La sombra de Manifesto

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Verónica cargaba a su adorada hija en brazos, no dejaba de mirarla. Era tan pequeña, tan delicada. Tranquila, risueña y dormilona. Le tarareaba una canción de cuna tratando de hacerla dormir, y Ruki estaba detrás abrazándola por la cintura. Observando cómo hacía lo suyo. Tan ella, con esa enorme sonrisa y ojos de amor.

―Lo haces muy bien.

―¿Uh? ¿Qué cosa? ―le dedicó una mirada veloz.

―El papel de madre... ―posó un beso en su mejilla.

Alguien tocó a la puerta, Ruki abrió mostrando a Lena y Alexia.

―Oh, ¿vienes de paso? ―Verónica le preguntó a Alexia.

―Ella... Uhm, ¿puedo verla?

―Claro ―le sonrió―. Supongo que ya se esparció la noticia por allá.

―Sí, hace unos días que Laito habla sobre querer venir a conocerla, aunque Reiji no lo deja.

―Y qué bueno que lo mantenga a raya, no vaya a ser pederasta también ―dijo Lena.

Verónica sonrió mirando a su hija.

―Me gustaría que le dijeras a todos que son bienvenidos cuando quieran―dijo―. Y si quieren conocerla, pueden venir.

Ruki la miró con sorpresa. ¿Permitiendo cercanía con los Sakamaki? ¿Por qué?

―Quiero dejar las diferencias de lado con ellos ―aclaró ella antes de que le fuera preguntado―. Con todos los que pueda, de hecho. El clan Mukami y el Sakamaki deben tener en cuenta de que en cualquier momento puede que necesitemos unirnos. Hay que empezar desde ahora.

―Me alegra que menciones unir fuerzas y la paz, hermana, pero tengo algo importante que decirte. Ya lo hablé con Ruki y... creo que ya es hora de que te lo diga a ti―Lena hizo una expresión incómoda.

―Dame a la niña―Ruki se acercó a Verónica.

Verónica lo miró a la defensiva. ¿Por qué no podía escuchar con su hija en sus brazos? No dijo nada al respecto y le pasó a la bebé.

―¿Te escucho?

Alexia le contó todo lo que sucedió durante su cautiverio, y sobre Kino. Verónica ya sabía lo que había pasado respecto al abuso con Alexia, pero ese tal Kino jamás apareció en su pequeña invasión a los recuerdos de Alexia. Se sintió muy confundida respecto a él.

―El príncipe cero... ¿otro hijo de Karlheinz?

―Yo dije lo mismo, pero tiene ciertos poderes mágicos que sólo los nobles... él es... muy fuerte ―Alexia se sentía mal por haber arruinado el modo de Verónica.

―¿Y puedo saber por qué esperaron tanto para decirme esto? ―preguntó la castaña curiosa.

―No queríamos... ah, llegaste de Noruega tan alegre, se vino el matrimonio, la bebé... merecías disfrutar esa felicidad Eliza ―se excusó Lena.

―No es como que vaya a dejar de disfrutarla―replicó Verónica―. No hay nada que hacer con ese supuesto séptimo hijo, nada que yo pueda hacer. Lo siento.

Alexia miró al suelo y asintió lentamente.

―Entiendo... nos has ayudado tanto a mis hermanas y a mí, Verónica-san. Sólo quería que lo supieras, por si acaso se presenta por aquí. Y una cosa más...―la miró a los ojos―. Busca la sangre de Eva.

Ruki miró a Verónica, e intentó descifrar su expresión. Estaba en blanco, no decía nada.

―Bueno, todos lo hacen ―respondió.

Dark Hearted |Diabolik Lovers| Español Donde viven las historias. Descúbrelo ahora