El calor de un amor sin dolor

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April no podía dormir durante la noche, decidió ir a la habitación de Azusa. No por ideas obscenas, era sólo que su compañía le otorgaba paz a la humana, aparte que quería vigilarlo lo más posible para evitar que se lastimara. Tocó la puerta. 

―Azusa-kun...soy yo, April... ¿puedo pasar?

La puerta se abrió de inmediato. 

―April-san...justo estaba...pensando en ti...―dijo Azusa sentado en su cama contemplando su nueva herida. 

April de inmediato salió de la habitación y regresó apresurada con vendas. Verónica le dijo donde encontrar cada que pasara algún incidente con Azusa. Se puso de rodillas en el suelo, negando con una mueca de preocupación. 

―Tu brazo―le pidió. 

―Ah...pero...Justin acaba de...volver...―Azusa le miró triste. Y eso le dolía a April de alguna manera. 

―Pero Justin tiene frío...sólo voy a abrigarlo―sonrió tendiendo su mano―. ¿Por favor? 

Azusa la miró un momento, sus ojos miel le imploraban. No pudo resistirse y puso su muñeca sobre la mano de April. Su mano vendada por la herida que él le había provocado. 

―¿No...estás molesta...?

―¿Uh?―vio que observaba su palma―. Oh, no. Fue mi culpa―aseguró mientras vendaba el brazo de Azusa―. Ah...no deja de sangrar. Tendré que cambiar tus vendas en un rato más, bueno, no pensaba dormir de todos modos―dijo ella sonriéndole. 

―¿Por qué...mentiste...por mí...? ―Azusa miró en el centro de sus ojos. 

―Porque no pareces una mala persona...¿o criatura? ―tomó su barbilla pensativa―. Carlett solía decir que hay personas buenas con fallas. Y que esas eran las que debíamos proteger, y le creo. 

Azusa no supo que decir, en eso algo vino a su mente.

―Oh...es cierto...Vero-san tenía...un lugar que quería mostrarte...―recordó Azusa.

―¿Ah sí? Uhm, tal vez ha estado muy ocupada. Senpai es alguien con muchas cosas que tratar, según dice Kou-kun. 

―Así es...tal vez es por eso...―se puso de pie tomando la mano de April―. Entonces...te llevaré yo...

April sonrió y se dejó levantar por Azusa. Caminaron por la mansión oscura, todos estaban en su mundo y ellos en el suyo. Era lo bueno de ellos, tenían su mundo que atender. Azusa abrió una enorme puerta. April no pudo ver más que los enormes ventanales permitiendo que la luz de la luna se filtrara a través de ellos, e iluminara sutilmente el agua de la piscina. Azusa estaba buscando la luz, pero antes de darse cuenta ya estaba la silueta de April frente el agua, quitando sus prendas.

―No enciendas la luz, me siento más cómoda nadando de noche―dijo dejando caer su blusa a sus pies. 

Claro que Azusa acató, su rostro se iluminó en asombro cuando April se tiró en forma de flecha a la piscina. Cuando se asomó la vio llegar al fondo y volver, respirando acelerada. La miraba como si hubiera hecho algo totalmente fuera de lo común. April pensó que la miraba así porque estaba en ropa interior, aunque negarlo sería ingrato. 

―Uhm...¿todo bien?―preguntó April.

―Sí...¿por qué?

―Porque...sí bueno, no sé si que me veas así sea algo bueno o malo... 

―Oh...sólo pensaba...en que Vero-san tenía razón...en mostrarte este lugar...

―¿Ah sí? ¿Por qué dices?―nadó a la orilla, cerca de donde estaba Azusa parado.

Dark Hearted |Diabolik Lovers| Español Donde viven las historias. Descúbrelo ahora