ya en el suelo se puso encima de ella. Girando su kunai, Lena pudo ver la muerte en sus ojos. 

―Kachiku. 

―Ah...

Verónica escuchó su nombre y alzó la vista. Ruki estaba en frente, con un rostro sombrío. Yuma, Azusa y Kou un poco atrás de él. Dirigió su mirada de nuevo a Lena, que estaba debajo de ella, y recobró el sentido. Soltó sus armas. 

Lena vio como Verónica se culpaba por haber reaccionado así, se puso de pie cuando Verónica lo hizo y le dio la mano. Verónica la vio extrañada. 

―Son las paces, fue una buena batalla―le dijo―. Y la camisa ni me gustaba tanto. 

Verónica asintió y tomó su mano. Sin decir ni una palabra, salió de la habitación. Kou desapareció y Azusa se llevó a April, quien estaba impactada. Ruki miraba a la puerta, Lena a sus espaldas. 

―No era esto lo que esperaba ―dijo Ruki. 

―Ni yo... a veces me pregunto qué clase de ser era Eliza antes de conocernos a todos―le siguió Lena―. La desconocí por completo. 

Ruki sentía lo mismo. Salió sin decir más. 

―Mierda... Verónica te iba a matar ―dijo Yuma. 

―No creo ―replicó Lena―. Espero... ¿tú crees? 

―Ha... no lo sé, se veía muy decidida hasta que Ruki paró todo―se quitó su chaqueta y se la ofreció a Lena―. Te queda el gris.    

Dark Hearted |Diabolik Lovers| Español Donde viven las historias. Descúbrelo ahora