Mi mejor amigo...

El futuro es incierto

Amig@s acá dejo un nuevo capítulo de esta linda historia, muchas gracias por leer, votar y comentar.

Además como es costumbre, los invito a escuchar "Solamente tú" de Pablo Alborán, es una hermosa canción, relacionada con lo que sienten los protagonistas.

Sí, para ella tres semanas era mucho tiempo y debía hacer algo al respecto.  Estaba nerviosa y asustada, pero sobretodo ansiosa… ¿qué pasaría si estaba embarazada?, bueno… obviamente tenerlo, para ella no había otra opción…pero… ¿de quién sería? oh por Dios, ojalá no fuera de Esteban…

Al comenzar la semana, Erika fijó un día para ir a la farmacia y hacerse un test, el jueves, ese sería el gran día, el que podía cambiar su vida para siempre o dejarla en el mismo sitio.

Llegó a su oficina pensando sólo en lo que podría ocurrir en su vida, sin darse cuenta como terminó dibujando vestidos para embarazadas, estoy loca, pensó. Y por más que hacía todo lo más lento posible para que no llegara el día jueves, las horas pasaron volando y sin previo aviso se encontró despertando a las seis de la mañana del día jueves, en realidad esa noche no durmió y las seis de la mañana no tuvo otra opción que hacerse el test que había comprado en la farmacia el día anterior. Se sentó en la cama y tomó una bocanada de aire, fue soltándolo poco a poco para relajarse, lentamente se levantó y se dirigió al baño para terminar de una vez esa espera que la estaba matando.

Entra al baño y sale casi enseguida con el test en la mano, debe esperar… unos minutos más y lo sabrá…Se sienta en el suelo y espera…pasan más de quince minutos, pero no se atreve a mirar el objeto plástico que tiene a su lado. Está sola y se arrepiente de no haberle contado a nadie lo que le estaba pasando, quizás con alguien al lado sería más fácil… quizás con Alejandro al lado sería más fácil…

Bueno… no hay tiempo que no se cumpla ni deuda que no se pague dicen por ahí, ya está…Con el aparato en las manos y aguantando la respiración, Erika observa el resultado…

……

Sentado dentro de su auto, en la calle, como tantos días, pensando en cómo terminar con esa farsa que tiene como relación, Alejandro una vez más no sabe qué hacer, se muere por estar con Erika, pero ella no lo quiere ver hasta que haya resuelto su vida… y bueno… ella tiene toda la razón. Y él como un tonto nuevamente está afuera del departamento de ella, su inconsciente siempre gana en esos momentos y pareciera que maneja su cabeza. Todos los días llega a ese mismo lugar, y tal cual cobarde se devuelve por la misma calle y nunca se baja del auto, escucha una que otra canción esperando que quizás en cualquier momento Erika lo vea y decida que no pueden estar separados, pero no… eso sólo pasa en las películas, no en la vida real.

Suspira y se recuesta en su asiento, son casi las siete de la mañana, por lo general llega a ese lugar en la noche, pero hoy fue un día raro, no podía dormir, estuvo desvelado y por más ejercicio que hizo el día anterior no pudo conciliar el sueño, así es que se levantó, tomó su auto y sin querer (o con querer) estacionó al frente del edificio del amor de su vida. ¿Podría ser la vida más complicada?, por qué no golpearte y matarte de una vez… en cambio nos lastima una y otra vez hasta que ya no puedes más, sólo te queda la opción de tirar la toalla para no sufrir más o enfrentarte a la vida y decirle unas cuantas verdades. ¿Erika…podremos ser felices? ¿o nos daremos por vencidos, dejaremos que la vida nos gane?...

Alejandro, pensaba que no tenía mucho por hacer, no quería resignarse a perder a la única mujer que realmente a movido su mundo, pero… ya no estaba seguro de que ella quisiera estar con él realmente ¿y si se cansó de esperar? Las mujeres tienen paciencia, sin embargo Alejandro sabía que todo tiene un límite, así es que se decidió, apagó el motor de su auto, sacó las llaves, cerró la puerta y caminó…