Bonus track

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¡Sorpresa!! Acá les dejo un bonus track a la espera del próximo capítulo, tambíen tiene una canción para disfrutar, espero sus votos y comentarios.

Despertó de madrugada, afuera llovía, ¿qué extraño? ya que estaban en pleno verano. Trató de no prestar atención a la lluvia, sino al ruido que la había despertado. Se sentó en la cama y escuchó…

…Era el timbre, ¿quién será a esta hora?, miró su reloj, las tres de la madrugada, el timbre seguía sonando.

A duras penas se levantó, maldiciendo en voz baja al estúpido y desubicado que llegaba a su casa a esas horas de la noche, por un momento dudó en abrir o no ¿y si era un ladrón?, no tenía como saberlo…

Abrió la puerta todo lo que el tope se lo permitía y lo que vio al otro lado de la puerta casi la mata de un infarto.

Era un hombre alto, ojos azules, piel trigueña y esa mirada… como de cachorro perdido en busca de su mami. Era una imagen tan tierna y a la vez tan sexy que dejó a Erika con la boca abierta sin dejar de mirarlo.

-¿Me vas a dejar pasar o tan feo estoy que no te lo puedes creer y no me vas a dejar entrar? –dijo mostrando uno dientes blanquísimos y levantando los hombros como diciendo, es lo que hay.

-Claro, pasa, es que me has sorprendido un poco por la hora – abrió la puerta para que entrara mientras lo observaba todavía sin creer que él estaba ahí.

Alejandro se sentó en el sofá y la observó mientras ella se acomodaba al frente de él.  Ambos se observaban, ninguno de los dos quería bajar la vista, al final ella no aguantó la irresistible mirada de aquel hombre y con los ojos puestos en sus manos preguntó.

-¿Qué haces acá, te pasó algo, en qué te puedo ayudar, necesitas algo que te pueda ofrecer? – y acentuó más la última frase de una forma muy sugerente, mirándolo a los ojos.

Alejandro se levantó y se acercó, la tomó por los hombros e hizo que ella se levantara también, entrelazo sus manos por detrás de la cintura de ella, se acercó hasta dejar un mínimo de espacio entre los dos   y  le dijo.

-Hay algo que tú me puedes ofrecer… –arrastrando las palabras, las pronunció lentamente al mismo tiempo que pasaba suavemente su lengua por su oído- …algo de ti que necesito…-la apretó más hacia él-… hay algo que puedes hacer para ayudarme…- y mordió tiernamente el labio inferior de ella – TÚ, tú eres lo que necesito- y la besó.

Se besaron, se devoraron con pasión y deseo, realmente era lo que los dos necesitaban y querían desde que se volvieron a encontrar en ese pub.

Comenzaron a quitarse la ropa como si les molestará, ella lo desvistió, lo acariciaba, quería extasiarse con ese cuerpo que la trastornaba, era perfecto, sus abdominales, sus fuertes brazos…todo en él era espectacular. Alejandro la tomó suavemente en sus brazos, como si fuera una muñeca de porcelana y la llevó a la cama.

Erika se dejó llevar, no quería pensar en nada, no quería pensar en culpas ni remordimientos, sólo en el placer que se entregaban y nada más, pero esta vez quería ser ella quien llevará la iniciativa.

Se acostó sobre él y fue dejando un surco de besos que lo hacían temblar, poco a poco fue deleitándose con su cuerpo de infarto, con sus dedos seguía el curso de sus marcados oblicuos, no dejó nada sin acariciar y sonreía al ver que Alejandro se estremecía bajo sus manos. Se miraron a los ojos y en un rápido movimiento él quedo sobre Erika.

-Ahora te toca a ti gritar de placer –susurró a su oído.

Comenzó a besarla primero suavemente, luego devorándola, pareciera que la conocía desde siempre, sabía cómo complacerla, ella no aguantaba, se retorcía de placer bajo sus caricias y besos. Su respiración se aceleró y sus gemidos de placer hacían que él aumentara la intensidad de sus caricias. Cuando ya no podían más él se fundió en ella y los dos entre gemidos de placer llegaron al final casi al mismo tiempo.

Alejandro se recostó sobre ella sin dejar de jadear y ella lo abrazó tratando de regular su respiración.

Cuando se tranquilizaron un poco, invirtieron los papeles, ella se recostó sobre su pecho y lo abrazó, él hizo lo mismo y beso su cabello.

-Nunca pensé que esto pasaría entre nosotros, es casi como un sueño – dijo ella con una inmensa sonrisa.

-Yo tampoco, pero no me arrepiento de nada- y la abrazó con más fuerza aun, como temiendo que lo dejara.

-Sabes, te digo algo… eres uno de los mejores amantes que he tenido – dijo Erika y se sorprendió de su sinceridad ¿cómo le había dicho eso?, que tonta ahora se creería el mejor.

-No lo creo –se acomodó para mirarla a los ojos- eso lo dices sólo porque me quieres – le acarició la mejilla y sonrió con ternura.

¿Podría haber un hombre más perfecto que él? Ella creía que no, ni siquiera era petulante como los demás. Y pensando esto, sintiéndose inmensamente feliz se durmió entre los fuertes brazos de “su amigo”.

Se sobresaltó y despertó nuevamente en la mitad de la noche ¿qué pasó ahora?, pensó. Miró el reloj y eran las tres de la madrugada… ¿las tres nuevamente? No puede ser. Observó a su lado de la cama, estaba vacía…algo estaba mal.

Se sentó en la cama tratando de entender qué pasaba, todo era muy confuso. Se levantó, no llovía (claro estaban en pleno verano), escuchó… y nada…abrió la puerta del departamento… ni rastros de alguien.

Se fue a acostar, cómo no se dio cuenta antes, lo que había pasado era de todo menos lógico, se dio vuelta en la cama y sonrió ¡vaya sueño! qué loco, pensó. A ver si lo podré mirar nuevamente a los ojos después de esto y con la misma sonrisa en el rostro se quedó dormida, tan relajada como hace mucho tiempo no lo estaba.

Que les pareció... se lo esperaban jeje comenten para saber ... nos vemos

Mi mejor amigo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora