Castigo

358 26 1
                                    

Pasaron los días, Elizabeth no tenía deseos de entrar a clases así que buscó entretenerse en el salón de música. Estando ahí se sentó frente al piano, la curiosidad le invadió y se puso recta, tocó una tecla.

―¿Uh? ―sintió una adrenalina recorrer sus dedos.

《Rosary|Diabolik Lovers More Blood OST》

Se acomodó y continuó, la música fluía con destreza interpretando una tranquila, trágica y nostálgica melodía. Se sentía extraña, nunca antes había tocado el piano y parecía que estaba familiarizada con ello. Continuó, sintiendo cada nota con dolor. Agonía.

Recordaba a su madre. Recordaba a la niña que caía del precipicio. Recordaba cada vez que ha sido tomada por los chicos y como se ha sentido respecto a eso. Usada.

Cuando volvió a sus sentidos la canción ya había terminado, fue tanta la conmoción y la hermosa sensación que una lagrima recorrió su mejilla.

Ahora, lejos de que esa melodía le llegó, ¿sabía tocar el piano? Estaba temblorosa, las lágrimas seguían rozando sus mejillas y tomó su cabeza entre sus manos. Tenía que salir de ahí, ahora. Se giró y vio a Shu en el suelo. Dormido.

―... ... ... No sabía que tocabas piano.

―Ni yo...―dijo secando sus mejillas.

―Esa melodía, ¿de dónde la conoces?

―¿La melodía? No lo sé, sólo salió supongo...
Shu permaneció en silencio, ella prosiguió

―¿Por qué? ¿La habías escucha-?

Antes de darse cuenta Elizabeth se encontraba contra el piano y frente unos intensos ojos azules océano.

―¿S-shu-san?

―Tú, escondes algo.

―N-no sé de qué hablas.

Shu se quedó mirándola, perforando su alma.

―Quítate el moño y desabrocha tu camisa―le exigió.

―¿Q-qué?

―¿No es eso por lo que viniste aquí?

―No...

―Estoy esperando.

Parecía que Shu no se movería hasta que Elizabeth hiciera lo que le dijera. Ella se rindió, no perdería la vida por estar de rebelde. Acató. Desabrochó el moño y un par de botones, mostrando algo de escote y mirando a otro lado apenada.

―Hmph...―Shu sonrió para sus adentros.

El rubio la tomó de la cintura y la acercó a su frío cuerpo. Miedo. Podía olerlo y eso hacía todo mejor. Acercó sus labios al ligero espacio revelado...y se detuvo.

―¿Uh?―Elizabeth abrió sus ojos y vio que ya no estaba siendo sostenida por él.

―Sólo te diré esto una vez―dijo Shu caminando a la puerta―. No me molestes en noches como éstas.

Elizabeth vio la puerta cerrarse. Dejó salir todo el aire contenido, jamás podría acostumbrarse al momento en el que bebieran de ella o siquiera a su proximidad. Era demasiado íntima, con todos.

Salió del salón de música e iba por los pasillos abrochando sus botones. Alguien cubrió su boca.

―¿¡MHHH! ¡AMHUDANH!

―¡Urusai!

―¿Mahyato?

―Heh, soy inconfundible―la soltó.

Dark Hearted |Diabolik Lovers| Español Donde viven las historias. Descúbrelo ahora