Descubriendo sentimientos

31.5K 568 81
                                    

Uff, acá dejo el último capítulo, muchas gracias por  esperar (me demoro pues me gusta que la historia quede lo mejor posible), por sus votos y comentarios. Como siempre dejo con ustedes la canción de este capítulo "Eres" de cafe tacuba muy ad hoc con lo que le pasa a esos dos. 

Poco a poco comenzó  a abrir los ojos, los sentía pesados, le molestaba la luz. Cuando por fin los abrió, la claridad de la habitación la obligó a cerrarlos rápidamente. Poco a poco se fue acostumbrando a la luz y logró abrir los ojos casi por completo, cuando lo hizo no reconoció el lugar, lo recorrió con la mirada, era todo muy blanco e inmaculadamente limpio, a un costado había un sillón (se notaba muy incómodo) y en este estaba sentado un atractivo hombre joven con ropa deportiva,  durmiendo con la cabeza colgando, a ratos se acomodaba y seguía durmiendo.

Erika se observó detenidamente, tenía en las manos una sonda intravenosa con suero y estaba vestida con una bata blanca para nada sexy y muy poco estética.

Recordó la noche pasada, la peor de su vida, sin duda alguna. Repasó todos los hechos, algunos los recordaba nítidamente, pero otros se habían borrado de su mente, sobre todo después de haberse bebido ese trago (nota mental: JAMÁS, pero JAMÁS, aceptar tragos de gente desconocida y jamás volver a embriagarse tanto que aceptara cualquier cosa de cualquier idiota). La droga hizo que casi no viviera para contarlo, no era capaz de controlar sus actos, sin duda alguna no podía haber algo peor que eso.

Se acomodó lo mejor que pudo en esa incómoda camilla de hospital y se sentó a esperar, no sabía qué, pero no quería hacer ruido ni despertar a Alejandro, sólo lo observaría. Miraba cada detalle de su rostro, que para ella era perfecto, sus hermosos ojos, su cuerpazo que parecía esculpido a mano. Pero más allá de lo físico, se sentía muy atraída por su forma de ser con ella, por ternura, por su alegría, por esa forma que tenía de mirarla a veces, una mirada llena de amor. No sabía o no quería reconocerlo, pero cada vez se sentía más ligada a Alejandro, sus actos en vez de alejarla hacían que sintiera que no podría vivir sin él.  La forma en que la salvó del abismo, su manera de contenerla, a su lado se sentía plena, completa, ja- pensó- así que eso es lo de la media naranja, yo encontré la mía, pero él tiene otra mitad.

Ya no importaba si se casaba, prefería estar con él como su amiga en vez de no tenerlo, quizás lo que sentía es lo que se siente por un verdadero amigo, pensó, sin embargo en el fondo sabía que era un sentimiento mucho más profundo el que crecía como un cáncer en su corazón.

De pronto los ojos de su ángel se abrieron y mirándola con esa calidez que la reconfortaba, sonrió y se acercó hasta la camilla.

-¿Cómo estás? –preguntó suavemente, como si tuviera miedo de que se quebrara si subía el tono de su voz. Posó ligeramente su mano en el brazo de ella.

-Mejor, gracias –dijo un poco avergonzada e intimidada por la mirada de él.

-Llamé a tus amigas, no tengo el número de ellas así que me contacté con Esteban para saber de ellas, les conté dónde estabas, las tenías muy preocupadas… – la miró con cara de reproche- no traías nada contigo, ni siquiera las llaves de tu departamento.

Erika quiso protestar, pero él puso un dedo sobre sus labios y la hizo callar.

-No tienes derecho a decir nada, tu único derecho es a obedecer y callar, nada más, casi me matas de verdad – la miraba molesto, pero a la vez emocionado, nunca se había sentido así de mal, realmente pasó unas horas de terror junto a Erika en el hospital, se alejó un poco de ella.

Ella intentó hablar nuevamente, pero no dijo nada y se limitó a escuchar, se lo merecía, por la estupidez que había cometido.

-Sabes – le dijo mirándola fijamente con sus penetrantes ojos azules- pensé que tenía una amiga inteligente, pero parece que me equivoqué – dijo y la observó esperando su reacción.

Mi mejor amigo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora