Pasando a otro nivel

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Me inspiré y salió más rápido que nunca, aca traigo el siguiente capítulo, es un poco más corto, pero es lo que tenía que durar. La canción protagonista "Lady in red" para que la escuchen mientras van leyendo. Muchas gracias por todos sus comentarios y votos, ahora a leer!!!

Erika no respondió inmediatamente, sólo se acercó más a él y lo abrazó fuertemente, como queriendo que él dijera la última palabra.

-No lo sé… - dijo susurrando con su aliento quemando el cuello del joven. Estaba muy confundida, quería besarlo, quería todo de él, pero no de esa forma, no siendo “la otra”, la última gota de locura se extinguió con ese pensamiento.

Alejandro comprendió que ella no quería dar el paso que cambiaría para siempre su amistad, él tampoco quería echarlo todo a perder, pero… no podía alejarse de ella, ahora era imposible.

Se abrazaron más fuerte, la música seguía sonando, como ambientación de una de esas películas románticas. Él comenzó a mecerla y Erika se acomodó para quedar en los brazos de su amigo, tal como si fuera un bebé. Alejandro acariciaba su cabello y tarareaba suavemente la canción que escuchaban.

Pasaron un rato en esa tierna posición, ella sentía las caricias de él y cerraba los ojos. Poco a poco las caricias fueron aumentando de intensidad, haciendo un recorrido con su mano, pasando por su cuello, los brazos, las piernas…

…La música seguía sonando “Lady in red”, perfecta para este momento, pensó él. En un suave movimiento, al ritmo de la canción, Alejandro puso su cuerpo encima de ella y siguió explorando con sus manos, reconociéndola, pero sin quitarle el vestido, sin tocar sus partes más sensibles, casi rozándola nada más, sin embargo para Erika era como estar en el cielo. Nuevamente perfiló el rostro de ella sólo con el dedo, las cejas, los ojos, la boca…

-Eres perfecta –dijo sin poder quitar la vista de sus labios – my lady in red

Erika no quería abrir los ojos, se negaba a hacerlo por miedo a despertar de este gran sueño.

-Erika… mírame –ordeno con ternura y suavidad – te quiero…

Ella abrió los ojos inmediatamente, no podía creer lo que escuchaba, quizás no entendió bien. La joven no esperó confirmación, alzó sus brazos y los entrelazó alrededor de su cuello, lo miró con dulzura y se acercó para besar esos labios tan deseados y esquivos a la vez…

… Y se besaron, suavemente al principio y cada vez con mayor intensidad, se saboreaban, no querían despegarse, este era un momento tan esperado por los dos, que jamás imaginaron que podría pasar. Erika sintió como si mil mariposas revolotearan en su interior, al diablo con ser la otra, pensó, lo que sea por sentir estos labios y estos besos…

…Se besaban, como si en eso se les fuera la vida, ella en un movimiento invirtió los papeles y se acostó sobre él para seguir gozando de su boca. Con sus dientes tomó el labio inferior de él y lo tiró suavemente, él gimió. Alejandro la abrazaba por la cintura, pero poco a poco fue bajando sus manos para apretar con fuerza sus nalgas. Era increíble para él tener a una mujer como aquella en sus brazos, desde que la conoció le pareció una chica fascinante, envidiaba a Esteban y cuando supo lo que le hizo, casi no lo creyó, le parecía una herejía dejarla botada, cambiarla por otra era una locura…

Erika no pensaba en lo que hacía, sólo sentía, comenzó a desabrochar la camisa de Alejandro dejando al descubierto un abdomen trabajado y fuerte, fue dejando un rastro de besos desde el pecho hasta el ombligo… las manos le temblaban, tener a un hombre como aquel rendido a sus caricias le parecía mágico, algo tan improbable que lo disfrutaría al máximo, hábilmente desabrochó el botón del pantalón, lentamente bajó el cierre, levantó la cabeza para mirar a Alejandro y vio que estaba entregado, ella decidiría si seguir o no, pues el ya había decidido y la respuesta era obvia.

Comenzó a bajarle el pantalón cuando escucharon un sonido, bajo al principio y subiendo poco a poco la intensidad. Alejandro lo reconoció, se incorporó en la cama, moviendo suavemente a Erika y encontró su celular en el bolsillo del pantalón.

-Claudia… sí estoy bien… - Erika lo miraba y se sentaba en la cama- ehh… en la casa de un amigo… sí bebí, pero no estoy ebrio… un amigo que no conoces… no, no conoces a todos mis amigos… porque necesitaba tomar un poco de aire – miró a Erika que se levantaba y se encerraba en el baño- nosé, no me esperes… después hablamos... tranquila, estoy bien… yo también te amo – y colgó.

Alejandro se levantó y esperó al otro lado de la puerta.

-Erika – golpeó- ¿estás bien? – no hubo respuesta, apoyó la frente en la pared. Qué hacer, nunca debió llegar a ese departamento, nunca debió seguir lo que sentía, jamás… no quería hacerle daño, ella era muy importante en su vida, pero él tenía un compromiso con otra y jugar a dos bandos no era su estilo. Esperó hasta que se abrió la puerta y salió su amiga con una mirada altanera y la cabeza en alto, estaba vestida con una bata nada más.

-Era Claudia verdad –preguntó conociendo la respuesta.

-Sí, Erika…

-No te preocupes, yo entiendo – se acostó en la cama preparándose para dormir. Alejandro se acercó, hubiese dado lo que fuera para no hacerla sufrir, quería ser su hombre, pero no podía.

-Erika… -tomó su mano y se sentó en la cama frente a ella – ¿crees que podamos ser amigos? yo hago lo que tú quieras, si me pides que me vaya y no te vea nunca más, lo haré, yo sólo quiero que estés bien, créeme por favor –dijo mirándola con cara de  súplica – eres… nosé cómo explicar lo que significas para mí.

Ella fijó su vista en él, era tan guapo, sin embargo eso no era lo que la había encantado, era algo más, algo que no encontró en otros hombres, su forma de tratarla, de cuidarla, de no querer hacerle daño por nada del mundo. Meditó lo que él le ofrecía, sin embargo, su corazón ya había decidido hace mucho tiempo.

-Sí, claro que podemos ser amigos, pensemos que esto fue sólo un momento de locura debido al alcohol –dijo tratando de restarle importancia a lo que habían estado a punto de hacer.

-No – dijo con seguridad- no fue algo de tragos, eso no tiene nada que ver – tomó la cara de ella entre sus manos – fue algo que sentía, que quería, un momento mágico – acarició su mejilla- esto es algo que nos une mucho más, aunque por nuestra amistad será mejor evitar hacerlo de nuevo – y le regaló esa sonrisa que la enloquecía.

-¿Me puedo quedar a dormir? –preguntó- lo hago en el sofá, pero no me quiero ir todavía.

-Te puedes quedar a dormir – dijo Erika con una sonrisa cómplice – hazlo acá, mi cama es lo suficientemente grande y no nos vamos a tocar – se sonrieron, ya había pasado la incomodidad y volvían a ser casi como antes.

Se acostaron juntos, pero en vez de dormir separados, él abrazó a su amiga por la espalda, sintiéndose tranquilos, confiando en el otro, sabiendo que la amistad había pasado a otro nivel, pero que seguían siendo amigos, que si estaban juntos nada malo pasaría… y se durmieron pensando sólo en la persona que tenían al lado, ya  mañana terminaría el sueño y cada uno volvería a su vida, a su pareja respectiva…

Y? lo esperaban o querían más?? jeje, comenten y voten para saber lo que piensan de la historia, pronto un nuevo capítulo!!!


Mi mejor amigo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora