Abril de 1828
Una mañana muy fresca hizo que la cabalgata de Ethan fuera perfecta, no se arrepintió de tomar esa decisión. Ahora que iba de regreso a su casa a través del sendero que recorría de niño, no pudo evitar recordar que cuando era más joven casi rozando los doce, hacía sus competencias con sus hermanos de ocho años los gemelos Douglas y Marco Jr -cómo su padre lo llamaba y todavía lo hace- también con los hijos del vecino, uno era dos años años mayor que él y el otro uno menor, aunque el teniente coronel poseía una hija de la cual nunca llegó a conocer, por su viaje a la ciudad.
-¡Vaya! Los setos aún no dan sus retoños-. La voz de Ethan era lo suficiente baja, pero solo él se encontraba en ese lugar y la senda estaba llena de esos pequeños arbustos.
De la nada al voltear a su derecha tras la valla de madera y alambre de púas se veía a un jinete que más de cabalgar, galopaba como si de eso se tratara su vida, atrás del jinete iba otro un poco a eso de diez metros de distancia.
Con asombro Ethan encontró esa visión un poco graciosa, sería así acaso se vio él y sus compañeros de aventuras. Sacudió la cabeza y aligero el paso par allegar a su casa.
Cuando llegó se apresuro ha arreglarse y poder hacer las cosas que su padre le había dicho, como el único señor en la casa tenía que revisar las facturas y papeles relacionados a la casa. Hasta que él llegara con el resto de la familia.
Tras a haber dado las ordenes para el resto del día y haber pasado más tiempo de que el creyera tenía tiempo libre así que decidió mandar una nota su vecino, la familia Thresser, para ver si sus amigos estarían en casa. Inmediatamente un lacayo se llevó la nota. Aunque si su hermana tenía la edad de las suyas estarían en la ciudad para la temporada.
No había pasado tanto tiempo según él cuando Will apareció en su puerta-Señor acaba de llegar un telegrama de su padre-. Will le dio un sobre donde la perfecta y cuadrada letra de su padre resaltaba.
-Gracias Will, que se prepare mi comida, llévala al estudio allí estaré-. Dicho eso se levantó y se dirigió hacía allí.
-Como ordene, señor. -Will terminó por hacer una pequeña reverencia.
Ethan llegó y se sentó en la no tan cómoda silla del escritorio de su padre, miro el despacho: era nada más que una sala con un gran escritorio de roble y una salita que constaba de dos pequeños sillones acolchados con un diván del mismo color, ocre y enfrente del escritorio sillas de igual forma solo de color café para juego con la imponente mesa.
Suspiró.
Ethan tomó y leyó el telegrama con paciencia, su padre tenía la maña de escribir todo paso a paso y letra por letra; todo era aburrido, sus hermanos que no querían asistir a más bailes que la duquesa no toleraba tal comportamiento... sí aburrido; pero lo que más le llamo la atención es que su hermanastra parecía haber encontrado un caballero de su atención. Pobre chico pensó Ethan ahogando una risita.
-Señor tiene una visita-. La voz de Will hizo presencia en el estudio y los ojos de Ethan se posaron en un caballero alto de cabellos castaños oscuros y piel algo bronceada. Al ver los ojos de su visitante detecto una chispa de burla y eso lo crispo un poco.
-Ethan el "Libertino de Londres". Dime cómo te trata la vida.-Las cejas de Ahsther se levantaron formando un arco poblado, cuando se le vino a la mente que mando la nota a la casa de los Thresser - ¿Arthur, qué haces aquí?
-¡Vaya viejo amigo!, me mandas recado y no me quieres ver -. Con gesto sonriente y alegre Arthur respondió.
Ethan rodó los ojos y haber enviado la nota a sus vecinos ya no le parecía una buena idea. Sabía que la casa de los Ronchester-conocidos en la campiña con solo su apellido de casa Thresser-estaba habitada en esos días y si su memoria no le fallaba el que estana en su despacho molestándolo era el que ahora portaba el título de "Conde Ronchester" ya que su padre se retiro del circulo social y se quedaba solo con su gran titulo de "Teniente Coronel". Pero solo en la zona de Somerset; y unos pocos amigos en la capital lo sabían.
-Bien. Pero no imagine que vinieras hasta acá pensé en visitarlos otro día si tenía una respuesta afirmativa de mi nota.
-En casa me aburro y mis hermanos no están. Mi padre quiso ir a la ciudad de Edimburgo a ver a su hija mayor, Eva, ya que lo hizo abuelo por tercera ocasión y mi querida pero astuta Rachell se escapo por así decirlo; ah y mi hermano Enrique, se fue con mi esposa y nuestra prima Esmeralda a los tediosos bailes.
-Tú dejando ir a tu adorada Sarah. Eso si es delicado. -se burlo Ethan.
-Sarah anda con un genio horrible. Mujeres.-Arthur esbozó una rápida sonrisa.
-Sí. Mi madrastra y hermanastras están algo irritadas por estas fechas. -le dio la razón a su viejo amigo. Las mujeres cambiaban bastante en las temporadas de bailes.
Los dos hombres hechos y derechos en ese momento enumeraron sus negocios, hablaron de sus familias; porque cuando creces tienes más obligaciones y más cuando eres el mayor o en caso contrarío único varón de la familia. Caso de los allí presente no lo eran.
(***)
Editado y Corregido
Continuara...
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Una esposa perfecta © - Completa
Ficción históricaYa Publicada en Bookmet... Donde las familias aristocráticas tienen sus casas de campo, la mayoría iba solo por la temporada de caza pero en este caso, el hijo del Duque WodTher se había refugiado, para ocultare de los bailes para evitar las mañas c...