capitulo 31

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Aquella habitación enorme, limpia, lujosa...todo ¿pertenecía a Eloy? esa casa, esa habitación ¿era su hogar?. Nunca pensé en que los dos hubiésemos tenido tantas diferencias al crecer, su mundo y el mio eran completamente distintos, como si no hubiese una línea que los pudieran unir. 

- ¿Sorprendida? .- Eloy me cogió de la mano y me llevó a que me sentara en la cama. - Desde que has entrado no has dicho nada. Parece como si tu alma no estuviera con nosotros. - Sonrió. 

- Bueno, sí...estoy un poco sorprendida. Jamás pensé que todo esto existiera de verdad, solo en pelis y cosas así. - Sonreí nerviosa. 

- Creo que te dije ¿no? Mi padre es asquerosamente rico. No me gusta decir eso porque suena mal, pero es la verdad. - Dijo suspirando .- Todo lo que le gusta a ese hombre es el dinero .- dijo con un poco de odio en sus palabras. 

- Si tu padre es "asquerosamente" rico, eso quiere decir que tú por ser su hijo también lo eres.- Lo miré y éste me dio un golpe en la cabeza. 

- No vuelvas a decir eso. No quiero verme relacionado con él de ninguna forma, aunque sea verdad que ahora estoy siendo mantenido por su asqueroso dinero. Clara, no es del dinero de mi padre de lo que quiero hablar, tampoco quería traerte aquí, pero siento que estoy siendo muy injusto. - Me tocó la cara y el pelo .- Siempre estoy recibiendo cosas de ti, como tu sinceridad, así que yo también quiero ser sincero respecto a lo que soy y de dónde vengo. Es muy complicada toda mi situación y tengo miedo de que si sigues sabiendo de mi, quieras irte de mi lado...

- Créeme, ya quiero hacerlo .- Dije mientras miraba toda la habitación.

- Clara, pero ¿qué hago? yo no decidí nacer en este tipo de familia, así que no me dejes por el dinero de mi padre, por favor. Al menos no por eso.- Me dio un golpe en la frente con la suya.- Tu dijiste que querías saber sobre mi y yo quiero mostrarte. Ojalá tuviera una familia normal, con padres normales a los cuales presentarte. Siempre deseé experimentar eso por un día, ver a mi madre preparar la comida, mi padre ayudando a encender la barbacoa y mis hermanos y yo mientras, jugando en el jardín. Sólo un día ¿por qué nunca fue posible? .- Dijo con pena.

- Estoy segura que algún día podrás disfrutar de algo como eso, con tu propia familia.- Le cogí de la mano.

- ¿Tú crees? .- Me sonrió y yo asentí con la cabeza. - ¿por que siempre haces que me enamore de ti? .- Me empujó hacia atrás hasta quedarnos tumbados encima de la cama abrazados.- A partir de ahora, no podré odiar esta habitación nunca más, no ahora, ya que tu has estado en ella. 

- ¿No has traído a nadie aquí? .- Dije con segundas intenciones, ya que quería tener información sobre alguna chica que hubiese estado alli antes que yo. 

- Eres la primera persona que entra en mi habitación y se tumba en mi cama. Jamás ha entrado nadie aquí, no quería mostrar el único sitio en la casa en dónde podía tener mi propio espacio. Así que, señorita ¡ puedes sentirte privilegiada!.

- ¡Oh, vaya, muchas gracias! .- Dije molesta pero después reí. - Eloy, muchas gracias. - Me aparté un poco de él para verle la cara que estaba encima de mi cabeza. 

- ¿Por qué? .- Inclinó la cabeza hacia abajo para verme.

- Por todo .- Sonreí 

- Tonta, soy yo quien debería decir eso. Que me hayas dejado estar contigo es lo mejor que me ha pasado en toda mi vida y lo digo de verdad. Todo es más fácil cuando pienso en ti .- Acercó su cara a la mia y lentamente me besó. - Te amo, Clara. 

Nos volvimos a besar, tímidamente y lentamente. Era como si quisiéramos parar el tiempo a cada beso que nos dábamos. Le quería mucho, tanto que el tocarlo no era suficiente para mi, quería más de él. Eloy con la mano nerviosa me tocó la cintura y luego dejó de besarme y me miró. Su mirada era un reclamo para que lo dejase tocar más partes de mi cuerpo. ¿Cómo podía negarme si yo también quería hacerlo?. Le acaricié el pelo en señal de permiso y Eloy comenzó a tocarme y a desvestirme, igual que yo a él. Ambos estábamos desnudos y nuestra piel se tocaba la una con la otra. Estaba nerviosa porque había pasado tiempo desde la última vez que alguien me tocaba de esa manera y también de verme desnuda. Suavemente, Eloy me beso por todas partes, sentía que a cada beso mis piernas flaqueaban y quería esconder mi cara de la vergüenza, sin embargo, estaba siendo tan dulce conmigo que no podía resistirme a él. De pronto el se paró y me miró mientras cogía mi mano. 

Confiaré en ti ¡sí o sí!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora