— Parece que me encanta ser masoquista. Dejé la sombra para que el masoquismo fuera mi figura negra y me siga a diario. — lloré Harta.
— Te vas a poner mejor solo ten paciencia.— mamá me consolaba mientras lloraba pero la verdad qué caso tenía eso si yo soy la que estaba mal y no podía arreglar esta situación. Cuándo terminará esto porque me estoy enfermando psicológicamente. ¡Puedo morir! ¡O puedo quedar mal si sigo así! O no sé qué rayos pueda pasarme.
—¡Fíjate por dónde vas,mocosa idiota.— gritó un señor mayor, al pacerme no tenía un buen día.
Seguí conduciendo hasta que llegué a casa y bajé del auto y entré.
—Huele rico.— dije mientras dejaba mi bolso en el sofá.—¿qué es lo que vamos a comer? Porque muero de hambre.
— Comeremos mierda de perro.— dijo Ricardo riendo. A lo que hice una mueca de asco pero de tal maneras me hico reír.
— ¡Ricardo! — gritó mi mamá.— no digas eso, Kris comeremos pizza.— me quedé ida por unos segundos.— pizza casera la que a Ustedes les encanta.— dijo.
— Oh sí claro que sí entendí solo que me fui por unos segundo.— reí— deja subo a mi habitación y ahorita bajo.— mamá asentó y subí.
Mi celular vibró y revisé que era un mensaje y lo leí:
— ''Kristen necesito que nos reunamos tú,Octavio, Oscar y yo. Recuerda como nos juntábamos antes y quisiera que volvamos a hacer lo mismo C: ''
— ''Claro solo díganme cuándo así me organizo con calma C:''
Envié el mensaje y entré al baño y lavé mi cara. Voy a morirme con este calor.
Bajé y la comida ya estaba lista.
—Mamá, ya hablé con el maestro de psicología.— ella espera un respuesta pero necesitaba que me preguntara si la quería.
— ¿Y qué fue lo que te dijo?— dejó de comer para poner su atención en mí.
— La verdad habló él más de mí que de Ricardo.— se supone que no debería de ser así ya que yo tenía que hablar con mi maestro y que me diera algún otro consejo, pero hablamos de mí.
— ¿Pero por qué de ti? O sea, hija no entiendo si el que tiene problemas mentales es tu hermano tú ya no. Ya lo superaste y me alegro mucho por ti.— eso era lo que ella creía pero la verdad era otra: llorar por las noches por cualquier estupidez, donde me preocupaba de todo pero no le diría esta vez porque no la quería preocupar a ella y a mi papá. Ahora está Ricardo primero antes de que yo. — yo también lo estoy y mucho, qué bueno que ya pasó.— dije.
Seguimos comiendo hasta que mamá habló:
— ¿Oye no hay chicos guapos en tu escuela? — ¿qué rayos? Claro que no sé si los hay, y odio fijarme en eso porque cada vez que un chico me gusta a él no le gustó y soy pésima para eso.
— Sí.— mentí.
—¿Y cómo se llama? ¿Ya han hablado?— dijo.
— Mamá no, no quiero conocer chicos por ahora,siempre me va mal en ello y no quiero pasar por lo mismo.
— Siempre te quejas de todo, sé amable con los chicos y verás como tendrás muchos a tus pies.— no le haría caso ya que siempre lo he hecho y no funciona, si algo va a pasar entre un chico y yo prefiero que sea ya porque no quiero tener mi primera vez a los treinta. Nadie sabe que soy virgen ya que sería una burla para mí; excepto por mi familia.
Seguimos comiendo y una vez que terminé fui a hacer mi tarea porque en tres horas me iría a jugar basquetbol.
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Rompiendo Corazones |H.S|
RomantizmRomper corazones nunca fue algo del otro mundo; pero hacerse cargo de ello si que lo es. Te enseñé a amar,te enseñé a reír, porque eso no era lo tuyo. Lo tuyo era algo que no tenía nombre, algo que si Dios se diera cuenta de esto, tú no obtendrías...