Los fantasmas del pasado

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Llegando a la mansión Alexia fue a su cuarto, donde Rosalie y Gina esperaban preocupadas.

―¿Dónde estabas?―le preguntó Rosalie.

―¿Y aparte preguntas? ―Gina alteró la calma de Rosalie―. Te evadirá como siempre, demonios Alexia, ¿qué te sucede? No debes irte sin avisarnos, puedes crear un conflicto con Karlheinz-sama y lo necesitamos.

―No me importa ese hombre ―replicó Alexia.

Rosalie y Gina quedaron petrificadas al escucharla.

―¿A-alexia?―a Gina se le cortó la voz.

―Lo sé... ―sonrió―. Lamento haberlas hecho preocupar todo este tiempo―dijo sinceramente.

―No... quiero decir... ¿estás bien?―Rosalie se acercó a ella.

Alexia se puso de rodillas frente a Rosalie.

―Lo estoy...―sonrió con lágrimas―. Realmente lo estoy... ―recargó su rostro en el regazo de Rosalie, y comenzó a llorar.

Gina y Rosalie se miraron una a la otra. Estaban tan confundidas, Alexia, después de ese tiempo, habló. Y la extrañaron todo ese tiempo. Meses antes del ataque ella había desaparecido, y cuando volvió sus padres habían sido asesinados, y todo les fue arrebatado. ¿Cuánto duró su silencio? No lo sabían. Rosalie empezó a cepillar el cabello de Alexia con sus manos, cantando una canción de cuna. Una canción de cuna que todas conocían muy bien. Segundos después Gina se incluyó a cantar para calmar a su hermana. Y Alexia se sintió tan bien. Tan aceptada.

―Las amo...―dijo ella entre sollozos.

―Lo sabemos ―Gina sonrió mientras se ponía de rodillas al lado de ella, y la abrazó―. Volveremos a ser una familia, Alexia, este es el primer paso.

―Para un final feliz ―Rosalie tomó su rostro entre sus manos―. No nos derrotarán. Alexia ―dijo con seguridad―. Pero antes de poder hacer algo al respecto necesitamos saber cómo es que terminaste con ellos.

Alexia paró de llorar, tragó sus lágrimas.

―Está bien...―aceptó ella―. Por favor... no me juzguen―pidió antes de sentarse en la cama y tomar aire.

Por fin hablaría sobre lo que sucedió esa noche.

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Verónica sólo regresó para darle las llaves a Lena y así llevara a April a la mansión. Llevó a Hikaru a casa, y le aseguró que todo estaba bien. Y se fue. Caminó por la ciudad y llegó al kiosco del parque, se sentó en la barda y miró al cielo. Un momento sola, realmente lo necesitaba.

―Ah...

Cuando Lena llegó Azusa cargó a April hasta su habitación, Lena fue al jardín sabiendo que Yuma estaría ahí.

―Llegué, ¿te ayudo con algo?

―¿Ah? Demonios mesobuta, estoy muy retrasado por tu culpa. ¡Muévete!

Lena sonrió, de alguna forma le alegraba que Yuma le gritara. Se quitó su blusa a cuadros y la amarró a su cintura para sólo ensuciar la blusa de tirantes blanca que tenía debajo. Yuma no dejaba de mirarla.

―¿Te gusta lo que ves?―le preguntó ella―. Si quieres nos vamos al cuarto.

―¡No digas estupideces! Sólo pensaba que era raro.

Dark Hearted |Diabolik Lovers| Español Donde viven las historias. Descúbrelo ahora