Capitulo 3

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Estaba enamorada de esa parte de él. Daniel quería que fuese a todos lados acompañándole, se preocupaba mucho por mí y no es que yo solamente lo notase, sus amigos también notaba la gran importancia que me daba a mi respecto a ellos, pero Daniel nunca dijo nada de gustar y tampoco se me declaró porque no estaba enamorado de mí, solo se sentía como un hermano que se preocupaba por que no volviese a decaer. Lo cierto es que me sentía decepcionada de mi misma, una parte de mi, tras el tiempo, quiso que él se me declarase y que me dijese alguna vez que quería que estuviese a su lado , pero no como una amiga o una hermana , sino como algo más y sin embargo, otra parte de mí no quería que pasara nada más entre ambos porque ante todo aquello, él era mi más preciado amigo al cual necesitaba que estuviese a mi lado las veinticuatro horas del día y si esa era la manera para que se quedara , así lo prefería…eso dije hasta que un día Daniel me dijo que le había empezado a gustar una chica que conoció en una quedada que hizo con unos amigos y que sintió que ella era diferente a las demás chicas con las que había estado , pues esta chica tenía carácter, opinión propia y no dudaba en decirte que algo le gustaba o no y que hacía que sintiera como mariposas en el estómago , por ello quería intentarlo con esta chica , pero que en aquella vez , quería hacer las cosas a su ritmo porque no quería chafarlo. Todo tenía que salir bien.

Mi pecho sin ningún motivo comenzó a dolerme como si alguien me hubiese dado un fuerte golpe donde aún permanecía una herida sanándose y que había sido nuevamente abierta. ¿Qué esperaba? Sabía que la cosa acabaría así, pero en mi fuero interno aún tenía la esperanza de que pudiera gustarle a él. Comprendí que no era el apoyo de los demás lo que me hacía falta, sino el mío propio que me engañaba a mí misma y me lastimaba sin tener porqué cuando las respuestas estaban claras. ¿Tan estúpida era? ¿Era tan fácil de engañar por mí y por los demás?, me sentía tan patética que ni siquiera me atreví a decirle “SUERTE”…

Lo cierto es que me alegraba ver que a pesar de haber estado a mi lado apoyándome y cuidándome, pudiera sonreír de nuevo gracias a aquella chica, puede que suene un poco sarcástico esto último que acabo de decir, pero de todo corazón , lo pensaba sinceramente. Supe que Daniel me necesitaba más que a nadie en el mundo para que estuviese a su lado animándolo y desearle suerte con aquella chica de la que se había enamorado. Ella se llamaba Julia, por lo poco que supe de ella al principio, sabía que era buena en los estudios y de hecho estaba en un instituto bilingüe, lugar en el que siempre quise estar pero que por motivos desconocidos no pudo ser. Ella era de estatura media (esto también era una de las cosas a las que Daniel mostraba gran interés porque a él le encantaba que la chica no fuera tan alta), la cara era redonda y en ella mostraba unos graciosos mofletes que siempre estaban rosados , ojos grandes y azules y labios finos y su pelo era largo-liso y castaño. Desde mi punto de vista , Julia parecía una muñeca y la envidiaba por no ser linda al igual que ella y sobre todo, tenía una gran personalidad, que si no fuese por las circunstancias en las que habían pasado para que ella y yo nos conociéramos, puedo asegurar que ella podría haber sido una gran amiga de confianza.

Una noche, andaba estudiando duro para los exámenes de final del segundo trimestre y apenas había visto a Daniel o a mis amigas, ya que todos estábamos atacados por culpa del estrés, sin embargo, aquella noche mi amigo vino a cenar a casa y pidió permiso para quedarse a dormir y así poder estudiar conmigo, él necesitaba que yo le ayudase con algunos problemas que no entendía. Mis padres no tuvieron inconveniente en dejarlo a dormir siempre y cuando no nos distrajésemos y estudiáramos de verdad, pero a pesar de jurarlo, Daniel había mentido y los únicos problemas que necesitaba resolver eran los de su corazón. Me contó que habían quedado un viernes antes de que llegase la semana de los exámenes y habían ido con unos amigos al cine. Allí se encontraron los dos y tras la película se fueron por otro lado ellos solos, ya que querían un poco de intimidad para poder conocerse mejor. Me contó que nunca se había sentido tan nervioso como aquél día y que estuvieron dando vueltas y vueltas mientras hablaban, hasta que sin querer, llegaron al tema de los ex. Julia le dijo que aún seguía viendo a su ex, aunque ya no había nada entre ellos, seguían quedando y alguna vez que otra se volvió a enrollar con ella, Daniel se sintió molesto porque a pesar de odiar escuchar eso de la persona que le gustaba, no podía culparla porque estaba siendo sincera con él. Daniel le preguntó si aún seguía sintiendo algo por ese chico y ella contestó: …- aún no sé lo que siento exactamente, pero siempre que él me llama voy hacia él y una parte de mí se siente cansada. A veces, quiero ser yo la que llame y vengan a por mí, pero, no ha sucedido con mi ex. Sé que soy tonta por esperar a que me llame, sobre todo porque sé que lo hará y yo no seré capaz de pasar de él, sin embargo, esta vez quiero intentar no coger la llamada, no verlo y volcarme en ti, en llamarte , en que me llames, en decirte que me gustas, el escuchar que te gusto. No te pido que me esperes , pero te pido que seas paciente conmigo y así dejarle claro al otro que he encontrado a alguien más importante para mí en estos momentos con el cual sé que voy a estar bien, feliz y seguramente , enamorada y seré correspondida ¿ qué piensas de esto?…-.

Confiaré en ti ¡sí o sí!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora