Decisiones

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POR FIN! se que me demore demasiado, ojala que la espera valga la pena. Muchísimas gracias por todos sus comentarios los leo todos, pero me falta tiempo para responder. Gracias por sus votos también.

Ahora l@s dejo con el nuevo capítulo ahora si a disfrutar!!!

Llevaba varios días dando vueltas ese asunto en su cabeza, había pedido a Esteban un poco de tiempo para meditar la respuesta y aunque a él no le causó mucha gracia aceptó de mala gana darle el tiempo que necesitaba.

Y ahora Erika estaba allí, sentada al frente de su escritorio, echa un mar de nervios porque ya había tomado una decisión, es más, era esa decisión lo que la tenía así, con un nudo en el estómago. No recordaba haber sentido eso desde hace mucho, bueno quizás no tanto, desde que conoció a…Pero ella no era de las que se amedrentaba con tan poco y se jugaría entero por lo que quería, tal como su consigna de vida “arrepiéntete de lo que hiciste no de lo que dejaste pasar”.

Marcó los números ya tan recordados del teléfono del hombre que robó su corazón… esperó y casi inmediatamente obtuvo respuesta.

-Hola- contestó una voz masculina que logró que las mariposas se multiplicaran en su estómago.

-Ho…hola – respondió ella un tanto insegura- ¿cómo estás?- dijo tratando de controlar los nervios que pujaban por salir.

-Bien y tú, qué sorpresa, pensé que ya no querías saber nada más de mí – e intentó dar un tono relajado.

Nada más de ti, ja, pensó, pero si no hago otra cosa que pensar en ti…

-Pero Alejandro, claro que quiero saber de ti, es más…-lo pensó unos segundos antes de seguir- quería invitarte a cenar, que me dices –preguntó tratando de disimular la ansiedad que sentía.

Él meditó unos momentos antes de responder, pensó en Claudia sabía que ella sospechaba algo ya que se mostraba cada vez más insegura, más celosa. Pero Erika… no podía decirle que no cuando era su corazón el que mandaba.

-Te digo que… sí, acepto encantado.

Acordaron la hora y el lugar para encontrarse, sería como una cena de amigos pensaba él, sólo eso insistía para calmar su alocada conciencia que lo apuntaba con el dedo y lo hacía sentirse culpable, ya que en ningún momento se le pasó por la mente avisarle a su novia.

El lugar escogido era un restaurante muy conocido en el sector, reconocido por la variedad y calidad de su comida y por ser realmente cálido y acogedor. Ideal para lo que Erika realizaría esta noche.

Estaban los dos sentados frente a frente, ella con un vestido de seda que se pegaba a su cuerpo, un poco escotado, realzaba sus curvas, terminaba el conjunto con un tapado un poco más grueso que se había puesto a última hora pues el cielo que durante el día estuvo radiante había cambiado drásticamente a un gris que anunciaba una tormenta.

Alejandro por su parte vestía el impecable traje que llevaba desde la mañana pues no había tenido tiempo de ir al departamento y tampoco pensaba hacerlo, no quería levantar sospechas así es que llamó a Claudia contándole algo acerca de una reunión de negocios un poco aburrida que tendría en la noche, dejando claro que no lo esperara despierta.

Luego de unos segundos de mirarse embobados como dos adolecentes en su primera cita ordenaron la comida. A ratos levantaban la mirada y se observaban nerviosos, cenaron en un cómodo silencio. Al llegar al postre, y más animados debido al exquisito vino que bebían, se reían y contaban anécdotas de sus vidas, de su trabajo evitando a toda costa hablar de sus relaciones.

Mi mejor amigo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora