Capitulo 5

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Y sin saber cómo ni por qué, volvimos a besarnos ¿qué demonios estaba pasando?. Siempre había deseado escuchar esas palabras de Daniel, pero ahora que lo hacía, me sentía mal porque el estaba saliendo con otra chica, la cual, estaba siendo engañada por mi culpa y es ésa la culpabilidad la que no me dejaba sentirme libremente para besar a la persona que me gustaba, pero mi cuerpo no se alejaba aunque lo pedía a gritos y todo estaba peor que en una montaña rusa, porque mirara por donde mirara no veía el final del trayecto. Mi estómago sentía un montón de mariposas revoloteando en mi interior, tanto, que sentía fatiga; mi corazón iba a explotar de un momento a otro y mis piernas flaqueaban y sentía vergüenza por el aspecto que debía tener con mi cara todo colorada. Pero cuando creí que iba a morir, Daniel paró y me apartó fuertemente mientras me pedía disculpas y mientras se decía a sí mismo que debía tranquilizarse. Y justo cuando pensé que había terminado y nos dirigíamos a su casa junto a nuestras familias, Daniel se giró y me volvió a besar. No había nadie tirando cohetes, pero en mi cabeza había una fiesta de fuegos artificiales explotando de un lado a otro y luego, aparecía un martillo dándome fuerte en la cabeza haciéndome volver a la realidad y me sentía mal por lo que estaba pasando, así que , esa vez, fui yo la que le separé de mí. Algo no andaba bien entre nosotros y si eso iba a seguir en ese plan , le dije que lo mejor era parar o que si quería, debía elegir a Julia o a mí. Mi amigo no contestó nada, provocando así mi enfado mientras terminaba de culparle por querer romper nuestra amistad de la noche a la mañana. 

Llegamos a su casa y actué como la que no había pasado nada, mientras procuraba ignorarlo en lo que quedaba de día reunidos en familia. Por la tarde quedé con una amiga y así poder contarle a alguien de mi situación, pero mi querida amiga Ana , no me fue de ayuda porque se quedó en blanco al contarle todo lo sucedido y me hizo ver que ambos estábamos haciendo las cosas mal, que yo no tenía la culpa, pero la llegaba a tener cuando me dejaba llevar y que la que estaba siendo engañada en todo esto era Julia y que no entendía por qué mi mejor amigo me estaba haciendo esto, ya que ella siempre lo vio como alguien quien me cuidaría como un hermano . Ana dijo las cosas que yo ya sabía, por lo que supuse que hablar con ella, sería empeorar mi estado de ánimo de aquél día y que ya había tenido suficiente como para escuchar las mismas cosas dos veces, una por mí misma y otra por mi amiga. 

Aquella noche me acosté temprano, aunque no tenía sueño, pero no quería comer y necesitaba pensar…no encontraba respuestas a mis preguntas y me dolía la cabeza. ¿ Qué pasó de la noche a la mañana?¿ por qué Daniel se tenía que comportar de aquella manera?. Me sentía como la mala de una telenovela, Julia (la protagonista), estaba siendo engañada por la mejor amiga de su novio y no había alguna forma en la que me parase a pensar para salir de ese papel y convertirme en una buena persona. Juraría que iba a estallar porque me sentía decepcionada conmigo misma y con Daniel; nosotros nunca nos habíamos comportado de esa manera, besarnos ¿abrió una puerta que nunca debió abrirse?. Mis sentimientos sufrían de bipolaridad porque, a veces, me sentía feliz y otras mal, muy mal. Pero para colmo, aquella noche Daniel llamó a mi ventana y yo me asomé. Me dijo que quería hablar conmigo, pero temía dejarlo entrar, ya que, cosas como las que pasó al medio día podían suceder y ahora estábamos en la misma habitación, solos. Teníamos que intentar solucionar este problema fuese como fuese. Pero fue abrir la ventana y Daniel vino hasta mi, tirándome en mi cama y echándose sobre mi para besarme. Los besos iban de suaves a bruscos y mi latidos iban de poco a más, pero justo en ese momento, mi amigo que me besaba apasionadamente paró y me abrazó fuertemente. Poco después se recostó a mi lado , quedándonos los dos mirando al techo como si fuese a pasar una estrella fugaz de un momento a otro por la habitación. 

Me pidió disculpas con un nudo en la garganta, porque nunca quiso hacerme daño y nunca pensó en llegar a tanto conmigo , pero desde que nos besamos, había algo que quería más de mi y tenía que pararlo porque tenía una promesa y era respetarme y que se sentía decepcionado porque en ese momento , si no se hubiera parado a pensar…la cosa hubiese ido a más y sería entonces cuando no podríamos echarnos atrás. Por una parte me alegró saber que por aquel día habíamos parado de hacer las cosas que nunca habíamos hecho antes, y que en ese momento Daniel, mi mejor amigo y Clara, su mejor amiga, se habían vuelto a encontrar. Sin embargo, mi pecho comenzó a doler porque intuía las palabras que podrían venir a continuación.

Confiaré en ti ¡sí o sí!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora